Una nueva traducción al español del más brillante filósofo checo
Acaban de aparecer en español textos inéditos del gran filósofo checo Jan Patočka escritos durante la Segunda Guerra Mundial y encontrados en la Biblioteca de Strahov. En Radio Praga Internacional hablamos con su traductor, Jorge Nicolás Lucero, que nos explica la enorme trascendencia de este filósofo que fue, además, una figura clave de Carta 77.
Con el título de Interioridad y Mundo, manuscritos fenomenológicos de la Segunda Guerra (editorial Sb) y una muy cuidada traducción e introducción del doctor en filosofía Jorge Nicolás Lucero, acaban de publicarse en español una serie de inéditos de Jan Patočka, el gran filósofo checo. Considerado el “Sócrates de Praga” y discípulo de dos nombres rutilantes del siglo XX como Edmund Husserl y Martin Heidegger, lo curioso es que estos textos escritos durante la Segunda Guerra Mundial fueron publicados en Chequia recién en 2014 y además, tal como explica su traductor, se encontraron hace relativamente poco.
“Eso contiene parte de lo que se conoce como legado de Strahov que son manuscritos que él realizó en su vida y nunca llegó a publicar, eran esbozos de artículos o, como se nota en los textos que yo traduje, capítulos de libros a los que nunca terminó de dar forma y los escondió en el monasterio de Strahov y recién en 1988 los discípulos de Patočka los encontraron”.
Que se trate además de una traducción directa es también una muy buena noticia porque, tal como explica Lucero, las primeras traducciones de Patočka al español, que empezaron a estar disponibles a comienzos de la década del ochenta, como es el caso de sus obras Platón y Europa o Ensayos heréticos, en general se hicieron desde el francés.
Pero este libro que, en un principio, empezó a traducir casi como una prueba personal, lo adquirió Lucero durante un viaje a Praga en 2016 gracias a una beca que le permitió mejorar considerablemente su nivel de checo.
“Mis conocimientos de checo eran mucho menores pero tenía como ese entusiasmo de buscar cosas, lo fui buscando en las librerías, no es poco común que las obras completas de Patočka estén en las librerías, pero me encontré con este texto del que desconocía su existencia, toda esta cuestión del legado de Strahov y todo lo que hay detrás era desconocido para mí”.
“El camino de nuestra vida se crea a sí mismo su luz, su mundo”.
Dividido en seis capítulos, Lucero expresa su gran alegría por haber podido concluir este trabajo. Recuerda que cuando ya habían transcurrido unas semanas del curso de checo, se animó a traducir la primera línea del capítulo 5: “El camino de nuestra vida se crea a sí mismo su luz, su mundo”. Esa frase con una fuerte impronta poética le pareció además muy significativa porque encerraba casi todo el pensamiento de Patočka. De todas formas, reconoce que se trató de una tarea difícil porque los textos estaban llenos de formas arcaicas y expresiones que no aparecían en ningún diccionario.
El volumen cuenta además con la revisión de Iván Ortega, un conocido traductor de las obras de Patočka al español, y el aval de Ivan Chvatík, director del Archivo Patočka en Praga, a quien el investigador argentino ya había conocido en ese mismo viaje que decidió aprovechar al máximo.
“Patočka es la razón por la cual yo estudié checo, y sigo estudiando y seguramente seguiré estudiando durante muchos años más, mi interés por el checo viene también de la obra de Patočka, después por supuesto se extiende a la cultura y la historia checa en general”.
Lucero afirma que, a pesar de especializarse en filosofía francesa, quedó deslumbrado por el pensamiento de Patočka, por cómo aborda el sentido de la filosofía y su idea de compromiso intelectual. De hecho, explica que en ese concepto hay algunas semejanzas con Sartre, aunque siempre con la salvedad de que para el filósofo checo los principios morales y éticos siempre deben ir más allá de cualquier concepción partidista.
Lucero asegura que la fenomenología le permitió a Patočka salir de la teoría y el plano contemplativo para acceder a la realidad concreta pero no para aceptarla sino para trascenderla. Una búsqueda constante que explica también el interés que durante toda su vida tuvo por Sócrates y Platón.
