El Gobierno checo destinará más de 27 millones de euros para salvar la cultura
El programa COVID Cultura II que el Gobierno presenta este jueves pretende que el sector no caiga en la bancarrota. Para muchos profesionales la ayuda llega tarde y critican que hasta ahora se haya socorrido solo a las empresas grandes y no a los artistas.
Cuando el mundo de la cultura estaba recuperándose del varapalo de esta primavera y se empezaban a llenar salas de cines, teatros y conciertos, ha llegado la segunda ola del coronavirus, un nuevo estado de emergencia y, finalmente, el cierre de las salas. Los espectáculos con público son los más sensibles a la pandemia y los primeros en sufrir sus consecuencias.
El ministro de Cultura, Lubomír Zaorálek, reconoció este miércoles que el sector de la cultura no ha sido hasta la fecha suficientemente atendido y anunció la continuación del programa COVID Cultura. Esta vez, en una versión más amplia, dijo a la Radio Checa.
“La ayuda está destinada tanto a las personas físicas como a las empresas o sujetos cuya actividad es la cultura. La forma se ha simplificado mucho para que los afectados solamente tengan que aportar su historial dentro de la cultura. Hemos destinado más de 27 millones de euros y, si no fuera suficiente, negociaremos una cantidad mayor”.
Se podrán acoger al programa artistas y empresarios de la cultura que hayan invertido grandes sumas de dinero en espectáculos no celebrados o que no hayan podido continuar con su actividad cultural por las restricciones.
Los artistas de la música, danza o el teatro podrán recibir un solo pago de 2200 euros para mantenerse de aquí a finales de año. En el caso de las empresas, estas podrán pedir hasta 365 000 euros para cubrir una parte mayor o menor de las pérdidas puntuales o continuadas, dependiendo del tipo de actividad cultural, técnica o de otro tipo ligada a la cultura.
Este tipo de ayudas de momento no cuenta con la industria cinematográfica, sector al que le llegará el turno la semana que viene, prometió Zaorálek.
El ministro subraya que el programa COVID Cultura II se ha diseñado con la colaboración de la comunidad cultural, los propietarios de pequeños teatros, actores, músicos y organizadores de festivales, entre otros. Son precisamente todos aquellos que no llegaron a ver una corona del criticado predecesor del nuevo programa, ya que este solamente contaba con cubrir los gastos ocasionados por eventos cancelados.
Jana Heřmánková, de la Comunidad Musical Checa, explicaba a la Televisión Checa cómo funcionó aquella ayuda en la práctica.
“Quienes perdieron realmente dinero invertido son los grandes promotores que habían preparado grandes festivales y conciertos. Pero no han invertido dinero los artistas ni las empresas de servicios técnicos. Nuestros gastos comienzan cuando vamos a los eventos. Lo que tenemos es un montón de contratos en festivales que se cancelaron. Nuestras pérdidas son de ingresos no de gastos”.
El actor Ondřej Malý, del pequeño teatro independiente Mír de Ostrava, resumió en pocas palabras a la Televisión Checa la situación que atraviesan él y otros muchos artistas de todo el país.
“Ya no me quedan ahorros porque tampoco me dio tiempo a hacerlos. Si esto continúa así no sé qué vamos a hacer metidos en casa. Seguramente habrá que buscar algún trabajo normal”.
En el sector sientan realmente mal las declaraciones de los responsables políticos que repetidamente incluyen la cultura en las “actividades de ocio” que no dudan en restringir desde el principio, y no dentro del sector económico del país que tratan de salvaguardar. Realmente hay una industria cultural, defienden, que da empleo y crea riqueza, no solo cultural o artística.