Aniversario de la Muerte en la Hoguera de Juan Hus
Con motivo del 590 Aniversario de la Muerte en la Hoguera de Juan Hus, la Redacción Iberoamericana les ofrece un programa especial que les da a conocer más sobre la vida y legado del reformador religioso checo de los siglos XIV y XV.
El escritor y reformador religioso inglés, John Wycliff, fue el modelo de Juan Hus. Este letrado británico estudió y se licenció en teología en la Universidad de Oxford. En sus discursos cargaba contra la riqueza del clero y la falta de piedad de los sacerdotes, considerando única cabeza de la Iglesia a Jesucristo y proponiendo privar al clero del poder profano.
"John Wycliff planteó el programa de la Iglesia pobre. Propuso también privar al clero de los bienes que debían ser utilizados para fines caritativos. Los encargados de hacerlo fueron el monarca y la alta aristocracia" afirmó el historiador checo Frantisek Smahel.
Las ideas de Wycliff tuvieron gran repercusión en la obra de Juan Hus, ya que el reformador checo consideraba la situación de Inglaterra muy parecida a la del Reino Checo. John Wycliff fue declarado posteriormente hereje por el Papa, y murió de un infarto en medio de uno de sus pregones.
El primer predecesor de Juan Hus en el Reino Checo fue Conrado Waldhauser. Oriundo de Baja Austria, entró en la orden agustina y se licenció en universidades italianas. A mediados del siglo XIV comenzó a predicar públicamente. En Austria conoció al rey checo y emperador romano-germánico Carlos IV, y aceptó su invitación de visitar el Reino Checo. Con el tiempo Waldhauser pasó a ser el confesor del rey y capellán de la corte. En sus predicaciones, pronunciadas en latín y alemán, cargaba principalmente contra la simonía y la vida disoluta del clero. Una vez en Praga sometió a dura crítica la avaricia y soberbia de los praguenses.El discípulo de Waldhauser fue Jan Milíc de Kromeríz que, influido por sus pregones, dimitió de todos los cargos civiles y eclesiásticos que desempeñaba y se volvió pregonero popular, principalmente en Praga. Sus fogosas predicaciones en checo pronto llamaron atención de un amplio público. Por sus críticas a los dignatarios eclesiásticos y apelaciones a la renovación interna de la Iglesia, hasta tuvo que comparecer ante el Papa. Incluso no dudó en tachar al emperador Carlos IV de Anticristo. Sin embargo, el sabio monarca no prestó demasiada atención al predicador y no intervino contra él.
Jan Milíc pronunciaba sus pregones en varias iglesias praguenses, pero sobre todo en la Capilla de Belén, el espacio religioso más grande de Europa Central de entonces, donde cabían hasta 3000 personas. Por ello, Juan Hus no entraba en campo desconocido cuando pronunció al público sus primeros pregones.
Juan Hus nació alrededor del año 1371 en la aldea de Husinec, cerca de Prachatice, ciudad en el extremo sur de la República Checa actual. Como joven llegó a Praga para estudiar en la recién fundada Universidad Carolina, donde le fueron otorgados el título de maestre de artes libres y el de bachiller de teología. Hus fue también ordenado sacerdote y prosiguió la carrera universitaria, dando clases en la Facultad de las Artes. A principios del siglo XV fue elegido decano de la facultad y entre los años 1409 y 1410 desempeñó el papel de rector de toda la Universidad.
La actividad sermonaria de Juan Hus se inició en la iglesia praguense de San Martín a finales del siglo XIV. No obstante, la atención de toda clase de público la atrajo por sus predicaciones en la Capilla de Belén. El contenido de los sermones reunía todos los aspectos de sus predecesores. Hus pedía la reforma y depuración de la Iglesia, criticaba la acumulación de bienes materiales por el clero, atacaba la simonía y la creciente influencia eclesiástica en la política profana.
Su doctrina, especialmente su propuesta de privar a la Iglesia de sus bienes por el poder profano, le aseguró el apoyo momentáneo del mismo rey checo, Venceslao IV, hijo del emperador Carlos IV. Sin embargo, los dignatarios eclesiásticos checos no veían con buenos ojos las constantes invectivas del predicador y se quejaron de Hus al Papa.
El sumo pontífice publicó una bula que prohibía la doctrina de Wycliff en la que Hus basó sus sermones. Juan Hus rechazó aceptar el documento papal y se negó a comparecer ante la curia de Roma, adonde fue emplazado. Por esta doble negativa Hus fue excomulgado de la Iglesia.
