Rafael Soler: “En Praga empiezas a escucharte por dentro”
El poeta español Rafael Soler visitó en noviembre Praga con motivo del festival internacional Día de la Poesía. Se reunió con varios poetas checos, así como con estudiantes de traducción que llevaron este año por primera vez sus poemas al checo. RPI conversó con él sobre esta experiencia, sus vínculos con la ciudad de Praga y su relación con la poesía.
Rafael Soler fue el invitado español de la 25 edición del Día de la Poesía, festival internacional en recuerdo al nacimiento del gran poeta checo del romanticismo Karel Hynek Mácha (1810-1836). En el espacio universitario de Kampus Hybernská, Soler asistió a una velada literaria y presentó al público checo una selección de sus poemas, agradeciendo la oportunidad de venir a Praga, ciudad en la que ve un encanto particular.
“Yo creo que hay ciudades en el mundo que tienen un magnetismo especial, unas vibraciones especiales. En mi caso concreto, es el caso, por ejemplo, de Sídney, en Australia, es el caso de Oakland, en Nueva Zelanda, y en Europa, curiosamente, es el caso de Praga. Praga es una ciudad llena de energía. Llegas aquí y empiezas a escucharte por dentro. Paseando por esta ciudad, muchas veces, me he acompañado con mis pensamientos y han llegado ideas, versos nuevos. Yo le debo en este sentido mucho a esta ciudad”.
“La poesía es música”.
Junto a los poemas de Rafael Soler se pudieron escuchar en Praga también los poemas de Juan Van-Halen, periodista, escritor y poeta madrileño quien, a cambio de Rafael Soler, no pudo asistir al festival en persona, pero sí estuvo presente por medio de su obra.
“Y ahora estoy muy feliz de estar aquí, en este festival, en este encuentro con poetas hermanos. Decía en mi intervención que la poesía es música y en ese sentido, aunque no conozcas la lengua, si te recoges y prestas atención y te dejas invadir por la música de lo que escuchas, es como si realmente estuvieses entendiendo, si no todo, en parte. Luego se traduce y a lo mejor no son las mismas emociones que has sentido, pero es que la poesía es eso, porque un mismo poema dice cosas diferentes. Yo tengo algunos autores que me han acompañado a lo largo de mi vida y hay poemas suyos, que cuando los leí a los 20 me decían una cosa y que ahora, ya en el final de mi vida, me dicen algo distinto. ¿Ha cambiado el poema? No, he cambiado yo y eso es lo mejor de la poesía, lo más bonito de la poesía”.
“Caramba, qué bien suena esto”
Con motivo del Día de la Poesía, los estudiantes checos del Instituto de Traductología de la Universidad Carolina de Praga, dirigidos por la traductora Jana Pokojová, tradujeron por primera vez la poesía de Rafael Soler al checo, presentando su trabajo en la velada del festival. Como dijo el poeta después del evento, escuchar sus propios poemas en checo fue para él una experiencia muy agradable.
“La traducción es un trabajo muy importante. Tenemos la maldición de las lenguas y los traductores son como pasarelas que nos brindan el consuelo de poder entender lo que dice un hermano nuestro que nació lejos. Y es un gran compromiso el del traductor. Y en poesía más, porque la poesía es música, la poesía es ritmo, la poesía son imágenes, metáforas. Por ejemplo, yo tengo poesía publicada en italiano, el italiano hace buenos mis poemas. Yo escuché un poema mío en italiano y dije: ‘Oye, tu poema está muy bien’. ‘No, es tuyo’. ‘Ya, ya, pero queda mejor’. El francés también ayuda. En el inglés... Yo tengo mis libros en inglés traducidos y tengo que confesar que no es lo mismo. Y luego, claro, cuando a mí me publicaron en Hungría, por ejemplo, cuando me publican en Japón, lo único que puedo hacer es dar las gracias. Y como me ha pasado hoy con esta lengua maravillosa que es el checo, es decir: ‘Caramba, qué bien suena, qué bien suena esto’. Y ahí me quedo”.
Neruda, Vallejo, Rodríguez
“De repente, un día escribí un poema que no estaba mal”.
“De repente, un día escribí un poema que no estaba mal”.
Nacido en 1947 en Valencia, Rafael Soler reside en Madrid, donde fue profesor titular de la Universidad Politécnica. La producción literaria de este escritor, ingeniero y sociólogo es muy intensa y se remonta hasta el año 1979 cuando publicó la novela El grito. Como dice, por suerte, descubrió el talento poético siendo muy joven.
