Una obra colectiva explica a los checos la literatura hispanoamericana moderna
Poco después de aceptar la propuesta, Dora Poláková se dio cuenta de que realizar un libro como el que le habían pedido sería una tarea casi imposible. Sin embargo, luego de una década de muchas idas y vueltas y dos años de intenso trabajo, lograron concluir con su equipo Moderní hispanoamerická literatura (Literatura hispanoamericana moderna) una obra que, probablemente, marque un antes y un después en la historia del hispanismo checo.
La hispanista Dora Polaková dice que ni siquiera quiere ponerse a pensar cuántos años les llevó a ella y su equipo de trabajo escribir Literatura hispanoamericana moderna (Moderní hispanoamerická literatura), la flamante obra que se atreve a recorrer sus tendencias y autores clave en un impresionante arco temporal que va desde finales del siglo XIX hasta comienzos del siglo XXI. La propuesta surgió de Karolinum, la editorial de la Universidad Carolina de Praga que cuenta con una colección de literaturas modernas dirigida no solo al ámbito universitario sino también al público general.
“Y tengo que confesar que cuando nos lo ofrecen o consultan a ver si podríais preparar algo así, yo lo hablo con la profesora Anna Housková y ella me dice: ‘a ver, Dora, ¿por qué crees que aun no tenemos un libro de literatura hispanoamericana? Porque todos han dicho que no, que no lo querían hacer por imposible’”.
Agrega Poláková que esas palabras casi la hacen entrar en pánico. En efecto, hubo que esperar alrededor de una década para que se alinearan los planetas y empezaran a dejar atrás una multitud de hechos que, a su turno, fueron poniendo en riesgo la realización del libro: desde embarazos y ocupaciones múltiples hasta enfermedades y mudanzas. Luego de diseñar en conjunto un índice general, el plantel de especialistas convocado por Poláková empezó a concretar, mediante dos intensos años de escritura, ni más ni menos que eso: lo imposible.
“El equipo es, principalmente, de aquí, de la Universidad Carolina: estoy yo, está Anežka Charvátová, Juan Sánchez que, si bien es especialista sobre todo en literatura española, se interesa mucho por la poesía y le gustó ese reto, después nuestra ex doctoranda Lucía Nuñez que se ocupó del ensayo porque ese fue el tema de su tesis doctoral y nos decíamos que sería magnífico incluir el teatro porque es un poco un campo que se olvida y en el cual casi no hay tiempo de meterse, y entonces pensamos de inmediato en Daniel Vázquez de la Universidad Masaryk en Brno”.
El desafío era tan grande que, incluso en el fragor de la escritura, Poláková llegó a preguntarse varias veces por qué habían aceptado la propuesta, a tal punto que se veía como una especie de Sísifo arrastrando una enorme piedra de la que nunca lograba liberarse.
Una pesadilla y un consuelo
“Nadie había querido hacerlo antes porque era un libro imposible”.
Dora Poláková
Durante ese tiempo, cuenta Poláková que consultó decenas de manuales de literatura hispanoamericana. Entre ellos, algunas ediciones clásicas como la del crítico literario peruano José Miguel Oviedo que, a pesar de contar con grandes tomos y miles de páginas, no lograban clausurar el tema.
“Y eso, por un lado, es como una pesadilla, pero, por el otro, al final nos dijimos que era un consuelo porque nadie llega aunque tenga un equipo y cinco tomos, o sea, se trata siempre de una selección”.
Más allá de la impresionante amplitud de temas, épocas y países, el tono más bien ensayístico de la obra logra interesar tanto a los iniciados como a quienes desean empezar a conocer esa literatura tan rica y variada que, en los últimos años, viene conociendo cierto auge de traducción en República Checa. En ese sentido, Poláková asegura que la idea principal era, ni más ni menos, que estimular el interés por los libros, un objetivo que esta obra cumple con creces, aun cuando el proceso no haya sido tan lineal ni esquemático como podría suponerse.
“Somos tan diferentes y, además, el equipo está compuesto de individualidades tan fuertes que no podía decirse ‘esto lo vas a escibir así’. Nada de eso. Entonces, al final dijimos que cada uno lo escriba, más o menos, como quiera. Por supuesto, teníamos un plan, nombres que había que incluir, un poco las dimensiones de cada capítulo, no sé, entre cincuenta y ochenta páginas más o menos, pero después realmente cada uno lo hizo un poco a su manera, con su lenguaje y con su tono personal”.
En cuanto al título, Dora Poláková afirma que, en algún punto, o quizás en todos, es problemático: lo de literatura en singular, lo de hispanoamericano e incluso lo de moderno. Y también el hecho de haber decidido, junto a su equipo, mostrar algunas tendencias literarias actuales, aun cuando pudiera llegar a faltar cierto distanciamiento crítico. En lo que respecta al siglo XX, la obra le dedica, por supuesto, un lugar central al boom latinoamericano. Y, en ese sentido, lo interesante es que, sin poner en duda su enorme trascendencia, Poláková sí critica algunas decisiones que, al día de hoy, quienes arman los programas escolares de literatura parecen seguir tomando como si no hubiera pasado el tiempo y como si, en la actualidad, se leyera igual que hace medio siglo.
