Una huelga sin ganadores ni vencidos

Foto: ČTK

La huelga de transportes de este jueves paralizó al país, pero no causó el caos que se temía. Los ciudadanos afectados no han atascado las carreteras con sus automóviles, según se esperaba, sino que han salido en bicicletas.

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La huelga más masiva desde la Revolución de Terciopelo logró detener el transporte ferroviario en todo el país y el transporte urbano de algunas ciudades. En Praga no funcionó durante todo el día el metro, los tranvías y los autobuses circularon de manera muy reducida.

Sin embargo, no se cumplió el guión catastrófico que auguraba que la ciudad sería un atasco de automóviles. Todo lo contrario, las carreteras quedaron prácticamente vacías, los ciudadanos aprovecharon la bicicleta para ir al trabajo o escuela.

Jaroslav Zavadil,  foto: ČTK
Asimismo la manifestación sindicalista fue mucho menor de lo esperado. Sólo centenares de personas se reunieron en el centro de Praga para expresar su desacuerdo con las reformas de pensiones y salud. El jefe de la Confederación de Asociaciones Sindicales del país, Jaroslav Zavadil, insistió en la anulación de las reformas.

“Hace 10 días pedí al Gobierno que anulara la reforma de la salud, porque se trata de la mayor porquería que se está preparando. No les crean que todo es tan bonito cómo lo están pintando. Van a pagar caro las reformas. ¡No les crean!”, exclamó.

Mientras los líderes sindicales se mostraron satisfechos con las protestas, el primer ministro, Petr Nečas, la calificó de un fracaso.

Miroslav Kalousek,  foto: ČTK
“La huelga no ha cumplido las expectativas de los líderes sindicales. No ha traído nada positivo para este país, excepto daños que ascenderán a varios millones de euros”, dijo.

No se han producido incidentes graves durante las protestas. La policía evitó un enfrentamiento entre los manifestantes y los detractores de la huelga que intentaron impedir su marcha por la ciudad. La situación se agudizó más frente al Ministerio de Finanzas donde la muchedumbre arrojó tomates y huevos al jefe de esa cartera, Miroslav Kalousek, que salió a la calle para discutir con ellos. Pero los tomatazos y huevazos no acertaron.

El ministro volvió a insistir en que el Gobierno está dispuesto a debatir sobre cierta modificación de las reformas, pero en ningún caso sobre la anulación de las mismas.

Los líderes sindicales: Luboš Pomajbík y Bohumír Dufek,  foto: ČTK
“Nadie nos puede pedir que modifiquemos las reformas según las ideas socialdemócratas. En tal caso no habríamos tenido que efectuar las elecciones parlamentarias. Sinceramente, los cuatro mil sindicalistas que han expresado legítimamente su opinión este jueves no tienen tanta fuerza para cambiar los resultados de los comicios celebrados en junio de 2010”, mencionó.

El Gobierno y los líderes sindicales volverán a deliberar sobre las reformas gubernamentales el próximo lunes. Los sindicatos amenazaron con repetir la huelga en un futuro próximo en caso de que el Gobierno “no tome en serio sus requisitos”.