Pocos años después, Juan Hus perdió también el respaldo del rey Venceslao IV, cuando criticó públicamente la venta de indulgencias, de las que sacaron partido también las arcas reales. Por consiguiente, el Papa lanzó el interdicto sobre Praga por la simpatía de la ciudad hacia los herejes. La situación se volvió insoportable para Juan Hus, por lo que se fue al campo de Bohemia del Sur, sin cesar de dar sermones al público. En el campo Hus también escribió sus obras teológicas más importantes.Aunque ya retirado, las actividades de Juan Hus siempre exacerbaban a los altos representantes civiles y eclesiáticos. El emperador romano-germánico Segismundo, hermano del rey checo Venceslao, apeló a Hus a que acudiese al Concilio de Constanza, en la Alemania actual. En noviembre de 1414 apareció Juan Hus en Constanza y fue detenido y encarcelado. El tribunal insistía en que renunciase a sus ideas, consideradas heréticas. Sin embargo, Hus no lo hizo. Por ello fue proclamado hereje y condenado a la muerte en la hoguera.
La pena fue ejecutada el día 6 de julio en el año 1415 delante de las murallas de Constanza. Sobre la cabeza de Juan Hus fue colocada una corona de papel para el hereje, con tres diablos pintados y con las palabras: "Éste es un archihereje". Antes de la ejecución fueron quemados también varios libros suyos. Luego Juan Hus fue atado a un palo y rechazando una vez más renunciar a su doctrina, fue quemado en la hoguera. Sus cenizas fueron arrojadas al cercano río Rhin, para que no quedase ni un rastro de él. Un año después de su ejecución, murió en la hoguera otro reformador checo, Jerónimo de Praga, acusado también de herejía.La revolución husita y las actividades de Juan Hus fueron fruto de la situación que surgió en el Reino Checo en las postrimerías de los siglos XIV y XV. Paradójicamente, los orígenes de la crisis remontan a Carlos IV, el más hábil monarca sobre el trono checo. Este soberano pío otorgó gran poder a la Iglesia.
Con el tiempo y tras la muerte del emperador, los eclesiásticos venían abusando de sus ventajas, inclinándose más a la vida disoluta y abandonando el camino de la fe. El reino checo no encontraba un apoyo en el trono, ya que el hijo de Carlos IV, Venceslao IV, no alcanzaba la grandeza de su padre.
"Venceslao IV fue un soberano muy culto, pero a diferencia de su padre, muy mimado. Sus consejeros los reclutó de las filas de los hidalgos, lo que no vio con buenos ojos la alta nobleza. Además entraba a menudo en conflicto con el arzobispo de Praga" matizó el historiador checo Frantisek Smahel.El declive moral alcanzó mayores dimensiones que en el resto de Europa. Por ello, las actividades reformistas tuvieron una repercusión más grande entre la población, especialmente entre los pobres.
El núcleo que más insistía en los cambios de la sociedad se formó en la Universidad de Carlos. Los profesores no se limitaban en sus apelaciones solamente al ambiente académico, sino que también salían al público y la voz que sonaba más potente era la de Juan Hus. El programa de los letrados, liderados por Juan Hus, se basaba en la Biblia como autoridad suprema y exigía el cumplimiento estricto de los modelos y principios de la Iglesia primitiva, es decir, de Jesucristo y los apóstoles. Con esos valores, Juan Hus y sus seguidores intentaban recuperar el equilibrio social. Lo más importante para Juan Hus era eliminar los defectos que padecía la Iglesia de entonces, ya que se consideraba buen católico.
El reformador quería depurar de esa manera a toda la Europa católica, que se veía desintegrada, ya que en aquel entonces reinaban dos papas, uno en Roma y otro en Avignon, en Francia. El conflicto principal brotó entre Hus y la Iglesia cuando el pregonero afirmó que los subordinados o súbditos no tenían que obedecer a sus amos si éstos viven en pecado evidente. Además, en su opinión, consideraba como juez supremo a Cristo, lo que aceleró la revuelta social. Lo más importante para Juan Hus era el código moral que cada uno debe cumplir cada día de su vida."Juan Hus deseaba una sociedad armónica que luchase contra el pecado. Sin embargo su visión no era revolucionaria, sino reformista. No quería eliminar los vicios de los sacerdotes deshaciéndose de ellos, sino, al contrario, cambiándolos por cualidades. Asismismo no se propuso cambiar el orden de la sociedad, solamente quería que ésta mejorase" sostuvo el historiador checo, Frantisek Smahel.
