‘Te quiero porque me das de comer’, ahora en checo
La novela ‘Te quiero porque me das de comer’, del escritor español afincado en Praga David Llorente, ha visto finalmente la luz en idioma checo. Con su autor y traductora hemos hablado de su aporte al panorama literario checo, la traducción de los vulgarismos y mucho más.
Aunque su clasificación como novela negra puede ser cuestionable, la obra resultó ganadora del premio Memorial Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón, provocando cierta repercusión literaria. Ahora los lectores checos tienen el privilegio de ser los primeros en disfrutar de una traducción de ‘Te quiero porque me das de comer’, en checo ‘Miluji tě, protože mě živíš’, publicada en la editorial Argo.
Su autor, David Llorente, reside en la República Checa desde hace aproximadamente una década, y de hecho todo comenzó con el deseo de una revista local de dedicar un número especial a la crisis económica en España, nos cuenta la traductora de la obra, Denisa Škodová.
“El editor de la revista me contactó para ayudarle con los temas y quería que le recomendara algún autor para publicarle un cuento, o algún texto, un fragmento, como ilustración de lo que se escribe en España. Y se me ocurrió David, que escribe, que vive en Praga, y que tiene una conexión República Checa-España. A David le gustó esta idea. Yo pensaba que tenía algo escrito en un cajón en algún lado y que lo sacaba. Pero resultó que no, David escribió un cuento corto de seis páginas, y que ya era el estilo fragmentario que tiene ahora ‘Te quiero porque me das de comer’. Y de esas seis páginas surgió luego la novela, porque este cuento le dio la idea del estilo, de Carabanchel, de Madrid”.
La cabida o no de lo vulgar
Así pues, la continuación de Denisa Škodová en el proyecto, ahora en calidad de traductora de la novela resultante, fue un paso natural. A pesar del estilo coloquial y aparentemente sencillo de ‘Te quiero porque me das de comer’, Škodová señala varias dificultades a la hora de trasladar el texto al checo.“Si lo ves es como un estilo muy compacto, que no se divide en párrafos ni nada, pero realmente hay párrafos. Termina uno y a mitad de la línea ya sigue otro. Y siempre cambia. Tienes frases de alguna publicidad de la televisión, luego política, y tienes que cambiar al estilo periodístico del que sale todos los días en los periódicos. Luego tienes dos personas que están hablando en una taberna, y fragmentos muy difíciles, como una partida de mus, porque el mus no se juega en la República Checa”.
El resultado, a decir de las primeras reacciones de los lectores, es más que positivo, afirma el mismo David Llorente en entrevista para Radio Praga.
“Los checos que la han leído coincide que hablan español y lo que me han dicho es que es una buena traducción, que se lee bien, que se lee rápido, y que el paso de un idioma a otro está bien hecho. Quien se ha leído la novela sabe que hay algunas escenas fuertes, que hay un vocabulario digamos agresivo, por lo que está contando. Y que traducir eso al checo es complicado en el sentido de que en la literatura española utilizamos esas palabras y expresiones de una manera mucho más normal y en la literatura checa eso lo encontramos menos. Así que eso puede resultar un poco chocante para el lector checo”.
Precisamente la prosa sin tapujos de Llorente, que contribuye a resaltar la crudeza de algunas escenas, o incluso en algunas ocasiones a rebajarla, otorgando cierta comicidad, choca con un rasgo cultural checo: los lectores no están acostumbrados a que el lenguaje vulgar se refleje en un formato de prestigio, como pueden ser las páginas de un libro.
Por ese motivo Denisa Škodová tuvo que evitar la traducción literal de determinadas expresiones, nos cuenta.
"que David en esta novela ha inventado un estilo típico de la comunicación del siglo XXI, que es fragmentario".
“Sí hay que respetar los vulgarismos, pero lo que pasa es que se pueden suavizar. Siempre tienes una escala de vulgarismos, entonces sabes a lo que se refiere y no usas uno tan vulgar, usas uno menos vulgar pero que es igual de expresivo. Una cosa a tener en cuenta es que no puedes poner la frase tal como está hecha porque es verdad no se aceptaría bien en Chequia. Lo suavizas un poquito pero lo dejas”.
En este sentido Llorente no cree que la novela haya perdido fuerza, sino que simplemente se ha adaptado a las convenciones literarias de la cultura checa, evitando así la excentricidad.
“Vamos a decir que se trata de un lenguaje oral, coloquial en algunas ocasiones, y que no tiene miedo a las palabras. Si tiene que hablar de determinadas cosas pues va a decir la palabra que la define, independientemente de lo que sea, para bien o para mal. Yo creo que lo que Denisa ha hecho, no sé si rebajar el nivel de vulgaridad, sino adaptarlo al checo, es decir, cuando traduces también tienes que adaptar. Al traducir literalmente a lo mejor no tiene sentido, entonces para que tenga sentido hay que decirlo de otra manera que, a lo mejor, comparado con lo que ha dicho el autor, es menos fuerte. Bien, a mí me parece bien si el objetivo es que sea un checo comprensible y que no sea un checo extraterrestre para traducir literalmente lo que ha dicho el autor”.
