El Gobierno checo declara el estado de emergencia para ayudar a los refugiados
El Gobierno checo ha decidido declarar el estado de emergencia a partir del viernes para agilizar los trámites de los miles de refugiados ucranianos que están llegando a Chequia.
La República Checa sigue adoptando medidas en función del desarrollo de la actual crisis en Ucrania, desatada el jueves pasado con la invasión de las tropas rusas. Además de la ayuda militar y humanitaria proporcionada al país en los últimos días, el Gobierno está reaccionando asimismo ante las secuelas que la guerra está teniendo en Chequia, como es el número elevado de ucranianos que llegan al país en busca de un lugar seguro.
Para hacer frente al volumen elevado de trámites burocráticos y logísticos que esto supone, el Gobierno ha decidido declarar el estado de emergencia a partir de este viernes 4 de marzo. El ministro del Interior, Vít Rakušan, detalló que las instituciones que se encargan de procesar la llegada de migrantes de manera estándar no cuentan con la capacidad de responder a la demanda actual.
“El Departamento de Asilo y Política Migratoria no puede estar operativo 24 horas al día. La medida de crisis nos permitirá que la tarea de emitir visados la pueda asumir la Policía de Extranjería. El propósito de todo esto es que el proceso sea rápido y eficiente y que seamos capaces de ofrecer confort a las personas que llegan de Ucrania y, al mismo tiempo, seguridad a los ciudadanos checos”.
El sistema de acogida de refugiados tiene cuatro niveles, según informó el ministro la semana pasada. Estos van desde el verde hasta el negro, en función de la intensidad de la situación. Rakušan explicó en rueda de prensa el miércoles que Chequia había pasado rápidamente a uno de los niveles más altos.
“La semana pasada activamos el nivel naranja que no requería del estado de emergencia. Este nivel cuenta con la llegada de alrededor de 5000 personas al mes. Actualmente llegan hasta 5000 personas al día. En estos momentos estamos hablando de entre 20 000 y 30 000 migrantes que ya han llegado a Chequia. Estamos en el límite entre el nivel rojo y negro. Y desde el inicio hemos advertido que en esta situación sería necesario declarar el estado de emergencia”.
Rakušan afirmó que entiende el pánico que un nuevo estado de emergencia puede generar entre la población debido a los sucesos de los últimos dos años, marcados por la pandemia del coronavirus, cuando el estado de emergencia rigió durante un total de 284 días, llegando a su fin el 26 de diciembre del año pasado.
El ministro aseguró, no obstante, que, en esta ocasión, el estado de emergencia no significa limitaciones a la movilidad de las personas o a los horarios de los comercios o servicios. Enfatizó que se trata de una herramienta de crisis que permite una mejor coordinación y mayor centralización de los procesos necesarios para acoger a los refugiados de Ucrania.
De esta manera debería acelerarse, por ejemplo, el registro de los migrantes o la búsqueda de viviendas para los que no tengan familiares o conocidos con los que quedarse.
Impresión positiva del Gobierno ucraniano
Debido a la guerra declarada a Ucrania por Vladimir Putin, han tenido que cerrar sus puertas las oficinas consulares checas en Kíev y Lviv. El embajador checo en Ucrania, Radek Matula, logró regresar a Chequia tras decenas de horas de viaje.
Por un lado, Matula afirma que no tiene ni idea de cuándo podrá volver a Kíev y retomar su trabajo, dado que el fuego de las armas rusas sigue arrasando las ciudades ucranianas. Por otro, admite estar positivamente sorprendido por la manera en la que el Gobierno y el Ejército ucraniano han sabido reaccionar ante el ataque de Vladímir Putin.
“En los días antes de la invasión, los representantes ucranianos ponían en cuestión informaciones sobre una posible invasión contra su país o que esta pudiera afectar también a Kíev. Su actitud no parecía muy responsable y no generaba demasiada confianza. Pero tras la entrada de las tropas, tengo la impresión de que los representantes de Ucrania saben lo que hacen y tienen la situación bajo control. La cadena de mando militar y el Ejército funcionan muy bien. Así que mi impresión es muy positiva”.
Según dijo en entrevista con la Radio Checa, Matula lamenta no poder estar en Kíev en estos momentos y seguir ofreciendo servicios consulares. Al menos de manera limitada, como muestra de apoyo y solidaridad con el pueblo ucraniano.