“Lo descubrí joven. Yo leí mucho a Neruda. Tengo que decir que Neruda es un poeta estupendo, pero publicó tantísimo que tiene cosas que no son excelentes, en absoluto. Y me atrevo a decirlo porque ya soy mayor y porque lo pienso sinceramente. Decía que yo venía de leer mucho a Neruda, a otro poeta, Rabindranath Tagore… Madre mía, qué tiempos, era muy joven. Pero, de repente, un día escribí un poema que no estaba mal”.
“De repente, un día escribí un poema que no estaba mal”.
Dicho poema se debía al fallecimiento de su prima, víctima de un accidente trágico. Explica Rafael Soler que el poema le salió solo, que los primeros dos versos le vinieron solos, que no son suyos, sino que le vinieron al oído, alguien se los dictó. Ahí descubrió que si se aplicaba, algún día podría llegar a ser poeta. “Y en ello estoy todavía”, sostiene.
“Yo tengo un autor que es mi maestro desde siempre, que es el peruano César Vallejo. César Vallejo es un poeta que escribe desde el dolor, desde la misericordia. Todos sus poemas nacen en su verdad. Hemos tenido la alegría inmensa ahora, hará una semana, que hemos descubierto un poema inédito de Vallejo. Un poema inédito de Vallejo. Y es un poema bellísimo, un poema que habla de Navidad. Estaba publicado en una revista, nadie lo había visto nunca. Bueno, a lo que iba... ¿Quién me acompaña siempre? Vallejo. Me acompaña también el español Claudio Rodríguez, que es otro poeta enorme. Con ellos dos me acompaño”.
Nadie es poeta
En 2021, Rafael Soler publicó la antología poética completa de su obra que reúne su extensa producción que abarca más de 40 años y cuenta con más de 600 páginas. Obtuvo, entre muchos otros, el Premio Nacional de Poesía Juan Ramón Jiménez, sus libros fueron publicados en Hungría, Japón, Italia, Francia, Estados Unidos, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Honduras y Perú y desde 2015 es vicepresidente de la Asociación Colegial de Escritores de España. Y, sin embargo, se sigue preguntado por la mañana delante de un espejo si, realmente, es poeta.
“El poeta siempre vive en la incertidumbre”.
“No puedes estar en posesión del amor. El que está en posesión del amor, destruye el amor. Y vienen los celos, la inseguridad, las pruebas... El amor tiene que ser siempre, en mi opinión, una incertidumbre. No puedes estar en posesión de la verdad. Porque si estás en posesión de la verdad, pierdes curiosidad, pierdes capacidad de diálogo, te vuelves intransigente. Y nadie es poeta. Yo tengo a mi cuñado que es dentista. ¿A quién afeita mi cuñado por la mañana cuando se levanta? A un dentista. Y a las 9:30 está trabajando en su clínica. Yo me afeito por las mañanas y digo: ‘¿Yo soy poeta? ¿Por qué? Si ahora no tengo nada que decir’. El poeta siempre vive en la incertidumbre y eso son los poetas”.
“Un poeta tiene que tener mundo propio”, añade el autor, explicando que si no tiene mundo propio, si no tiene su dolor, sus fracasos, sus frustraciones, sus anhelos, sus sueños no cumplidos, tiene poco que contar al lector. “Entonces, yo creo que viniendo de la tradición, leyendo mucho, se adquieren destrezas, pero he de decir, y lo digo con toda honestidad, que yo creo que el poeta nace, no se hace”, prosigue Soler, diciendo también que un poeta puede estar incubando toda la vida, es decir, ser poeta sin saberlo, sin haber escrito un verso. Que ser poeta es cuestión de actitud, de curiosidad, de esa manera de mirar diferente.
“Aquí hay un tema de fondo importantísimo para mí. Cuando tú lees un gran poema, un poema muy bueno, y después de leerlo preguntas: ¿Esto quién lo ha escrito? El poeta se ha quedado a medio camino, porque el gran desafío de un poeta es encontrar su voz, decir las cosas de una manera que no las dice nadie más. Cualquier verso de Lorca es de Lorca, cualquier verso de Vallejo es de Vallejo”.
“Encontrar la voz te puede llevar tiempo, pero si tienes el don de la poesía, la voz se acaba encontrando. La voz y la mirada”, concluye Rafael Soler, el invitado especial del Instituto Cervantes de Praga y del festival Día de la Poesía, que se celebró entre el 11 y el 24 de noviembre en 50 ciudades de toda Chequia.
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