Stará Škola, un café atendido por personas mayores que se hace adorar con sus recetas de abuelas
Stará škola es una cafetería en el barrio de Smíchov, en Praga, que es atendida solo por personas mayores. El local ofrece a jubilados la posibilidad de seguir sintiéndose activos y ofrece pasteles elaborados a partir de recetas de abuelas, además de café seleccionado, baristas de primer nivel y un ambiente único en la capital checa.
Al entrar en este café, lo primero que se ve es a una barista profesional dibujando corazones de leche en un café espumoso recién salido de la máquina de espresso. La decoración es moderna y la música del ambiente está a cargo de Lady Gaga. En el mostrador se exhiben trozos de pasteles, panqueques, strudel de manzana y los infaltables koláčky checos. Pero esta no es una cafetería cualquiera de Praga. Se siente una energía especial. Así lo indican decenas de comentarios en Google Maps de clientes que han pasado por Stará škola, ya que la mujer en la barra también sabe dibujar sonrisas en los rostros de quienes visitan el lugar.
Su nombre es Marie y es una de las tantas empleadas de este café atendido únicamente por personas mayores y que ya se han jubilado, pero que quieren seguir activas en la comunidad. Iveta Čížová, responsable de relaciones públicas de Elpida, la organización que ha creado esta cafetería, nos recibe en una de las pintorescas mesas rodeadas de plantas de este local, ubicado en el barrio de Smíchov, para contarnos cómo nació este proyecto.
“Estamos aquí para acompañar a las personas mayores cuando llegan a la jubilación, que es una etapa complicada en sus vidas. Muchos se sienten en shock, algunos incluso lloran porque no saben qué hacer; su rutina cambia por completo. Algunos eligen participar en actividades en Elpida, mientras que otros prefieren seguir activos en el mercado laboral. En la República Checa, hasta ahora prácticamente no existían opciones para que los adultos mayores continuaran trabajando. Por eso estamos aquí, en Stará Škola: queremos cambiar esta situación y abrir el debate sobre este tema”.
Si bien la cafetería abrió en 2023, la organización Elpida viene trabajando con este sector etario desde hace ya décadas, en un esfuerzo que busca seguir brindándoles oportunidades cuando el mercado –y la sociedad–les da la espalda.
“Nuestro objetivo es ayudar a los adultos mayores. Llevamos más de 20 años trabajando para que sigan formando parte de la sociedad, para que se sientan seguros y también para que puedan seguir aprendiendo. Contamos con muchos programas educativos, donde pueden aprender idiomas y, por ejemplo, actualmente las charlas sobre inteligencia artificial son muy populares. En definitiva, los ayudamos a seguir integrados en la sociedad actual. Ese es uno de nuestros principales objetivos”.
Conectar a las generaciones
Los primeros interesados en trabajar en Stara škola formaban parte de los alrededor de 2000 clientes que ya asistían al centro de formación de Elpida. Cuando surgió el proyecto, la organización abrió la convocatoria a través de su newsletter y los candidatos no tardaron en aparecer. Una vez seleccionados, comenzaron a surgir los primeros desafíos, que consistían, sobre todo, en formar a los contratados. La organización se tomó el trabajo muy en serio–y los empleados también–, y los resultados están a la vista. Algunos de ellos, cuenta Iveta, siempre fantasearon con tener su propio local.
“La mayoría de las personas mayores que están aquí trabajaron, por ejemplo, en bancos o en empresas de logística; algunos fueron la mano derecha de los directores de grandes compañías. Y ahora sienten que, por fin, han cumplido su sueño de tener un café, pero sin las responsabilidades que conlleva ser el dueño”.
Pero entre las mesas de esta cafetería no solo pasan dulces y cafés, sino también festivales, actividades especiales y mucho más.