Una nueva forma de narrar
Aunque los recursos narrativos utilizados por Llorente, como la multiplicación de las voces narrativas, o el uso no convencional de la puntuación, ya habían sido aplicados anteriormente, la novela no deja de dar la sensación de constituir un paso más en este sentido, de ser un aporte nuevo.Este es precisamente el principal aliciente para el lector checo, subraya Denisa Škodová a la hora de valorar el libro.
“Del libro me encanta el estilo. Me parece que David en esta novela ha inventado un estilo típico de la comunicación del siglo XXI, que es fragmentario. Cada uno está por ejemplo sentado en el sofá, viendo la televisión, pero leyendo noticias en el móvil, al mismo tiempo hablando con no sé quién, escuchando las conversaciones de la barra donde están hablando también… Es un tipo de ruido externo que tienes que afrontar. Eso me ha llamado mucho la atención, y además no es un laberinto, es una novela muy fragmentaria pero tú te orientas. Esto es muy importante: se repiten muchas cosas, se repiten los personajes, que te los recuerda con el estilo”.
La puntuación, usada en algunos fragmentos con amplia libertad, al servicio de dar una imagen de urgencia, de fluidez o de oralidad, es también un recurso que llama la atención a los lectores checos, acostumbrados a las reglas de puntuación de su lengua, más rígidas que en el caso del español, comenta Llorente.
“Yo creo que la traducción está bien también en este sentido. La traductora Anežka Charvátová me dijo que aunque la puntuación es de otro tipo, el uso de los dos puntos para separar ideas, etc. resulta bien, resulta positivo. La gente lo entiende y la lectura fluye. Había gente que pensaba que eso había que cambiarlo pero se ha respetado ese estilo y estructura, y yo creo que es una buena decisión”.
Un escritor español en Praga
David Llorente entró en la escena literaria con la novela corta ‘Kira’, que recibió el premio Francisco Umbral en 1998 y que ha sido reeditada recientemente. En 2000 obtuvo el premio de narrativa Ramón J. Sender por ‘El Bufón’. Desde que se estableció en Praga enseña teatro en el instituto bilingüe Budějovická, para cuyo grupo teatral escribe cada año el guion de la obra que se representará. Una de ellas, ‘Los cisnes de Chernóbil’ ha sido recientemente publicada por la editorial Antigona.
"Creo que lo que está pasando es un fenómeno lógico en la literatura actual: es que la gente se va de Espaňa"
Entre sus obras publicadas se encuentran también ‘Ofrezco morir en Praga’ y ‘De la mano del hermano muerto’, que fue traducida al checo. Después de ‘Te quiero porque me das de comer’ Llorente escribió la distopía ‘Madrid:Frontera’ en la que también innovaba narrativamente, usando un estilo sucinto y directo, con la voz narrativa en segunda persona, y que ahora podría traducirse pronto al francés. Con este currículum a sus espaldas, la cuestión es qué es lo que viene ahora. Llorente, aunque se halla trabajando ya en algo, aún no puede decir a ciencia cierta qué es lo que resultará finalmente.
“Si yo planeo un capítulo cuando me pongo a escribirlo seguro que luego me va a salir algo completamente diferente. También porque yo creo que es importante no quedarse nunca con la primera idea. Porque a lo mejor tú quieres contar algo pero no lo tienes de manera consciente en la cabeza, y vas llegando a eso conforme lo vas escribiendo. No me sirve hacerme esquemas previos. Yo prefiero aventurarme en la escritura y luego ya ir quitando lo que no, e ir dejando lo que sí me vale, independientemente de si tengo que romper 300 páginas o tardar tres años en escribir una novela”.
David Llorente no es el único escritor en lengua española que vive en la República Checa. Otros autores con libros publicados son por ejemplo el chileno Jorge Zúñiga o los españoles Diego Fandos, Ignacio Samper y Elena Buixaderas. A este respecto, Llorente cree que estamos ante un fenómeno, la literatura que se escribe desde el extranjero, que es necesario analizar.
La presentación de ‘Te quiero porque me das de comer’ en idioma checo se celebrará este miércoles por la tarde en la cafetería literaria Řetězová de Praga.
“Creo que lo que está pasando es un fenómeno lógico en la literatura actual es que la gente se va de España, entonces entre toda esta gente que se va, seguro que habrá alguien que escriba. Entonces, claro, igual que hay escritores en la República Checa o en Praga, pues también los habrá en otros países. Habría que empezar a pensar o estudiar esa literatura española fuera de España o Hispanoamérica, en países donde no se habla español. Y a ver qué características comunes hay, si se refleja el exilio este que hay aquí, o no, si ya nos hemos adaptado y no queremos saber nada de España. Eso es interesante porque eso está pasando”.