“Normalmente, los estudiantes en las escuelas secundarias conocen de toda la literatura hispanoamericana un solo libro: Cien años de soledad. A mí me encanta, a pesar de haberlo leído muchas veces, pero creo que dárselo a los chicos de dieciséis o diecisiete años sin ningún contexto es casi un crimen porque la mayoría no lo termina de leer y ya tienen una postura de ‘no, por dios, qué es esto’. Es un poco lo que yo no entiendo, yo dudo de que hoy alguien lea en la escuela secundaria el Quijote, ¿a qué estamos jugando? ¿Por qué esa hipocresía de decir lo tenéis que leer y no importa que no conozcáis otras cosas? Y ¿por qué no se lee, por ejemplo, de García Márquez Crónica de una muerte anunciada que les encanta a los chicos? O los cuentos, yo soy una gran fan del cuento hispanoamericano, y eso después distorsiona la perspectiva”.
Entre tanta incertidumbre, Poláková afirma que hubo una certeza que la acompañó durante todo el proceso de elaboración de esta obra: no podía faltar un trabajo acerca del modernismo y la influencia que esa corriente literaria llegó a tener en autores tan disímiles como Jorge Luis Borges y José Martí.
Orgullo y prejuicio
Autora también de un volumen sobre el fin de siglo en la prosa de Rubén Darío, Poláková tiene la impresión de que el modernismo despierta y sigue despertando, además, un interés especial en Chequia.
“Yo creo que interesa, incluso a los estudiantes: aparte de mi análisis, hay un libro de cuentos de Darío traducido por estudiantes que lo coordinó Anežka Charvátová y es verdad que les sigue pareciendo interesante en algo. Por supuesto que hay cosas que ya están como anticuadas, y, no sé, puede ser también por el ambiente de Praga donde vives ese fin de siglo paseando por las calles, tenemos también una literatura interesante y además creo que también a finales del siglo XIX y principios del XX es cuando en Chequia se fragua un poco la identidad y las luchas entre esa literatura patriota, nacionalista y esa literatura cosmopolita que es un poco lo que les iban reprochando a los modernistas”.
Tal como adelanta Poláková, otra contribución de Literatura hispanoamericana moderna tal vez sea ayudar a combatir algunos clichés, reducciones o estereotipos sobre autores como el propio José Martí a quien, según su opinión, algunas generaciones veían como el primer comunista cubano.
“Es uno de los nombres que yo creo que, ya no en las generaciones jóvenes pero sí en los mayores, tiene ese matiz político que yo creo que, pobre José Martí, procede de toda la propaganda castrista y que hace decir, a pesar de que se trate del siglo 19, que él tendrá algo que ver con esto y después uno va descubriendo qué gran autor fue”.
De hecho, Poláková recuerda que, cuando ella era estudiante, se organizó en Praga un simposio sobre José Martí durante el cual dos críticos literarios de Cuba y dos cubanos exiliados en Miami discutieron en público a raíz de su obra: mientras los primeros se lo apropiaban como poeta estatal, los segundos lo exponían como un símbolo de la lucha por la libertad.
Del japonés al español
Estar al frente de este destacado plantel de autores también le permitió a Poláková aprender mucho sobre las nuevas tendencias de la novela hispanoamericana o del universo del teatro. Una gran aventura que incluso la llevó a pensar nuevos contenidos para sus clases de literatura hipanoamericana. A su vez, afirma que, gracias al contacto con los estudiantes, logró comprender cómo a veces factores ajenos a lo literario como una noticia, un comentario político o una adaptación al cine pueden despertar interés en determinado libro. En la actualidad, nota en Chequia, por ejemplo, cierta fascinación por la literatura colombiana, quizás a partir de series famosas al estilo Narcos que, llegado el caso, pueden disparar la curiosidad en obras como El ruido de las cosas al caer de Juan Gabriel Vásquez.
“La literatura hispanoamericana se ha convertido para mí en una cosa muy amada y muy querida”.
Dora Poláková
Lo curioso es que esta destacada hispanista revela que, en realidad, deseaba estudiar japonés, aunque el destino le depararía una enorme posibilidad cuando, en la década del noventa, a su madre le ofrecieron el puesto de agregada cultural en Madrid.
“Yo tenía doce años, hicimos las maletas y pasamos tres años en Madrid y, en vez de japonés a mí me metieron ahí en séptimo de EGB de entonces, yo sabía decir ‘no hablo mucho español’, ‘gracias’ y ‘buenos días’ y me acuerdo de que en ciencias naturales se daban los moluscos. Yo no tenía idea de lo que significaba ‘perro’, o sea con los moluscos mucho peor, pero fue una buena escuela y entonces ya se convirtió como en mi destino. Cuando volví, estudié en el instituto bilingüe de Budejovická y después aquí, en la facultad Carolina. En la tesis doctoral me dediqué, en realidad, a la literatura española, escribí sobre Torrente Ballester, pero después hubo una plaza vacante de hispanoamericana que no hubiera elegido, aunque es verdad que me gusta más. O sea, para mí es un mundo mucho más heterogéneo y rico sin desdeñar a la española, por supuesto, pero la literatura hispanoamericana sí que se ha convertido en una cosa muy amada y muy querida y hasta hoy día me encanta dar clases a los chicos”.
Recuerda Poláková que durante esos tres años en España viajaban cada fin de semana con el objetivo de visitar lugares del país que, por ese entonces, los checos no conocían ni en mapas, como Extremadura y Galicia. En cuanto a las lecturas de iniciación, considera que su primer gran descubrimiento fueron los poemas de Pedro Salinas.
Lo cierto es que aquel extraño giro del destino que la disuadió de estudiar japonés fue necesario para que ese proyecto casi imposible que, en algún momento, la hizo sentir más perdida que en Tokio, saliera finalmente a la luz y ya esté disponible en las librerías checas.
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