“Es parte de nuestra misión: queremos conectar a jóvenes y adultos mayores. Nuestros mayores todavía se sorprenden de que los jóvenes vengan aquí; al principio, ni siquiera lo creían posible. También buscamos fomentar más actividades culturales para acercar a las personas. Por ejemplo, ahora estamos organizando el ‘Mes Old School’ en septiembre, que estará lleno de actividades como un concurso de trivia en el café, una sesión de improvisación musical con jóvenes músicos y, además, seguimos teniendo exposiciones aquí. Intentamos crear estos espacios de encuentro entre artistas jóvenes y adultos mayores, porque creemos que es muy importante que se conozcan y compartan experiencias”.
Para mantenerse al tanto de todas las actividades que se realizan en este local, Iveta recomienda seguir la cuenta oficial de Elpida en Instagram. Además, revela que antiguamente este edificio era una escuela, de donde viene el nombre del café. Pero ¿por qué, precisamente, una cafetería y no cualquier otro tipo de establecimiento?
“Todo comenzó cuando Elpida se trasladó al barrio de Smíchov, una zona con más movimiento de gente, y pensamos: ‘Aquí podría funcionar, es posible’. Además, para nosotros, este concepto está muy ligado a la figura de la abuela. A todos nos gusta que nuestra abuela nos consienta. Y siempre decimos que en Praga hay muchas cafeterías con buenos pasteles, pero solo aquí son hechos por abuelas, y estos siempre son los mejores”.
Además de aprovechar la famosa “receta de la abuela”, la entrevistada explica que la presencia y predisposición de los empleados de este proyecto son un ingrediente fundamental y la razón por la que reciben tan buenos comentarios en, por ejemplo, Maps.
“Diría que la razón son nuestros empleados. Ellos son el alma de este lugar. Su trabajo, su actitud, sus sonrisas... Se nota que no están aquí porque tengan que trabajar, sino porque realmente quieren estar aquí, y eso crea un ambiente especial. Recuerdo que en muchas reseñas la gente menciona precisamente eso: la atmósfera del café, lo bien que se sienten aquí. Y creo que eso es aún más importante que un pastel perfecto en cualquier otro lugar, porque si no te sientes bien, nada más importa”.
Marie, una de las protagonistas
Hablando de la razón de ser de este lugar, no podíamos irnos sin antes conversar con la entrañable Marie, la barista que sorprende con su técnica profesional de arte latte y su nivel de inglés–además de hablar polaco y francés–, y que contagia su buen humor con una auténtica sonrisa.
“Estoy en una edad en la que tuve que dejar mi trabajo habitual, así que terminé mi vida laboral. Al principio de la pandemia de COVID me quedé en casa, y fue un período terrible para mí porque estaba sola, sin contacto con otras personas. Me sentía muy nerviosa y triste, así que busqué algo que me interesara, porque soy una persona bastante activa. Pensé que aún no era tan mayor como para quedarme en casa sin hacer nada”.
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Marie cuenta que se siente muy feliz de poder colaborar con este emprendimiento, en el que ha recibido una formación profesional como barista. Según sus palabras, no existe otro lugar como este en la capital checa.
“Este es un proyecto especial donde las personas jubiladas son quienes atienden. Es un concepto único, porque, hasta donde sé, no hay otra cafetería como esta, donde sean los adultos mayores quienes brinden el servicio. Aquí se crea una atmósfera especial, y nos esforzamos por preparar un café excelente. También hacemos nuestros propios pasteles siguiendo recetas de abuelas, recetas tradicionales y únicas. La gente viene aquí, se sienta, conversa y disfruta del ambiente. Es un lugar especial que muchas personas buscan. Durante el verano, además, contamos con un jardín al aire libre, lo que lo convierte en un sitio muy agradable para muchos”.
Los empleados de Stara škola trabajan por turnos cortos, unas dos veces a la semana. Marie suele encontrarse detrás de la barra los martes después del mediodía. En esta antigua escuela, todavía se enseña, sobre todo, a vincularse con los demás.
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