Fernanda García Lao: “Hay mucho silencio en lo que escribo”.

Fernanda García Lao

La escritora argentino-española Fernanda García Lao fue una de las autoras invitadas a la Feria del Libro de Praga 2022. Después de pocos meses viviendo en la capital checa, habló con Radio Praga Internacional sobre la inspiración que le suponía este lugar y su actitud frente a la escritura.

Fernanda García Lao es una autora “multigénero” que lleva publicados libros de teatro, poesía, relatos y novela. Varias de sus obras le supusieron premios literarios y reconocimiento tanto en la península ibérica como en Latinoamérica, igual que traducciones a varios idiomas extranjeros.

Fernanda García Lao | Foto: Dirk Skiba

Durante su infancia la autora adoptó lecturas de cuentos y de obras de teatro gracias a la influencia de su madre. Por eso, en el mundo literario arrancó con la escritura dramática que hasta la actualidad se puede registrar en sus obras más recientes, por ejemplo, en la brevedad de las técnicas narrativas que dejan mucho espacio a la interpretación del lector.

“Cuando estoy en el proceso de escritura, no pienso concretamente en la idea del lector. Pero yo soy la primera lectora. Yo me organizo como lectora de mis textos. Entonces siento: Esto está demasiado dicho. No me deja espacio a mí para interpretar nada. Está todo terminado antes de que yo llegue como escritora, como lectora, que para mí es lo mismo. No puedes decirlo todo. Cuando uno empieza a escribir, quiere decir todo. Como la novela total o la gran novela Latinoamericana. Y yo prefiero la miniatura”.

Fernanda García Lao y Anežka Charvátová | Foto: Svět knihy

La influencia innegable del teatro

El espacio para interpretar, del que la autora advierte, en su caso va más allá: “Hay mucho silencio en lo que escribo”, confesó García Lao a la traductora Anežka Charvátová en el marco del debate organizado por la Feria del Libro. Y es algo que se puede registrar nada más hojear las páginas de su novela Nación Vacuna (Candaya, 2017), organizada en frases muy breves, párrafos cortos y separados por espacios en blanco.

“Hay un trabajo casi de sacar más que de poner, en general, de ir al hueso. Prefiero que haya hueco, prefiero que haya aire. Cuando empecé a leer novelas, me pareció que les sobraban muchísimas cosas siempre, como explicaciones, nexos, los conectores. Digo: ¿Por qué no vuelan todo esto? Pásame a la siguiente escena”.

Hablando del espacio y del aire que se necesita para la interpretación y para el cambio de escena, la autora no se olvidó de recordar durante la entrevista su experiencia como actora también.

“A mí me parece que está bueno que haya espacio. Y el primer espacio para mí es la frase. Cuánto va a durar esto. Cuánto aire voy a necesitar para decir esta idea. Y ahí pienso mucho en quién la emite. Quién es el emisor de esta idea, cómo respira. Y ahí se me viene la parte actoral de pensar el texto también a partir de la respiración y del aire. Necesito frases cortas, cortadas, así ya de antemano. Y cuando me pongo excesivamente sintética, luego necesito escribir un texto que sea todo lo contrario. Ahora estoy escribiendo, por ejemplo, cuentos con frases lo más incómodas de respirar posible. Como si quisiera ver hasta dónde puedo decir sin quedarme sin aire”.

Cuando el cómo es más importante del qué

En caso de esta autora, la escritura marcada por sellos del teatro posteriormente desembocó en la decisión de oponerse a la misma. En un momento, García Lao empezó a sentirse muy limitada por su formación teatral y decidió experimentar con otras técnicas narrativas, cuestión que presenta un elemento muy llamativo para los lectores de su obra.

“El argumento en realidad es lo que menos me importa. No me importa el qué como el cómo. Pero voy modificando la coordenada, a veces es el dónde también. Pero en todo caso voy buscando nuevas maneras de decir porque creo que el arte contemporáneo, por ejemplo, es muy rico y la literatura contemporánea es más bien pobre en el sentido de que no se plantea tantos desafíos”.

Fernanda García Lao | Foto: Dirk Skiba

Aunque la escritora enfatiza la importancia de nuevas técnicas narrativas frente al peso del argumento, sus libros reflejan temas muy preocupantes que resuenan tanto en la sociedad argentina y española como mundialmente: su novela Nación Vacuna habla de temas como el surgimiento de una pandemia, de la guerra de las Malvinas, de hombres y mujeres abusados. “Soy una mujer molestando”, concluyó García Lao hablando de la obra mencionada, que le había traído bastantes voces críticas en Argentina, siendo mejor recibida en España. Por otro lado, su última novela Sulfuro (Candaya, 2022) tematiza los conceptos de la muerte, el suicidio, los esquemas sociales rígidos y las “buenas costumbres”. Sin embargo, la autora añade que no se plantea de antemano hablar de temas profundos, solamente intenta ser sincera consigo misma y compartir sus miedos, lo cual la lleva a una conversación colectiva.

“Porque no somos tan distintos unos de otros, la verdad es que no. Nunca escribo pensando en el tema, creo que esto viene después. El primer asunto es soltar la mano y soltar la mano significa soltar el lugar común, el prejuicio, la moral, el quedar bien, la buena escritura. Qué sería la buena escritura. Yo prefiero lo imperfecto, lo asimétrico, lo extraviado y luego a eso preguntarle qué más y qué le falta. Pero si empiezas por los grandes temas, no puedes escribir nada”.

La incomodidad es una buena maestra

Leyendo la obra de García Lao, se pueden observar también las huellas literarias de Franz Kafka, cuyo espíritu parece haberla traído hasta la ciudad de Praga, donde reside desde marzo. La escritora parece encontrar en la ciudad, en la cultura y en la lengua aún nuevas inspiraciones muy desconocidas para sus relatos.

“Antes de venir sabía que tenía ganas de indagar en algo particular en torno a Kafka. Escuchar el eco de las conversaciones que no entiendo y que traduzco a partir de los comportamientos, o de los giros, algunas repeticiones de algunas palabras que empiezo a reconocer, los modos que tienen de vestirse, de acomodarse el pelo, de mirarse, me hacen modificar la construcción del personaje porque me plantea como seres nuevos, con unas estéticas distintas. Y por otro lado yo creo que para una escritora o un escritor que se sienta cómodo es difícil que produzca algo interesante. Yo creo que la incomodidad es muy buena maestra”.

Igual que la escritora reconoce su maestra en la incomodidad, ella misma imparte talleres literarios en línea a sus estudiantes de Buenos Aires. Su mensaje para todos aquellos que quieran sumergirse en el mundo de las letras es muy simple: lee. Porque según su opinión un escritor es básicamente un lector. Los dos ejercicios presentan una tarea muy similar y los dos van construyendo nuevos universos.

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