La Praga terrible de David Llorente

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Tú no eres Sherlock Holmes es el nombre de la última novela de David Llorente que traslada al lector al año 2008 y lo lleva de la mano de los emigrantes económicos españoles por las calles de Praga, siguiendo, además, las huellas de un asesino en serie.

Ubaldo Contador, psicólogo de la Policía Nacional española, lleva a cabo una investigación que lo trae hasta el mismo corazón de Europa, a Praga. Ahí, se encuentra con muchos españoles que se marcharon buscando una vida mejor. Estamos en el año 2008. ¿Qué es lo que se encuentran?

Portada del libro de David Llorente | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

Este tema se lo plantea David Llorente en su última novela Tú no eres Sherlock Holmes (Alrevés, 2024), una denuncia de acontecimientos que se remontan a 16 años atrás y que llevaron a muchas personas a la miseria.

David, que vivía en Praga por aquel entonces, vuelve a sus recuerdos sobre los muchos españoles que iban a la capital checa huyendo de la crisis.

“Y la realidad con la que se encontraban era todo lo contrario. Y además, y ese es el otro tema que me interesaba, era que las autoridades españolas destacadas en el exterior, es decir, los diplomáticos, tenían ordenado desde arriba, no hablar de la crisis, no pronunciar la palabra crisis, incluso tenían una especie de decálogo, qué es lo que tenían que decir cuando alguien les preguntara acerca de la crisis: no pronunciar la palabra, decir que no existía, desautorizar a la persona que se lo preguntaba… Ese tipo de cosas”.

“Una cosa que siempre me habría gustado leer en otras novelas y nunca lo he encontrado, es el comportamiento, la vida de los diplomáticos en el exterior”.

Así, el escritor toma la palabra “glándula” y la repite a lo largo del texto como una mantra. Con ella se refiere a la crisis.

“De hecho, yo busqué información sobre la inmigración española como consecuencia de la crisis y no había información. Es decir, desde un punto de vista estatal o del gobierno, eso se silenció. Y solamente encontraba información a lo mejor en entidades privadas o extranjeras, pero españolas no. Y eso me parece terrible. Y por otro lado, una cosa que siempre me habría gustado leer en otras novelas y nunca lo he encontrado, es el comportamiento, la vida de los diplomáticos en el exterior, porque es muy llamativa”.

Así, en la novela aparecen muchas anécdotas que hasta le pueden hacer reír al lector, como un contrapeso a las cosas terribles que se cuentan. Como dice David, inconscientemente introdujo mucho humor, humor negro, sarcástico, irónico, para que el lector soltara una carcajada y se desahogara. “De hecho, ha habido gente que ha vivido esos años conmigo y que leyeron la novela y que lo primero que me han dicho es que se han partido de risa”, cuenta el autor, aunque asegura que el texto no está destinado a aquellos que recuerden esos sucesos.

David Llorente | Foto: archivo de David Llorente

“Yo prefiero que el público que la lea no sepa nada de Praga. Que no sea capaz de relacionar personajes con personas ni personajes con cargos. Porque yo no lo he escrito para la gente de Praga, para los españoles de Praga. Si lo leen, me parece muy bien, quizá alguien se siente ofendido, pues bueno, pues ya tiene dos trabajos: ofenderse y desofenderse. Porque lo que se cuenta es verdad”.

David Llorente reconoce, sin embargo, que todos los personajes, todo lo que se dice, está bastante modificado literariamente. En esto influyó también el hecho de que pasaran muchos años entre los acontecimientos descritos en la novela y su escritura.

“No puedes escribir con la espuma en la boca. Y con los ojos llenos de sangre”.

“Lo normal es que cuando escribes sobre algo que te molesta o que te hace daño, no lo escribas en el momento en el que te está pasando, lo normal es que lo escribas años después. Y así debe ser, así tiene que ser. Porque no puedes escribir con la espuma en la boca. Y con los ojos llenos de sangre, tienes que esperar, te tranquilizas, todo baja, lo razonas, lo miras con la perspectiva del tiempo y ya puedes escribir más serenamente y más ajustadamente”.

Otra dimensión del texto es dar voz a todos aquellos que no la tuvieron en su momento, darles la posibilidad de expresarse por medio de los personajes y dar testimonio de una “mancha oscura” en la historia del comienzo del siglo XXI en España, dice el autor, reconociendo que es una novela claramente social con rasgos de novela negra, un género muy cercano al escritor que se llevó en 2017 el Premio Dashiel Hammett por Madrid:frontera o en 2015 el Premio Memorial Silverio Cañada por Te quiero porque me das de comer.

“Sí, es social, claro que es social, porque yo creo que la novela negra es la novela social. Hoy, actualmente, en la literatura española por lo menos, no hay una corriente de literatura social como hubo hace un siglo, después de la Guerra Civil. Ahora no hay, pero aun así hay muchas cosas que hay que decir y denunciar. Y entonces, ese campo lo ha atrapado la novela negra, la novela social está dentro de la novela negra”.

“La novela social está dentro de la novela negra”.

