La carne de cocodrilo no convenció el paladar de los checos

Foto: Pavel Kudrna

La empresa agrícola Agro Jevišovice, en la comarca morava de Znojmo anunció el cierre de su granja de cocodrilos. El proyecto original de una gran cría de cocodrilos y la venta de carne de estos reptiles al mercado nacional no tuvo la repercusión esperada. La carne de cocodrilo simplemente no llegó a maravillar a los checos.

Foto: Pavel Kudrna
Se dice que los checos son una nación bastante tradicionalista y lleva tiempo que cambien sus costumbres, lo que se hace muy evidente en su alimentación. La mayoría de los checos se niega a probar algo nuevo y sigue consumiendo platos de comida típicos que contienen mucha grasa y poca verdura.

Ofrecer algo nuevo en el mercado alimentario nacional se trazó en 2004 la empresa agrícola Agro Jevišovice, en el sureste de la República Checa, que inició la cría de cocodrilos para su comercialización controlada con fines alimenticios. Al cabo de diez años, no obstante, el criadero se ha visto obligado a cerrar. La mayoría de los cocodrilos, algunos con más de 3 metros de longitud, terminó en centros de matanza y en plantas especiales de sacrificio, ya que la demanda de carne de cocodrilo es mínima en este país, según sostiene Lubomír Roškot, zootécnico de Agro Jevišovice.

”Los consumidores checos no están preparados para este tipo de carne. Es más bien una cuestión de moda o prestigio cuando alguien pide carne de cocodrilo en un restaurante porque nunca antes la había probado y quiere lucirse delante de sus amigos. Pero en general, los checos somos más bien una nación de consumidores de carne de cerdo”.

En la empresa agraria de Jevišovice quedan actualmente unos 40 cocodrilos que seguirán criándose a modo de atractivo para los turistas. Otros 160 animales tuvieron que ser sacrificados, indica Lubomír Roškot.

Foto ilustrativa: Filip Jandourek
”Parte de la carne se logró vender y el resto tuvo que ser eliminado. A su vez, la piel de cocodrilo es bastante apreciada en el mercado, así que una parte quedó en nuestra empresa agrícola y las demás pieles de los animales sacrificados fueron vendidas”.

El que la demanda de la carne de esos predadores no llegara a cumplir las esperanzas de los propietarios del primer criadero de cocodrilos para fines comerciales en Chequia se debe también sin duda a su precio. Mientras que un kilo de carne de cerdo cuesta unos 5 euros y el de vacuno 7 euros, el precio de un kilo de carne de cocodrilo oscila entre 25 y 30 euros.

La cría de cocodrilos en las condiciones climáticas de Europa es bastante exigente. Estos reptiles deben tener una temperatura estable del agua y el aire de alrededor de 30°C, lo que se refleja en grandes gastos de electricidad. A causa de ello, para los restaurantes locales que ofrecen platos de carne de cocodrilo, este tipo de carne resultaba más cara si procedía del criadero nacional que si venía importada de África por ejemplo.

Criaderos de cocodrilos para fines comerciales existen también en Francia y Gran Bretaña, aunque allí tienen una larga tradición y prosperan. En la República Checa, en cambio, parece que continuará la hegemonía de la carne de cerdo a la que en los últimos años se suma también la de pollo.