Gracias a su interés en temas de historia reciente cuyo efecto aún se percibe en la sociedad y la creación de personajes arquetípicos, Kateřina Tučková logró convertirse en una de las escritoras checas más leídas de la actualidad y, al mismo tiempo, en referente en materia de derechos humanos.
El estilo y el lenguaje suelen ser los grandes distintivos de los escritores. Sin embargo, en algunos casos, la elección de los temas también puede resultar fundamental. Y según la licenciada en Filología Checa y profesora de español Ludmila Vyčítalová, ese parece ser el caso de la prestigiosa y cada vez más conocida escritora Kateřina Tučková.
“Son temas que transcurrieron hace decenas de años, es decir, es la historia del siglo XX, y todo el mundo siente, en mayor o menor medida, las consecuencias, además lo hace de una manera al borde de la novela histórica, a medias entre lo que sería una investigación académica, pero combinada con un estilo literario, es decir, es muy legible”.
Según Vyčítalová, el gran acierto de Tučková no pasa solo por abordar en su obra acontecimientos históricos más o menos recientes, sino también por incluir en esos textos de ficción datos históricos y hasta algunos casos reales, aunque al mismo tiempo es una excelente narradora. Para Vyčítalová, el gran ejemplo de esa síntesis es La expulsión de Gerta Schnirch que salió en 2009 y, al año siguiente, recibió el Magnesia Litera. La novela, explica Vyčítalová, narra desde un punto de vista muy personal la situación de alguien que, de repente, se encuentra en el bando de los perseguidos y es expulsada, de un día para el otro, de la ciudad de Brno. Se trata de una historia que despierta mucha compasión y, a la vez, se enmarca en un hecho histórico.
“Y está narrando lo que es la marcha de la muerte entre el 30 y el 31 de mayo de 1945, que fue la noche en la cual, basándose en los decretos del presidente Beneš, que decidió que todos los alemanes debían ser expulsados, pues los echan a andar fuera de Brno en dirección a Austria y los hacen caminar más de treinta kilómetros hasta la localidad de la actual Pohořelice, donde casi todos fallecen”.
Además de agotamiento y deshidratación, la mayoría de esas muertes, según explica Vyčitalová, se debieron a infecciones intestinales. Como durante el trayecto no les daban ni siquiera agua, las personas debían beber de charcos de la calle para no morir de sed. Vyčítalová explica que gran parte de la vida y obra de Tučková gira en torno a la región de Moravia: nació en 1980 en Brno, creció en un pueblo de Moravia del Sur y estudió Historia del Arte y Filología Checa en la Universidad Masaryk, una carrera que, según dijo alguna vez, le hizo prestar atención a los pequeños detalles. Justamente, explica Vyčitalová que esa especie de estado de alerta la llevó a escribir esta exitosa novela.
“Su primera inspiración le vino durante sus estudios universitarios, cuando alquiló una vivienda en lo que llaman el Bronx de Brno, un barrio en el que viven personas de un nivel social bajo, y ella se empezó a preguntar por qué siendo céntrico ese barrio era tan periférico a la vez. Se enteró, y eso despertó su curiosidad, de que en ese barrio habían vivido antes y durante la guerra los alemanes, era como el barrio alemán y la mayor parte de esos habitantes fueron desterrados, y muchos de ellos terminaron en la marcha de la muerte”.
Vyčítalová destaca el origen casi periodístico de este libro, ya que la autora comenzó a entrevistar a algunos habitantes de su barrio para luego transformar esos testimonios en una novela. En su opinión, lo que ella suele crear son personajes arquetípicos que, si bien no son del todo reales, funcionan como síntesis de una época, de una situación o de una sociedad. Además de escritora y dramaturga, Tučková es la directora y fundadora de Meeting Brno, un festival multidisciplinario que fomenta el debate. Por ejemplo, en 2016, se discutió precisamente el tema de la expulsión de los alemanes y uno de los resultados fue que la ciudad de Brno terminó elaborando un escrito para pedir perdón por lo ocurrido tras la Segunda Guerra Mundial.
“La culpa es un gran tema porque lo que hace es despertar la conciencia de los checos para que recapacitemos y veamos que tampoco la nación checa ha sido solo la víctima, también nos hemos portado mal porque había alemanes que podían merecer algún tipo de castigo de cárcel, pero había otros como Gerta que simplemente nacieron en el momento y el lugar equivocados, pero no hicieron nada malo”.
La segunda novela exitosa de Tučková es El legado de las diosas, que salió en 2012. La convirtió durante ese año en la autora checa más leída y se tradujo recientemente al español, entre muchos otros idiomas. En este caso, la protagonista es Dora, una investigadora que encuentra de casualidad una pista que la lleva a descubrir el lado oculto de la vida de su tía.
“Es una historia con mucho suspenso, tensión y curiosidad, y al final se descubren cosas que uno no se esperaría, así que trabaja mucho con involucrar al lector y generarle preguntas que no serán contestadas hasta el mismo final”.
El misterio al que alude Vyčítalová está directamente vinculado al casi en extinción conocimiento ancestral de una serie de curanderas y adivinas de la región de los Cárpatos Blancos que constituyen la última esperanza de mucha gente cuyos problemas, como dice el libro, “no suelen encontrarse en su cuerpo, sino en su alma”. Por supuesto, ese tipo de prácticas no causaban ninguna simpatía entre las autoridades del régimen comunista.
“Hay un enfrentamiento, una confrontación entre lo racional y lo irracional, lo intuitivo, mágico e inexplicable, y Tučková llega a hacer una síntesis que muestra que esas dos cosas pueden convivir y ninguna tiene derecho a suprimir a la otra. También hay una denuncia muy grande contra el régimen que destrozó lo poco que quedaba de esta sabiduría. También hay una línea que va más atrás del comunismo a la época del nazismo, son dos temas grandes que Tučková trabaja: el nazismo y el comunismo”.
En ese sentido, recalca Ludmila Vyčitalová, no debería extrañar que uno de los tantos premios que distinguen a esta exitosa autora le haya sido concedido por el Instituto para el Estudio de los Regímenes totalitarios en 2017, justamente por su destacada labor en materia de derechos humanos.