El argumento negro, en este caso, es una investigación de unos asesinos que da muchos juegos muy entretenidos, es muy atractivo y también puede ser muy simbólico según el tipo de investigador, según el tipo de criminal, explica David. Por ejemplo, en la novela, el investigador es un psicólogo de la Policía Nacional al que no le interesa atrapar a un asesino, a él lo que le interesa es estudiarlo. Entonces cuando ya se dan cuenta de quién es, no lo quieren detener, simplemente lo quieren estudiar.

“Esto se me ocurrió porque conocí a un psicólogo del cuerpo de Análisis de Conducta de la Policía Nacional en España y me hablaba de estas cosas, y así se me ocurrió esa idea. Siempre estaban hablando de los perfiles psicológicos de los asesinos, de los criminales o los asesinos en serie. Y luego, cuando los detenían, les preguntaban ‘¿Cómo lo haces?, ¿Por qué lo haces?, etcétera. Y se tenían que fiar de lo que les contaban. Si tú mismo lo estuvieses viendo, si ya supieses que ha elegido a esta persona, esta persona va a ser su víctima. Lo ha hecho de esta manera. Se está preparando así... Es un documento mucho más interesante. Bueno, desde mi punto de vista, claro”.

Palacio Real de Madrid | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

De esta forma, el argumento negro da una excusa para hablar de lo social. Y además, lo cual es muy importante, le da una estructura que sustenta el resto de la novela. “Porque si hay un tronco clarísimo que es una investigación policial y eso hace avanzar la acción y la perspectiva de la novela, a partir de ahí, a partir de este tronco, tú puedes ir sacando muchas ramas, que sean muchos personajes, otras historias, siempre conectadas de esta manera, y eso hace que una cosa sujete a la otra”, explica David.

"Creo que se debería traducir al checo"

El escritor ya cuenta con varias traducciones al checo (Te quiero porque me das de comer, De la mano del hermano muerto) y también considera interesante que se traduzca Tú no eres Sherlock Holmes. Y no solamente por el vínculo con Praga.

“No es la idea de ‘voy a criticar la ciudad’ o ‘voy a alabar la ciudad a lo bestia’. No, no se trata de esto”.

“No solamente me gustaría que se tradujera al checo, sino que yo creo que se debería traducir al checo. No digo que sea una novela histórica, por supuesto que no, pero refleja una parte de la historia, no solamente de España, pero también de la República Checa. La República Checa ha estado recibiendo esa emigración extranjera que ha ido ahí a buscarse la vida como podía. Y yo he visto españoles dando clases de español en cafeterías por 50 coronas (2 euros) la hora, para poder, yo qué sé, tomarse algo. El poco dinero que tenían, que traían de España, era para poder pagarse su habitación. A veces alquilaban no habitaciones, sino sillones y sofás que iban cambiando, lo que se suele llamar cama caliente, pero en este caso es el sofá caliente”.

Tú no eres Sherlock Holmes es una visión de la ciudad diferente. Como prosigue el escritor, muchas personas que leyeron la novela le decían: “No me imaginaba Praga así”, o “Me apetece mucho ir a Praga a verla”.

Vistas de Praga | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

Dice David que está claro que Praga es una ciudad maravillosa desde el punto de vista estético, pero también tiene unos rasgos terribles. En la novela, él ofrece la mirada de un extranjero y ve Praga desde una perspectiva propia que hasta puede ser sorprendente para los checos. Así, Praga deja de ser solo una joya de Europa Central, sino que también muestra su otra cara sombría.

“No es la idea de ‘voy a criticar la ciudad’ o ‘voy a alabar la ciudad a lo bestia’. No, no se trata de esto. Porque yo también he visto novelas que hablan de Praga o la ponen muy muy bien o la ponen como una basura, ¿no? Y no es eso, no es esa tontería. Yo he vivido ahí muchos años, 17, yo he convivido con checos más que con españoles e hispanos, yo hice el esfuerzo por entender la cultura y el idioma y yo sé de qué estoy hablando”.

Plaza de Cibeles | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

Durante sus años en Praga, David Llorente impartía clases de lengua y literatura española en el Instituto Bilingüe Budějovická, para cuyo grupo de teatro en español escribía unas obras que causaban sensación. Ahora, sigue dando clases en un instituto, pero en Madrid. Como dice, cuando vuelve a Praga, tiene la sensación de que vuelve a casa. A la ciudad checa llegó por primera vez cuando no tenía ni 30 años.

“Y entonces, lo que se suelen llamar los mejores años de tu vida laboral, yo los di en Praga. Las últimas veces que volví a Praga, me acuerdo que bajaba del avión con miedo de haber perdido el idioma y que me hablaran y no entendiera. Pero no pasó, me hablaban y yo entendía perfectamente. Me hizo sentir bien. Y desde que estoy en Madrid, estoy trabajando y conociendo gente nueva, pero no me siento al 100% en casa. Esa es la verdad”.

Vistas de Madrid | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

“Cuando llego allí y estoy en esas cafeterías, en esas calles, con esos olores, con ese clima, con ese tipo de personas, pues claro, me gusta. Incluso cuando me encuentro con las cosas que no me gustaban, incluso esa sensación también me gusta. Reconoces que este es tu ambiente, que este lugar es tuyo”, responde David Llorente a la pregunta de si algún día la terrible Praga le podría atrapar otra vez durante años.

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