Waldemar Matuška, la gran estrella de mirada cautivadora y profunda voz de barítono
Fue uno de los cantantes checoslovacos más populares de los años 60 y 70 del siglo pasado. Gracias a su aspecto varonil, mirada cautivadora y honda voz de barítono, Waldemar Matuška encantó, sobre todo, al público femenino.
Nacido en la ciudad eslovaca de Košice, Matuška vivió desde su infancia en Praga. El don musical lo heredó de sus padres, tocaba la guitarra y el contrabajo, y entre sus instrumentos favoritos figuraba el banjo.
Estrella de musicales
En 1960, Waldemar Matuška se hizo cantante del teatro Semafor, donde interpretaba canciones de Jiří Šlitr y Jiří Suchý. Piezas como La canción para Susana, Teresa y el dueto Ah, el amor divino con Eva Pilarová, lo catapultaron a la cima de la música pop checoslovaca.
En su repertorio incluía también versiones de canciones de bandas sonoras y piezas tradicionales estadounidenses, como por ejemplo La rosa de Tejas (The Yellow Rose of Texas).
En aquella época comparecía también a menudo en populares filmes y musicales, como por ejemplo Limonada Joe o la ópera hípica, de 1964, Si los mil clarinetes, de 1965 y el Fantasma de Morrisville, de 1966. Uno de sus roles más apreciados lo encarnó en el filme Todos los buenos paisanos, rodado en 1968 por Vojtěch Jasný.
Walda, como solían apodarlo sus amigos y fans, ganó dos Ruiseñores de oro como el intérprete checoslovaco más popular de los años sesenta. Aunque el escenario musical lo dominaba entonces Karel Gott, que tenía una voz capacitada y una expresión más romántica.
La emigración a Estados Unidos
En 1986, Waldemar Matuška emigró con su familia a Estados Unidos, ya que estaba harto del acoso continuo por parte de la policía secreta comunista que lo seguía desde los principios de su carrera dificultando su trayectoria con todo tipo de obstáculos. Inmediatamente después de su emigración, sus canciones pasaron a la lista negra. Las autoridades liquidaron además el disco que estaba a punto de ser lanzado y eliminaron su voz de la popular serie televisiva Los de la casa de campo (Chalupáři).
Pero Matuška se encontró bien en Estados Unidos. Dio numerosos conciertos para los expatriados checos y lanzó varios discos.
A la patria pudo regresar después del año 1989 tras los cambios democráticos en el país y siguió cosechando éxito ante el público checo.
Sin embargo, aunque solía viajar a Chequia a menudo, jamás volvió a radicarse en su país. En las postrimerías de su vida sufrió graves problemas de salud, a los que sucumbió el 30 de mayo de 2009 en su hogar estadounidense en San Petersburgo, Florida.
Muchas de sus canciones sonarán en otoño en un concierto en conmemoración del 90 aniversario de una de las mayores estrellas de la música pop checa.