Voluntarios piden la colaboración de más traductores en la frontera de Eslovaquia con Ucrania
Los voluntarios checos que ayudan a cruzar la frontera de Eslovaquia a refugiados ucranianos se quejan de la falta de intérpretes.
Los voluntarios checos que ayudan a los refugiados ucranianos a cruzar en la ciudad fronteriza eslovaca de Ubľa están pidiendo la colaboración de más traductores e intérpretes para poder ayudar a más personas.
Y es que según se quejan las ONG de la zona, la organización del transporte de refugiados a la República Checa y a otros países europeos se está complicando a causa de la barrera idiomática.
Esta ciudad, Ubľa, es el punto de cruce que se encuentra más al norte en la frontera entre Ucrania y Eslovaquia. Se trata de un pequeño pueblo de menos de mil habitantes que actualmente está sirviendo de campo base a cientos de ucranianos que huyen de la guerra a diario.
Frente al centro cultural se han erigido varias tiendas de campaña como punto de bienvenida improvisado para los refugiados, donde pueden recopilar información básica y encontrar ayuda justo a su llegada.
Es precisamente en este sitio donde se encuentran la mayoría de voluntarios, y también donde se necesitan los intérpretes, ya que son esenciales para ayudar a los ucranianos a organizar su viaje a otras partes del país.
La Radio Checa pudo hablar con Olena, una mujer ucraniana que ha vivido en Brno los últimos 30 años y que está ayudando en la localidad fronteriza.
“Muchos de los refugiados que llegan tienen miedo de subirse a un coche con un extraño. Dicen que no quieren viajar con un desconocido, porque no saben quién es. Intento tranquilizarlos y explicarles que la República Checa es un lugar acogedor, que estas personas son dignas de confianza y que no tienen nada que temer”.
Olena destaca la importancia de hablar en su propio idioma, en ucraniano, con las personas que huyen de sus hogares, ya que es una forma de transmitirles confianza. Explica que es esencial para calmarlos. No obstante, a veces, admite, el trabajo también puede ser duro para ella.
“He llorado algunas veces, principalmente por los niños y niñas. Para ellos es incluso peor que para los adultos, toda esta situación”.
Olena estima que habla con cientos de refugiados ucranianos al día. Como ella, la mayoría de voluntarios en Ubľa no son intérpretes capacitados. En otras palabras, no se ganan la vida como traductores sino que muchos son simplemente ucranianos que han vivido en la República Checa durante mucho tiempo.
No obstante, para este tipo de situación de emergencia cualquier persona que sepa ucraniano es bienvenida porque podrá ayudar mucho en lo que a logística se refiere. Algunos de los voluntarios, por ejemplo, son estudiantes. Los intérpretes se pueden identificar porque llevan chalecos azules y etiquetas con su nombre con la intención de poder ser reconocidos fácilmente.
Karolína Beránková, la coordinadora de los voluntarios checos en Ubľa, insiste en que se necesitan más hablantes de ucraniano. Están buscando a gente que pueda quedarse en la frontera por, al menos, una semana. Los interesados pueden presentar su solicitud a través del grupo de Facebook ‘Pomoc Ukrajině - Hraniční přechod Ubľa’ o a través del formulario de Google.
Además, también se necesitan otro tipo de ayudas, por lo que la llamada se extiende a conductores, médicos y abogados. Los voluntarios que puedan acercarse a Ubľa pueden inscribirse de la misma forma.
En las próximas semanas se prevé que llegue la mayor afluencia de refugiados, por lo que la organización y la ayuda es clave para poder gestionarlo.