Investigadores checos producen carne sintética y la dieta de insectos gana terreno
La carne cultivada y la dieta de insectos han empezado a ganar terreno en todo el mundo. Investigadores checos ya se dedican a la producción de carne sintética y apuestan por la comercialización masiva de sus productos.
La degradación de la tierra y el agua, la pérdida de la diversidad, la deforestación y el cambio climático afectan de manera negativa las fuentes de alimentos y amenazan el futuro de nuestro planeta.
Cada vez más personas, entre ellas políticos, científicos y hombres de negocios, prestan atención a los llamados alimentos nuevos como una posible solución. Encontramos aquí dietas a base de plantas, insectos, animales genéticamente modificados y la carne cultivada en laboratorios.
La empresa checa Mewery produce carne picada de laboratorio y su fundador, Roman Lauš, dijo a la Radio Checa que gracias a su producto ningún animal fue sacrificado con tales fines.
“La tecnología que utilizamos nos permite tomar muestras de tejidos animales. En nuestro caso, recogemos residuos de mataderos que normalmente se tirarían. Aislamos células y en el laboratorio somos capaces de crear una especie de masa que ofrece músculo y grasa. A nivel molecular, es como la carne que se vende en las tiendas”.
A pesar del éxito alcanzado por los investigadores checos, los consumidores nacionales tendrán que esperar todavía mucho tiempo para probar una hamburguesa con carne cultivada en el país, indicó Lauš.
“La venta de nuevos alimentos está sujeta a reglamentos de la Unión Europea y no sabemos cuánto tiempo tendremos que esperar, todo está en proceso de aprobación. En Singapur se puede comprar desde hace varios años carne sintética y en EE.UU. aprobaron hace poco la venta de carne cultivada de pollo”.
La empresa checa Sens Foods, con sede en Asia, también se dedica a la producción de alimentos nuevos, su apuesta fue por una granja de insectos y afirman que sus proteínas son tan buenas como las de la carne, según dijo a la Radio Checa Radek Hušek cofundador de la compañía.
“La proteína de insecto, en nuestro caso de grillos, es una posible fuente de proteínas del futuro. Es de la misma calidad que la mejor carne, y para ello se utilizan hasta mil veces menos recursos naturales”.
En Chequia funcionan también varias granjas de insectos que comercializan productos como salchichas y hamburguesas. Ante los riesgos que se ciernen sobre el planeta, los investigadores se esfuerzan por conseguir nuevas fuentes de alimentos y la producción sintética en granjas y laboratorios se presenta como una de tantas alternativas que podrían ser la solución del futuro, aseguran los innovadores checos.