Por otro lado destaca Lucero que Patočka nunca emigró de su país: atravesó siempre en su propia tierra el surgimiento de la Primera República Checoslovaca, el nazismo, la llegada del comunismo, el socialismo con rostro humano y la normalización.
“Hay algo que yo también digo en la introducción del libro y, si bien podría ser considerado un poco exagerado, yo no lo creo así: y es que Patočka forma una parte muy importante en la refundación, al menos en el sentido espiritual, de República Checa. Si quisiera encontrar un vínculo directo entre T.G. Masaryk y Havel el primero que pensaría es en Patočka”.
Es decir que, según Lucero, Patočka representa muy bien una cuestión esencial de República Checa: lo que T.G. Masaryk llamaba la política de la no política, dirigirse a la comunidad siempre por fuera de las estructuras burocráticas. Explica Lucero que, en su momento, eso mismo es lo que puso en práctica el primer presidente de la República Checoslovaca como estrategia dentro del Parlamento. Y agrega que Václav Havel también hizo lo propio, en tanto organizador de la disidencia civil fuera de los límites del Estado.
Y si bien muchas cuestiones vinculadas con esa tarea no salieron a la luz y, tal como afirma Lucero, ni siquiera hay fotos que los muestren juntos a Jiří Hájek, Václav Havel y Jan Patočka, no es difícil imaginar por qué Havel le dio tanta importancia dentro del movimiento disidente.
En definitiva, esa constante en la historia del pensamiento político checo tiene mucho que ver con Patočka quien, además de no adscribir a ninguna ideología política en particular, cuenta Lucero que, en uno de sus textos, argumenta que el gran problema del socialismo fue la cosificación: hacer todo en nombre de un dogma.
En ese sentido, recalca Lucero, que su destacado rol como portavoz de Carta 77 no fue algo casual, sino una cuestión muy implicada en su pensamiento filosófico. De hecho, escribió seis textos explicando en detalle el significado de Carta 77. Y si bien muchas cuestiones vinculadas con esa tarea no salieron a la luz y, tal como afirma Lucero, ni siquiera hay fotos que los muestren juntos a Jiří Hájek, Václav Havel y Jan Patočka, no es difícil imaginar por qué Havel le dio tanta importancia dentro del movimiento disidente.
“Su lugar como académico era muy respetado afuera y muy marginal adentro, pero dentro de esa marginalidad sus seminarios clandestinos de los cuales todavía quedan muchas grabaciones por transcribir lo volvieron muy famoso en el interior de la disidencia, por un lado. El segundo factor es que Patočka también representaba un aire de seriedad y también de moderación”.
Destaca Lucero que, a diferencia de otros signatarios quizás más osados y confrontativos, Patočka era una garantía de mesura. Pero, además, indica Lucero que su tarea fue muy importante como gran unificador de criterios dentro de un movimiento en el que estaban involucradas personas de muy distinta ideología. En todo caso, Lucero no tiene dudas de que las circunstancias de su muerte tras dos largos interrogatorios como consecuencia de una entrevista que le concedió al ministro de Relaciones Exteriores de los Países Bajos Van der Stoel, fue lo que terminó de dar una enorme difusión a la carta en el extranjero.
“Su salud estaba totalmente deteriorada en ese momento pero aun así se levantó y dio una entrevista en alemán sobre el significado de la Carta 77 y hay un video de esa época en francés, creo que el único material audiovisual que se conserva de él, donde también explica el significado de la Carta 77. Eso llevó a que la policía secreta le hiciera un interrogatorio extenso que si bien no tuvieron el carácter, como a veces se cree, de un interrogatorio violento, el clima y el estrés propio de ser interrogado once horas dos veces terminó diezmando la salud de una persona”.
De hecho, afirma Lucero que la muerte de Patočka a causa de un derrame cerebral el 13 de marzo de 1977 fue una noticia impactante que formó parte de la agenda de diversos medios internacionales como, por ejemplo, los principales diarios de España y los noticieros vespertinos franceses. Esas circunstancias, concluye el traductor, impulsaron notablemente la difusión de Carta 77 en buena parte del mundo, incluso en un momento en el que empezaban a aparecer algunas luchas internas dentro del movimiento.