El emperador Segismundo, hermano de Venceslao IV, veía un peligro en las ideas de Hus, que amenazaban con deteriorar la relación secular entre señores feudales y súbditos. Por ello, el monarca pidió a Juan Hus que renunciase a sus ideas para salvarse. Pero Juan Hus se mantuvo fiel a su doctrina y su rechazo lo pagó con su vida.
Juan Hus murió en la hoguera, pero sus ideas sobrevivieron. El Reino Checo se convirtió en el escenario de la contienda entre los partidarios de la Iglesia católica y los husitas, como se denominaban los simpatizantes de la doctrina de Juan Hus que se esforzaban por vivir según ella. El rey Venceslao IV murió en la víspera de la revolución husita.
El emblema de los husitas, que luego ostentaban en sus banderas, era el cáliz, que simbolizaba la comunión "sub utraque specie", o sea tanto la hostia, como el vino, destinado para el celebrante y para todos los participantes de la misa. El programa del movimiento, basado en los sermones de Juan Hus, se plasmó en los cuatro Artículos de Praga, que resumían los puntos principales de la ideología husita. El lema de los husitas era "La verdad vence a todo", que luego pasó también al estandarte de los presidentes checos.El movimiento guerreó contra los enemigos internos, y también contra Roma. Las huestes husitas, liderados por el invencible capitán Jan Zizka de Trocnov, derrotaban a sus enemigos de ambos campos. Con el tiempo, los husitas se dividieron en varias fracciones. En la batalla de Lipany, en 1434, la parte radical fue derrotada por los liberales y la revolución husita, desde el punto de vista militar, fue concluida.
No obstante, el legado de Juan Hus fue conservado, y aunque sus partidarios vivían en reyertas constantes con los católicos, siempre ejercieron una influencia notable sobre los acontecimientos en el territorio checo. En el siglo XVI, las ideas de Juan Hus influyeron bastante a otro importante reformador religioso- al alemán Martin Lutero, cuyas actividades sacudieron todavía más los fundamentos de la Iglesia católica en Europa.
Sin embargo, después de la batalla en la Montaña Blanca, el Reino Checo fue sujeto a la rigurosa reformación católica de la dinastía reinante de los Habsburgos austríacos y la influencia de los husitas fue minimizada. No obstante, más que 500 años después de la muerte de Juan Hus, en 1920, el sacerdote Karel Farský fundó la Iglesia Husita Checoslovaca, que desempeña su papel hasta el presente.
La conmemoración de la Muerte de Juan Hus en la hoguera tiene una larga tradición en Bohemia Central, donde, en un promontorio por encima del río Berounka, se alza el castillo medieval de Krakovec. Fue en ese lugar donde Juan Hus permaneció varios días antes de encaminarse al concilio de Constanza. Desde el castillo escribió también varias cartas a sus partidarios. Dicha tradición surgió ya en 1921, y a pesar de haber sido interrumpida por los nazis y los comunistas, se ha mantenido hasta el presente."El aniversario de la Muerte de la Hoguera de Juan Hus se celebra desde hace mucho. Antes se solían encender hogueras y fuegos para rendir homenaje al reformador. Ahora, las fiestas cuentan con una audiencia abundante de visitantes de todas partes. El programa tiene lugar al aire libre y dura tres días. El primer día, bajo el castillo Krakovec, recordamos a Juan Hus encendiendo una hoguera, seguida de una escenificación teatral y canto. El segundo día se celebra la misa en el castillo y el tercer día el mismo personal del castillo organiza el programa." explicó el alcalde de Krakovec, Petr Jelínek.
Juan Hus, el famoso reformador checo, se recuerda en muchos otros sitios de la República Checa. En la capital de Praga, en el corazón del casco antiguo, la Plaza de la Ciudad Vieja, se halla un monumento a Juan Hus. La estatua del predicador de pie es de bronce y fue realizada en 1911 por el escultor Ladislav Saloun. Muy cerca de la plaza, en el patio del Carolinum, o sea del edificio histórico de la Universidad Carolina, fue colocada otra estatua de Juan Hus sentado y vestido con el atuendo académico. Una calle céntrica de la Ciudad Vieja lleva el nombre del reformador y su nombre suele ponerse asimismo a todos los templos modernos de la Iglesia Husita.Además de su obra espiritual, también se recuerdan los méritos que Juan Hus tuvo en el campo de la linguística y la gramática checas. Fue él quien hizo cambios importantes en la ortografía checa, que acompañan a los checos hasta el presente.