Las complicaciones de los controles de Sanidad a los clientes de los restaurantes

Las autoridades sanitarias anunciaron que se incrementarán los controles a los clientes de restaurantes, bares o discotecas de que no representan un riesgo de contagio de COVID-19. Pero la cuestión legal no es tan sencilla y muchas personas rechazan mostrar cualquier documento que indique que están vacunados, que han pasado la enfermedad o un test. 

Foto: Miroslav Chaloupka,  ČTK

Los restaurantes, bares, discotecas y casinos de la República Checa ya están completamente abiertos pero sus clientes deben poder demostrar que han recibido al menos la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus hace más de tres semanas, que han pasado la enfermedad en los últimos seis meses o han dado negativo en un test de antígenos en las últimas 72 horas o en un PCR en la pasada semana.

Eso dice la ley, pero a diferencia de peluquerías, hoteles o piscinas, por ejemplo, los responsables de los bares o restaurantes no están obligados a requerir la documentación necesaria por parte de sus clientes. La Policía rápidamente anunció que no tenían efectivos suficientes para realizar esa tarea, aunque más tarde acordaron con Sanidad colaborar con sus inspectores. Estos son insuficientes en número, pero además están restringidos legalmente, según explicó a la Radio Checa el profesor Ondřej Preuss, del Departamento de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad Carolina de Praga.

Foto: René Volfík,  Český rozhlas

“Aquí de nuevo choca la expectativa con la realidad. Los inspectores de Sanidad no están dotados para controlar a decenas de miles de personas. Desde el punto de vista práctico tienen que ir acompañados para que los controles sean efectivos. La Policía tiene herramientas que los inspectores no tienen. Los inspectores están acostumbrados a hacer controles a los locales para ver si se respetan las normas en las cocinas, pero no a los clientes, que para ellos son anónimos”.

La Policía, por tanto, tiene que acompañar a los inspectores en cualquier caso, lo que, en la práctica, reduce la cantidad de controles que se pueden llegar a realizar. Pero ni siquiera así resulta sencillo. Según explican los agentes, muchos clientes se refieren a los artículos 53 y 55 del Código de Derecho Administrativo para negarse a demostrar ninguno de los documentos requeridos. Es algo a lo que la ley les da derecho, explica Preuss.

Foto ilustrativa: Josef Vostárek,  ČTK

“Los clientes pueden ser multados en el lugar si se demuestra que una norma ha sido violada. Pero si eso no es posible y la persona no está conforme, se puede dar comienzo a un proceso judicial en el que el individuo puede presentar objeciones, lo que es un derecho fundamental: no inculparse ni presentar pruebas en su propia contra o de una persona cercana. La administración entonces tiene que realizar un mayor esfuerzo, tiene que averiguar su identidad e iniciar después un proceso, demostrar que se ha violado una norma y posteriormente aplicar la sanción”.

Si la norma se incumple de forma sistemática y las autoridades no están capacitadas para exigir su cumplimiento, la ley no está bien diseñada, opina Preuss. Y no es la primera vez, cree el profesor.

Foto: Josef Vostárek,  ČTK

“Por los datos de los que disponemos, no se están realizando muchos controles. Así que llegamos a una situación a la que ya nos hemos acostumbrado durante la pandemia: se establece una norma, no se obliga a cumplirla y después decimos que no funciona y es inútil. Posiblemente lo sea, pero si no se obliga a cumplirla y la gente empieza a incumplirla de forma espontánea, claro que no funciona. Tenemos que establecer normas de forma que se respeten de forma espontánea y explicar por qué son necesarias. Y, después, controlar que se cumplen o, de lo contrario, reinará la anarquía”.

La jefa de la Estación de Prevención de Enfermedades Infecciosas de la República Checa, Pavla Svrčinová, informó que en la primera semana en la que se abrieron las terrazas de los restaurantes, se realizaron unos 800 controles en el país. En ellos, más de una décima parte de los clientes no cumplía las normas establecidas.

Foto: Josef Vostárek,  ČTK

Desde este martes se puede pedir online el certificado de vacunación en el portal del ciudadano o se puede obtener en papel en los propios centros de vacunación. Con él, una vez pasadas las tres semanas después de la primera dosis, se puede disfrutar sin preocupaciones de una cerveza o una cena en un restaurante. Pero también, por ejemplo, viajar a siete países, los cuatro con los que Chequia comparte frontera, más Hungría, Eslovenia y Croacia, aunque cada uno aplica diferentes normas, especialmente con respecto a los periodos después de las primeras dosis.

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