Una de cada tres mujeres ha sido víctima de acoso sexual en el transporte público
Un nuevo estudio encargado por el Gobierno checo ha revelado la magnitud del problema del acoso sexual en el transporte público. Un tercio de las checas cuenta con alguna experiencia negativa, desde miradas lascivas, exhibicionismo hasta intentos de violación.
Aproximadamente una de cada tres mujeres ha sido víctima de acoso sexual en el transporte público en Chequia. La misma experiencia la reporta uno de cada diez hombres, dando un resultado global de que una cuarta parte de los pasajeros, independientemente de su sexo afirma haber sido testigo alguna vez de tal comportamiento.
Los datos los revela una reciente investigación sobre el tema realizada por el Departamento del Gobierno para la Igualdad entre Hombres y Mujeres, en la que participaron más de mil personas mayores de 15 años.
La encuesta no se enfocó únicamente en la frecuencia del acoso, sino también en su carácter, según explica el director del departamento, Radan Šafařík.
“Cuestionamos a los participantes sobre unas doce formas de acoso. Naturalmente, las manifestaciones menos graves, como miradas lascivas o comentarios inadecuados de carácter sexual fueron mucho más frecuentes que las formas más graves. No obstante, un número bastante alto de mujeres ha experimentado asimismo alguna forma de exhibicionismo o masturbación en el transporte público”.
Son predominantemente las mujeres las que sufren del acoso más serio. Además de los casos de exhibicionismo o masturbación, que ha vivido un 25 % de las mujeres, un 7 % ha sido víctima de intentos de violación.
El estudio revela asimismo la diferencia entre las reacciones de ambos sexos ante el acoso, según cuenta Šafařík. Mientras que los hombres afirman ser capaces de defenderse de alguna manera, ya sea verbal o física, las mujeres suelen alejarse de la situación y cambiar de asiento, por ejemplo.
Otra de las conclusiones de la encuesta es que, al convertirse en testigos de acoso sexual, muchos pasajeros no saben qué hacer. Algunos declaran intervenir en el momento, pero el porcentaje de los que consideran que la situación no es tan grave como para que sea necesario interponerse, o no saben cómo, es bastante alto.
Esto no se aplica solo a pasajeros. También el personal del transporte público no sabe cómo actuar en muchas ocasiones o considera que intervenir no forma parte de su trabajo, afirma Šafařík. Se trata de un problema que identificaron también los participantes en la encuesta. Una mayor concienciación de los conductores figura entre las medidas más citadas, que podrían ayudar a incrementar la seguridad y el bienestar de los pasajeros.
El director del departamento explica que las propuestas que surgieron giran alrededor de tres áreas principales.
“La primera es introducir o incluir más botones de asistencia en los vehículos. La segunda llama a una mayor participación de la Policía, sobre todo en horas de la noche y a controles más frecuentes del orden público. La tercera busca una mayor concienciación de los conductores y otro personal para que sean capaces de identificar el acoso con mayor eficiencia y ayudar a las víctimas”.
El estudio del Departamento del Gobierno para la Igualdad entre Hombres y Mujeres es el primero de su tipo en Chequia. Se habían realizado encuestas sobre la percepción de seguridad de las mujeres en el espacio público o sobre el acoso en el sitio de trabajo.
De acuerdo con Šafařík, los resultados confirman las conclusiones obtenidas en un análisis anterior realizado por el Ministerio de Transporte, que indica que las mujeres se sienten menos seguras en el transporte público y, en mayor medida que los hombres, evitan viajar en él por la noche.
A raíz de los resultados, el Gobierno está preparando medidas para combatir el acoso y fortalecer la seguridad de los pasajeros. De acuerdo con Šafařík, se aprovecharán alrededor de 780 000 euros de Fondos Noruegos, al igual que subvenciones europeas.
