El casco de San Venceslao vuelve al Castillo de Praga

El casco de San Venceslao, foto: ČTK

Tras un año en los talleres de restauración, el casco del patrono de las tierras checas, San Venceslao, ha vuelto a la exposición permanente ‘Gesta del Castillo de Praga’. La pieza forma parte del tesoro de la catedral de San Vito.

El casco de San Venceslao,  foto: ČTK
Se trata de uno de los monumentos checos más valiosos. Desde este martes, el casco de San Venceslao está conservado en una caja de cristales irrompibles y con un fondo doble de acero inoxidable. Dentro se mantiene una temperatura estable y una humedad alrededor del 20 por ciento para proteger la reliquia de cambios atmosféricos.

El casco de hierro pesa aproximadamente un kilo y medio y todo parece indicar que realmente lo llevaba San Venceslao, según explica la comisaria de las colecciones del Castillo de Praga, Milena Bravermanová.

“No existe ninguna mención escrita que lo confirme. Sin embargo, analizando el aspecto del casco y comparándolo con otros procedentes de la misma época podemos decir que su parte superior fue hecha probablemente en el primer tercio del siglo X en Bohemia. Así que el casco pudo pertenecer a San Venceslao, que vivía en este tiempo.”

Los historiadores suponen que después de la muerte de San Venceslao, su hermano Boleslao I guardó el casco como parte del tesoro de los Premislitas en la rotonda de San Vito en el Castillo de Praga, que se encontraba en el lugar de la actual catedral. Fue el fratricida Boleslao quien empezó a propagar en las tierras checas el culto de San Venceslao, al que él mismo hizo matar.

Estatua de San Venceslao de Josef Myslbek,  Praga
A finales del siglo X, su hijo, Boleslao II, adquirió en el norte vikingo de Europa un nasal, pieza del casco que protegía la nariz, y lo hizo montar al armazón original, como precisa Bravermanová.

“En la parte frontal del nasal aparece un motivo de plata que representa a un hombre con los brazos abiertos. Recuerda a Cristo crucificado, no obstante, debido a que surgió en la zona de los Vikingos puede reflejar también al dios principal de la mitología nórdica, Odín. El destino de Odín y de Cristo se parece en cierto modo. En el nasal se unieron posiblemente estas dos tradiciones, la pagana y la cristiana. Además, en la montura a la que está sujeto el nasal aparecen otros motivos que son claramente vikingos.”

El hecho de que las piezas fueron añadidas al casco en la época de Boleslao II, que fortaleció el culto de San Venceslao, lo confirma también la leyenda de Cristián. Ésta cuenta que San Venceslao luchó con el príncipe de Kouřim y lo venció. Le ayudó en la victoria la señal de la cruz que salía de su cabeza.

El casco de San Venceslao siempre ha sido cuidado con mucho esmero. Del año 1333 data el primer registro escrito al respecto que dice que el peletero Heřman tuvo la tarea de ocuparse de los objetos vinculados con el Santo Patrono. Junto con el casco, fueron instalados en la exposición ‘Gesta del Castillo de Praga’ una camisa y una capa de la armadura de San Venceslao.