Hace 130 años nació el padre de las icónicas marionetas Spejbl y Hurvínek

Spejbl y Hurvínek

Los espectáculos de marionetas con el despistado papá Spejbl y el listo y travieso Hurvínek deleitan al público desde hace décadas y siguen sin perder su encanto para los más jóvenes.

Josef Skupa con su esposa Jiřina | Foto: Český rozhlas

Josef Skupa nació en Strakonice, en Bohemia del Sur, pero creció en Pilsen. Desde una edad muy temprana sobresalía en dibujo y mostraba un talento para el teatro de títeres. Tras regresar del frente de la Primera Guerra Mundial, Skupa encargó al marionetista Karel Nosek que tallara un muñeco orejudo como caricatura de los burgueses de la época. Así nació Spejbl. No obstante, no logró ganarse el corazón del público. Todo cambió cuando, unos años después, en 1926, Nosek fabricó una segunda marioneta, Hurvínek. Difería un poco del Hurvínek que conocemos hoy, era más flaco y tenía la nariz más larga, pero desde el principio contaba con unos ojos capaces de dar la vuelta. El éxito de Hurvínek ante los espectadores fue casi inmediato y el dúo cómico cosechaba aplauso tras aplauso. Los títeres no tardaron en hacerse camino a la radio, aparecer en discos y en la gran pantalla. En 1930 la familia de Spejbl y Hurvínek acogió a dos personajes nuevos, Mánička y el perro Žeryk.

Spejbl y Hurvínek | Foto: Julie Kalodová,  Český rozhlas

Por entonces, Skupa ya era dueño de un teatro profesional. Este permaneció abierto aun durante la invasión nazi, hasta que Skupa terminó en la cárcel en enero de 1944 por escuchar la radio extranjera. Algunos títeres fueron escondidos de los nazis, otros cayeron en manos de la Gestapo. El marionetista no perdió su sentido del humor ni su valentía y siguió actuando para los demás presos desde su celda, presentándoles piezas del repertorio de Spejbl especialmente. En 1945, la cárcel se vio dañada durante un bombardeo y Skupa logró escapar. Primero volvió a Pilsen pero después de la guerra terminó instalándose con su teatro en Praga.

Toda la familia de Spejbl y Hurvínek | Foto: Česká televize

Skupa dirigió a Spejbl en el escenario hasta su muerte, el 8 de enero de 1957. Su último espectáculo con los icónicos títeres lo presentó en Nochevieja, solo unos días antes. El teatro no desapareció con su fallecimiento. Existe hasta el día de hoy y sigue ganando fans en Chequia y el extranjero.

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