Los checos beben menos cerveza en bares y restaurantes
Chequia figura tradicionalmente entre los países con mayor consumo de cerveza a nivel mundial. Sin embargo, en los últimos años el consumo desciende y muchas cervecerías están medio vacías.
En 2023 cada checo se bebió 250 jarras de medio litro de cerveza de media. No obstante, cada vez menos checos beben cerveza en los bares, sino que prefieren tomarla embotellada y en casa. El motivo principal puede ser su paulatino aumento de precio.
En enero de este año, por ejemplo, el precio de la cerveza de barril en los restaurantes y bares en Chequia subió un 10% en términos interanuales. Una jarra de medio litro de cerveza, como acostumbran a beber los checos, cuesta 2,34 euros de media. Entre diciembre del año pasado y enero de 2024 la cerveza de barril se encareció en más de 8 céntimos de euros el medio litro, lo que muchos economistas calificaron de un aumento bastante brusco. No obstante, en comparación con otros países, la cerveza en Chequia sigue siendo relativamente barata.
Además, según insistió hace algún tiempo en la Radio Checa Marcela Titzlová, sumiller de cerveza, la lager checa es, en su opinión, de una muy alta calidad.
“Una de las mayores cualidades de la lager checa en especial es que se bebe con mucha facilidad y eso es algo que nos envidia todo el mundo de las ale y otras cervezas. La facilidad de beber son las ganas de tomarse no solo un trago más, sino una pinta más y beber así tres o cuatro. Si uno se toma una ale de calidad, por ejemplo una IPA, es imposible beberse tres o cuatro, porque esa cerveza no está diseñada para eso. Sin embargo, la cerveza checa sí tiene esta cualidad mágica”.
Además de acompañar con cerveza las comidas típicas de carne checas con bastante grasa, Titzlová recomendaba acompañar con cerveza incluso la cocina dulce checa.
“La clásica cocina dulce checa y la cerveza se complementan muy bien. Por ejemplo, los knedlíky (o dumplings, en inglés) rellenos de ciruela y una cerveza es, según mi opinión, una combinación maravillosa. En general, los platos principales dulces de la cocina checa son muy específicos y yo creo que la cerveza checa es un complemento perfecto”.
El número de personas que toman cerveza en bares y restaurantes depende mucho del tiempo, de acuerdo con los administradores de esos establecimientos. Cuando hace calor, hay más clientes. Pero, en general, estos suelen ser de generaciones mayores. Los jóvenes, en vez de cerveza tradicional, prefieren tomar cerveza sin alcohol de lata o cócteles con cerveza, y en casa. Beben también menos vino, aguardientes y licores.
De acuerdo con Tomáš Slunečko, director de la Unión Checa de Fábricas de Cerveza, éstas hacen lo posible para que los clientes vuelvan nuevamente a bares y restaurantes.
“Las fábricas de cerveza tienen ahora una oferta mucho más amplia que antes. Además de cerveza de barril, ofrecen una gran variedad de cervezas sin alcohol o bebidas con sabor a cerveza. Pero lamentablemente, en vista de la situación económica, fue necesario encarecer la cerveza de barril y otras bebidas”.
Slunečko considera que el actual bajo interés por la cerveza en Chequia se debe tanto a su encarecimiento como a la propagación de un estilo de vida más sano y a las alternativas a la cerveza.
Según la Unión Checa de Fábricas de Cerveza, el consumo local de cerveza bajó en más de un 2% el año pasado. En los restaurantes y bares se bebió menos de una tercera parte de la cerveza producida en Chequia. Hace unos 15 años solía beberse más de la mitad.
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