Un brazo robótico ayuda a científicos checos contra el coronavirus
Científicos checos han construido un robot que facilita el trabajo de los operarios dentro del laboratorio. Durante la epidemia de coronavirus, está siendo de gran ayuda.
A la hora de analizar las pruebas biológicas de coronavirus, es esencial la rapidez para obtener los resultados y evitar el contagio de los trabajadores, para lo que se establecen estrictas normas de seguridad en los laboratorios.
Esta tarea se ve ahora reforzada por la ayuda de un brazo robótico construido por la Universidad Técnica de Brno, que ya se está utilizando en el Hospital Universitario de esta ciudad morava.
Los trabajadores humanos entregan muestras al robot, que se encarga de abrirlas y analizarlas. De esta manera, se incrementa la seguridad del personal del laboratorio.
No obstante, el robot no destaca por su rapidez, pero la compensa con la posibilidad de trabajar sin descanso, como comenta para la Televisión Checa Radomil Matoušek, director del Instituto de Automatización e Informática de la Universidad Técnica de Brno.
“El robot tarda unos 60 segundos en hacer este proceso. Un trabajador hábil lo haría más rápido, pero por otro lado, el robot puede trabajar 24 horas”.
Aunque esta máquina puede utilizarse para diversos fines, el equipo investigador responsable de su desarrollo reconoce que la pandemia de coronavirus ha sido su gran impulso. Pensaron que esto sería un buen aporte en la lucha contra el virus. De hecho, los investigadores señalan que avanzaron en unas semanas lo que habitualmente se hace en medio año o incluso un año.
Por otro lado, Martina Lengerová, coordinadora de análisis del Hospital Universitario de Brno, indica que la capacidad de procesar muestras de su laboratorio se vio superada por el coronavirus, ya que analizan al día unos 150 test.
“Los empleados trabajan desde muy temprano hasta la noche, con dos turnos, porque estamos recibiendo los test todo el día”.
Por este motivo, la ayuda del robot es especialmente valiosa ahora. Además, realiza su labor con gran precisión, es capaz de adaptarse a distintos tipos de probeta y todo se puede controlar desde una tableta o un teléfono inteligente.
Las condiciones de trabajo hasta ahora obligaban a dedicar como mínimo dos personas al análisis de muestras, según apunta una de las trabajadoras del laboratorio, Jana Krčmáriková.
“La persona que trabaja en el compartimento con los materiales infecciosos, cada vez que saca las manos de este espacio para hacer otra cosa, debería quitarse los guantes y ponerse otros. Por eso siempre somos dos”.
Sin embargo, la presencia del brazo robótico permite que solo haya presente un trabajador en la sala, lo que libera a una persona para otras tareas.
Ahora, el siguiente paso que se proponen los investigadores es instalar este robot en más centros médicos y dedicarlo a nuevas tareas. Por ejemplo, se planea su uso para trabajar con citostáticos, unas sustancias muy tóxicas que se utilizan generalmente para el tratamiento de tumores.
De acuerdo con Radomil Matoušek, ya mantienen conversaciones con el Instituto Oncológico y los laboratorios CEITEC de la Universidad Masaryk de Brno.