Carta 77 pidió a los comunistas que respetaran su compromiso con los Derechos Humanos
Carta 77, uno de los documentos más importantes de la lucha contra el comunismo en Checoslovaquia, vio la luz del día el 1 de enero de 1977. Cuarenta años después, aquel momento histórico sigue inspirando a los que luchan por la libertad en diferentes partes del mundo.
Aquello representó una señal para los disidentes anticomunistas que coincidieron en que había que hacer algo, según recordó el historiador Petr Blažek del Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios.
“En varias reuniones, que tuvieron lugar a partir del 11 de diciembre, se maduró la idea de que podría surgir un nuevo movimiento orientado a la defensa de los derechos humanos y civiles”.
La detención de los integrantes del grupo musical The Plastic People of The Universe fue uno de los detonadores que activaron a los disidentes que acto seguido pusieron manos a la obra.Los redactores del documento de unas seis páginas fueron el filósofo Jan Patočka, el antiguo ministro de RR.EE., Jiří Hájek, y el dramaturgo Václav Havel, que fue el primer portavoz del movimiento, surgido a raíz del escrito.
Con el fin de evitar que la Policía Política (StB) los infiltrara idearon un complicado sistema para la recolección de firmas. Los potenciales signatarios eran visitados por los recolectores que les mostraban el texto y en caso de estar de acuerdo firmaban una tarjeta que se archivaba.
Los signatarios no sabían quiénes habían firmado. Se trató de una acción muy bien programada, nunca vista al otro lado de la Cortina de Hierro, según recordó el historiador Blažek."Se acordó que Carta 77 se publicaría en el extranjero, que sería una actividad muy sofisticada, y que se prepararía de tal manera para que tuviera gran repercusión”.
Un papel fundamental en su difusión desempeñaron los diplomáticos occidentales acreditados en Checoslovaquia, así como miembros de la Iglesia católica clandestina.
En enero de 1977 el documento lo firmaron 241 personas, se trató de la mayor expresión de apoyo para un movimiento anticomunista desde la Primavera de Praga de 1968.La reacción del régimen no se hizo esperar. El aparato represivo se puso en marcha y las detenciones y encarcelamiento de disidentes estuvieron a la orden del día. Los medios de comunicación lanzaron una dura campaña contra los que llamaron “náufragos e intrusos”.
El Gobierno comunista arremetió con mucha fuerza contra aquellos que le exigieron que cumpliera los compromisos adquiridos con la firma de convenciones internacionales de respeto de los Derechos Humanos. Carta 77 se convirtió así en el primer movimiento opositor de la Checoslovaquia comunista, y su legado sigue inspirando a las fuerzas democráticas en China, Cuba o Bielorrusia.