Teatro Spejbl y Hurvínek gana batalla legal
Las famosas marionetas Spejbl y Hurvínek seguirán perteneciendo al teatro que lleva su nombre. Así lo decidió el Tribunal Supremo, que confirmó el derecho de la directora del teatro, Helena Stáhová, a usar la marca registrada de los pequeños personajes.
Las legendarias marionetas Spejbl y Hurvínek, personajes favoritos de los niños checos por décadas, podrán quedarse en Praga en el teatro que lleva su nombre. Helena Stáhová, directora del teatro, ganó ayer la disputa legal que sostenía hace nueve años con el Instituto de Asistencia Social de la ciudad de Plzen, que consideraba como suyos los derechos de uso del nombre de los personajes.
Gracias al fallo, Helena Stáhová puede estar por fin tranquila. "Ha sido un gran alivio, pues aunque teníamos en las manos todas las pruebas, y aunque en las instancias anteriores los tribunales siempre nos habían dado la razón, es obvio que hasta que no se cerrara definitivamente el caso, se mantendría nuestra preocupación por cuál sería el resultado", declaró Stáhová.
El teatro de Spejbl y Hurvínek fue fundado en 1930 por Josef Skupa, quien lo dirigió hasta su muerte en 1956. Los derechos sobre la obra de Skupa fueron heredados primero por su esposa, y luego por el Instituto de Asistencia Social de la ciudad de Plzen.
Sin embargo, antes de su muerte, Skupa había pasado la dirección del teatro a su asistente Milos Kirschner. Éste registró los nombres de las marionetas en 1994. Tras la muerte de Kirschner, en 1996, el teatro pasó a ser dirigido por su esposa, Helena Stáhová.
Como heredero de la obra de Skupa, el Instituto de Asistencia Social entabló hace nueve años una querella en la que exigía a Stáhová el pago de un porcentaje de las ganancias obtenidas por el uso de las marionetas. Inclusive esperaba obtener retribución por el hecho de que el teatro llevase el nombre de los dos populares personajes.
Helena Stáhová, sin embargo, presentó evidencia que demostraba que las marioneta Spejbl y Hurvínek no fueron creadas por Josef Skupa. Los autores de las conocidas figuras fueron realmente los artesanos Karel y Gustav Nosek. Ellos recibieron del maestro Skupa apenas un bosquejo de los personajes que deseaba, pero las marionetas resultantes quedaron totalmente distintas. Ni siquiera el nombre de los personajes fue obra de Skupa, según él mismo hizo constar en un diploma de agradecimiento que expidió a sus inventores.
El teatro de Spejbl y Hurvínek podrá ahora celebrar el fallo y retomar algunas iniciativas que habían quedado suspendidas por el pleito, por ejemplo, la filmación de una película. A lo largo de su historia, las dos marionetas han ofrecido espectáculos incluso en español.