Una década sin Václav Havel
El 18 de dicembre se cumplirán 10 años de la muerte del primer presidente de la República Checa, Václav Havel. Radio Praga Internacional entrevistó a dos colaboradores muy cercanos a este personaje, que encarna para muchas personas el símbolo de libertad y democracia.
Originario de una familia de empresarios e intelectuales de clase alta, el dramaturgo y escritor Václav Havel estuvo en la mira de las autoridades comunistas que le impidieron terminar su carrera universitaria y obstaculizaban la publicación de sus obras literarias.
Como uno de los autores del manifiesto Carta 77, cuyos signatarios solicitaron a los dirigentes comunistas respetar sus propias leyes y los principios de los Derechos Humanos conforme a los Acuerdos de Helsinki, Václav Havel acabó en varias ocasiones en prisión, donde pasó un total de cinco años.
Durante la Revolución de Terciopelo, que puso punto final al comunismo en Checoslovaquia, Václav Havel fue uno de los principales protagonistas del movimiento político Foro Cívico. Sus miembros presentaron la candidatura de Havel a la presidencia de la Checoslovaquia democrática y el 29 de diciembre de 1989, el dramaturgo y escritor fue nombrado el Jefe del Estado.
Modesto y austero con gusto en lo absurdo
Su amigo y el actual director de la Biblioteca Václav Havel, Michael Žantovský, recordó para Radio Praga Internacional el inicio de la amistad con el primer presidente posrevolucionario.
“Cuando lo conocí en 1983, Havel ya era bastante popular. Me impresionó su modestia, austeridad y su sentido de humor. A los dos nos gustaba reírnos de cosas absurdas, que había muchas en aquella época, así que disfrutamos bastante”.
Ambos intelectuales compartían la afición por la literatura. Juntos tuvieron la oportunidad de conocer a varios escritores estadounidenses que viajaban, prácticamente de manera clandestina, a Checoslovaquia para animar e inspirar a los intelectuales checos. Hasta su nombramiento Václav Havel se había dado a conocer como dramaturgo y escritor. Su cargo político le impidió continuar con sus actividades literarias, recuerda su amigo Žantovský.
“Lo llevaba bastante mal. No compartía mucho entusiasmo por ocupar el cargo del mandatario, ya que era consciente de que tendría que interrumpir su labor literaria. A veces, Havel expresaba ciertas quejas al respecto. No obstante, era un hombre responsable y sabía que el cargo necesitaba de una entrega total”.
Michael Žantovský compartió con Václav Havel muchos momentos que recuerda con cariño y comparte uno de tantos graciosos.
“El 1 de septiembre, por el inicio de las clases, siempre visitábamos algún colegio. En una ocasión, Václav Havel conversaba con los alumnos, que tenían ocho o nueve años de edad. Habló con ellos sobre la antinaturalidad de la existencia y sobre el pensamiento del filósofo Martín Heidegger. Me parecía gracioso y a los niños también, porque probablemente fue por primera vez que alguien habló con ellos como si fueran adultos”.
Al alcance del Premio Nobel
La sociedad checoslovaca tenía la esperanza de que la labor del disidente Havel en la protección de los Derechos Humanos fuera galardonada con el Premio Nobel de la Paz. Como la fecha más probable se mostraba el 10 de diciembre de 1989. No obstante, el esperado galardón fue otorgado al Dalai Lama por su lucha no violenta por la independencia tibetana. Aunque Havel estuvo nominado en varias ocasiones, no se llevó el galardón. De acuerdo con el historiador Petr Nováček es una leve injusticia.
"Sí lo fue, especialmente desde el punto de vista de dos perspectivas; su labor como disidente y de defensor de los Derechos Humanos. Para Havel nuestro deber indivisible es cuidar los Derechos Humanos en cualquier parte del mundo. Pudo recibir el premio también como dramaturgo, pero creo que lo impidieron motivos políticos”.
“Nuestro país no florece”
Después de la partición de Checoslovaquia, Václav Havel cumplió con otros dos mandatos completos como presidente de la República Checa. Petr Nováček señala algunos momentos de la carrera de Havel que considera muy importantes.
“Frecuentemente recuerdo su discurso del 1 de enero de 1990, y su conocida frase que “nuestro país no florece”. Fue sincero, tal vez demasiado escéptico, pero después de los anteriores discursos comunistas, la gente esperaba que alguien finalmente les dijera la verdad. Aunque al principio, demostró ser un poco ingenuo y políticamente inexperto en algunos aspectos”.
No obstante, Petr Nováček reconoce que Václav Havel era el gran símbolo de la República Checa independiente.
“Gracias a Havel, volvimos a la escena política internacional muy rápido. No admitieron en la OTAN y en la Unión Europea, gracia a su prestigio recuperamos nuestro puesto en esa parte del mundo donde la seguridad prevalece".
Profeta político
El periodista y disidente Adam Michnik recordó a su amigo Havel como la primera persona en hablar con su propia voz guiada por la verdad y la libertad y lo señaló como un profeta de la política. De acuerdo con Petr Nováček, Václav Havel probablemente no estaría muy contento con el camino por el que se dirige la democracia de la República Checa en los últimos diez años.
"Su idea de cómo debería ser la República Checa estaba determinada en gran medida por su conocimiento de la época de la Primera República en la primera mitad del siglo XX. Tenía ciertos ideales vinculados con el Presidente Tomáš Garrigue Masaryk y leyó la obra 'Construcción del Estado' de Ferdinand Peroutka. Por cierto, Václav Havel siempre llevaba encima una edición en miniatura de la Constitución. Era su Biblia, y cuando no estaba seguro, la consultó discretamente. Su modus operandi era el diálogo. Tenía varios defectos, ideas ingenuas irrealizables, pero el respeto y la decencia eran sus valores sobresalientes. Algo de su legado debería formar parte inseparable de la cultura política checa y también de nuestra imagen en el mundo”.
10 años sin V. H.
El 18 de noviembre se llevarán a cabo numerosas actividades en homenaje al primer presidente de la República Checa. El evento conmemorativo '10 años sin V. H.' ofrecerá una exposición, proyecciones de películas, conciertos, una marcha al Castillo de Praga o un proyecto de video en el que personalidades recordarán a Havel y le enviarán mensajes imaginarios.