Sardinas, claveles y samba. Praga celebra el Festival Lusófona

Festival Lusófona

En la capital checa se acaba de celebrar una nueva edición del Festival Lusófona que pretende fomentar el conocimiento de la sociedad checa sobre los países de habla portuguesa, ofrecer un espacio comunitario con un rico programa cultural.

El pasado fin de semana se apoderó del barrio capitalino de Žižkov el inconfundible olor a sardinas que invitaba a todos los vecinos a visitar la presente edición del Festival Lusófona. Según la tradición, el evento se organiza cada año en otro lugar capitalino y, esta vez, fue el espacio comunitario Žižkostel.

En el jardín de esta antigua iglesia, los visitantes pudieron aprovechar la amplia oferta de vinos, aceitunas, dulces portugueses y brasileños… No obstante, la cola más grande se dirigía hacia la barbacoa, de la que se encargaba el personal docente del Instituto Camões en Praga. Entre los profesores estaba también Joaquim Ramos, vocal de la dirección del Instituto Camões en Lisboa y antiguo lector de portugués en Chequia. Según contó a Radio Praga Internacional, había venido al festival praguense que, en su opinión, es importante por el hecho de promover la imagen de Portugal y otros países de la lengua portuguesa: Brasil, Angola, Mozambique, Cabo Verde, Guinea-Bisáu, Timor Oriental. Dicha promoción se efectúa por medio de tres áreas importantes que son la literatura, la música y la gastronomía.

Joaquim Ramos | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

“Creo que hay dos o tres puntos importantes. El primero será la parte gastronómica. Por ejemplo, el Centro de la Lengua Portuguesa está organizando aquí una sardiñada y me parece que está teniendo mucho éxito. Pienso que todos los portugueses consiguen asar sardinas. En este momento, ha sido gracioso porque estaba aquí con mis amigos portugueses y me desafiaron diciendo que si ya estaba aquí, tenía que participar también en el trabajo. Y claro, con mucho gusto y mucho placer participo”.

Muchos asistentes del primer día del festival vinieron mostrando las camisetas de la selección nacional de fútbol portuguesa. Y no fue casualidad, ya que el festival coincidió con la Eurocopa y, concretamente, con el partido entre Portugal y Turquía. Así, la comunidad portuguesa en Praga aprovechó la ocasión para juntarse y celebrar el deporte nacional.

Štěpánka Huláková,  Joaquim Ramos y Gilda Machado | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

“Creo que hay tres niveles de importancia aquí. El primero: la relación directa con la comunidad portuguesa, es decir, es una ocasión para que la gente se reúna. El segundo: se juntan aquí las comunidades que hablan portugués y que están en Praga, es decir, tenemos aquí a nuestros amigos de Brasil, de Cabo Verde que representan la dimensión de la lengua. Y el tercero: todos los checos que hablan portugués, que lo aprendieron y conocen los países de la lengua portuguesa, también se sienten aquí más cerca de estas comunidades y aprovechan la ocasión para tener esta proximidad cultural”.

Claveles 50 y Camões 500

El Festival Lusófona 2024 no se pudo olvidar de dos grandes aniversarios que se celebran este año: 50 años desde la Revolución de los Claveles, que dirigió Portugal hacia la democracia después de la dictadura salazarista, y 500 años desde el nacimiento de Luís de Camões, poeta portugués y bardo renacentista tuerto, que dio nombre al Centro de la Lengua Portuguesa. Camões fue recordado en un rinconcito de literatura y unas actividades como, por ejemplo, ‘Hazte tu propio soneto’.

Kristýna Borecká | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

La Revolución de los Claveles, por su parte, fue el tema principal de un taller de teatro, llevado a cabo por la compañía Hotel Europa. Más detalles dio la directora del festival y asistente cultural del Instituto Camões en Praga, Kristýna Borecká.

“Hotel Europa está vinculado a uno de los temas principales de la presente edición del Festival Lusófona que es el 50 aniversario desde la Revolución de los Claveles en Portugal. Este tema se reflejó en el taller de teatro en el que Hotel Europa busca relaciones entre la revolución portuguesa y la Revolución de Terciopelo, la nuestra. Ellos tienen mucha experiencia en el teatro documental y sus representaciones están basadas en el material biográfico, testimonios, sobre todo testimonio de la resistencia portuguesa antifascista”.

Iniciativa estudiantil convertida en tradición

Cuenta Kristýna que el festival, en realidad, no está vinculado desde sus comienzos en 2006 con el Instituto Camões en Praga. Originalmente, se trata de una iniciativa de una mujer, apasionada por la lengua portuguesa.

“Originalmente, se trataba de un proyecto estudiantil de ilustración. Yo estudié portugués, me fui a Lisboa y absorbí muchísimo la cultura portuguesa y lusófona en general porque en Lisboa se mezclan bastante las influencias portuguesas con las brasileñas y africanas. Tuve la suerte de conocer allí muchos artistas y amigos que me influyeron mucho. Y cuando volví a Chequia, ya tuve en la cabeza la idea del festival. Eso fue en el año 2006 y en 2007 hicimos la primera edición del festival”.

La unión entre el festival y el Instituto Camões se produjo en el momento en el que Kristýna empezó a trabajar en el centro, es decir, en 2009. Durante su historia, también unió sus fuerzas, por ejemplo, con el festival capitalino de música United Islands que le permitió traer más músicos portugueses a Chequia. Este año, el concierto principal del festival se debió a la cantante Cristina Clara.

“Creo que el proyecto surgió en un momento en el que Portugal fue un país bastante exótico, Finisterre, el fin del mundo. Pocas personas sabían que en Brasil se hablaba portugués. Todo esto cambió mucho en los últimos 17 años. Mucha gente viaja a Portugal, se ha convertido en un destino turístico muy popular. Así, también crece nuestro público. Hoy en día, es un evento espontáneo que se ganó la atención de las personas interesadas en el mundo lusófono”.

La presente edición del Festival Lusófona contó también con unos talleres para niños y familias mixtas de portugueses y checos, igual que con talleres de kizomba, samba o conferencias sobre viajes a Santo Tomé y Príncipe.

Como dice Kristýna, lo que más alegría le da es que el festival ya tiene un lugar fijo en el calendario de la comunidad lusófona en Chequia y las personas cuentan con él. En el futuro le gustaría expandir y además de traer a artistas portugueses a Praga, mandar también artistas checos a Portugal.

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