San Cirilo y San Metodio, apóstoles de los eslavos y patronos de Europa

Metodio y Cirilo, foto: Štěpánka Budková

Han transcurrido 1150 años desde la llegada a la Gran Moravia, actualmente parte del territorio de la República Checa, de los misioneros Cirilo y Metodio, procedentes de Grecia. Independientemente de que la misión evangelizadora de los hermanos bizantinos en estas tierras duró relativamente poco tiempo, su legado sobrevivió a lo largo de siglos.

Metodio y Cirilo,  foto: Štěpánka Budková
El destino de San Cirilo y San Metodio, al igual que la época y el país al que llegaron, están acompañados de diversas interrogantes. En el caso de algunas las respuestas ya fueron halladas, pero otras seguirán siendo para siempre un gran desconocido. Resumamos entonces lo que se sabe con certeza, o que consideramos que se sabe con certeza.

En el siglo IX de nuestra época, en Europa Central surgió una formación estatal, que muchos siglos más tarde comenzó a ser denominada Imperio de la Gran Moravia. La dinastía de los Mojmírovci, entonces en el poder en ese imperio, pronto sometió los territorios cercanos – la actual parte occidental de la República Checa, una parte de la actual Eslovaquia, Polonia y otras zonas.

Rastislav,  foto: Archivo del Museo nacional eslovaco
El nuevo estado fue encabezado sucesivamente por varios príncipes de la mencionada dinastía de Mojmírovci y a uno de ellos precisamente, de nombre Rastislav, se debe la llegada de los misioneros bizantinos a Moravia.

Rastislav le pidió a Miguel III, emperador romano de Oriente, que enviara de Constantinopla a la Gran Moravia una misión evangelizadora, que divulgara la fe cristiana entre los habitantes de estas tierras, según sostiene Jaroslav Šebek, del Instituto de Historia de la Academia de Ciencias checa.

Jaroslav Šebek,  foto: Archivo de Radio Praga
”Junto con la cristianización de nuevos territorios, la misión tuvo fines políticos. Se realizó en momentos en que se decidía sobre la división de las esferas de poder en la Europa de entonces. Sin duda alguna, la creciente tensión dentro de la Iglesia cristiana universal influía todo lo demás. Hablamos de una época en que la Iglesia no estaba dividida en la occidental y la oriental, sino que estaba unificada. Aunque ya entonces había tensiones que marcaron la misión de Cirilo y Metodio. Los dos misioneros eran conscientes de esos conflictos, por lo que, al ser enviados por Bizancio para divulgar la fe entre las naciones eslavas en un idioma comprensible para ellas, querían que estas actividades las aprobara también el Papa de Roma”.

Sin embargo, sería erróneo pensar que Cirilo y Metodio llegaron a un país que hasta ese momento desconocía el cristianismo, pues en la Gran Moravia la fe cristiana era divulgada algún tiempo ya por sacerdotes de Baviera. A pesar de ello, la misión de los hermanos bizantinos fue excepcional.

Detengámonos ahora por un instante en el destino de Metodio y de su hermano menor Constantino, más conocido como Cirilo, su nombre religioso. Ambos provenían de una familia adinerada de Salónica, actualmente ciudad de Grecia y ambos decidieron dedicarse a la carrera religiosa.

La escritura glagolítica
La misión en Moravia no fue la primera que les fue encargada, pues ya antes trabajaron como misioneros entre los kázaros, pueblo que vivía al noreste del mar Negro.

Cirilo y Metodio se prepararon intensamente algún tiempo para su misión en la Gran Moravia. Tradujeron al idioma eslavo por ejemplo, parte de la Biblia y otros textos religiosos. Además, Cirilo creó una nueva escritura, la escritura glagolítica, y luego juntos partieron a un país del que tanto ellos como sus demás compatriotas sabían muy poco o nada.

Difícilmente podemos imaginarnos cómo se sintieron Cirilo y Metodio al cruzar la frontera de la Gran Moravia, pero lo que podemos decir con certeza es que de manera inmediata comenzaron a cumplir sus tareas. Divulgaban la fe cristiana y daban clases a sus alumnos. Poco tiempo después emprendieron un viaje a Roma para defender sus doctrinas frente al Papa.

Foto: Barbora Kmentová
Su misión tuvo éxito, pero durante la estadía en Roma se enfermó el menor de los hermanos, Constantino. Decidió instalarse por ello en un monasterio y poco después falleció. Antes de su muerte, Constantino adoptó en el monasterio el nombre religioso Cirilo, con el que más tarde pasaría a la historia.

Metodio a su vez, a quien el Papa nombró arzobispo de todo el extenso territorio de Pannonia, quería regresar a Moravia. No obstante, los sacerdotes de Baviera, quienes querían mantener su influencia en esta región, consideraban que la concesión del título arzobispal a Metodio era una intromisión en sus competencias y derechos.

Durante su viaje a Moravia, Metodio fue detenido y pasó unos dos años en prisión. Se especula que fue mantenido incluso en un profundo foso bajo cielo abierto. Gracias a una intervención del propio Papa, Metodio fue puesto en libertad y finalmente pudo dedicarse al cumplimiento de las labores relacionadas con su grado de arzobispo, indica el historiador Jaroslav Šebek.

”Metodio fue arzobispo de toda Pannonia, no sólo de Moravia. Fue el primer alto representante religioso de una provincia eslava independiente, lo que es sustancial. Metodio contribuyó al fortalecimiento de la fe cristiana y ayudó a la formación de una organización religiosa eslava. Esto demuestra la sabiduría de los dos hermanos bizantinos y la sabiduría de Metodio especialmente, que le permitió entender las circunstancias de su época. Fue él quien consiguió el acuerdo de Roma con la institución de la nueva organización religiosa. Y fue un gran éxito que se lograra edificar las bases de esa administración religiosa, conservando a la vez un estrecho diálogo con Occidente”.

Cirilo y Metodio
Después de Metodio, durante largo tiempo en los territorios de la actual República Checa no hubo una personalidad a su altura. Las Tierras Checas conquistaron nuevamente el título arzobispal hasta en el siglo XIV.

Su pérdida, después de la muerte de Metodio, se debe también al hecho de que en esos tiempos en Moravia desempeñaron un papel negativo los sacerdotes francos y, en especial, el obispo Wiching.

Éste, junto con el príncipe Svatopluk, quien gobernaba la Gran Moravia, se empeñó por hacer desaparecer el legado de Metodio, prohibiendo la liturgia en eslavo. Este hecho testimonia de que la unión de la Iglesia y el Estado no siempre condujo a resultados favorables.

Tampoco los últimos años de la agitada vida de Metodio fueron fáciles. En vista de las discordias entre los sacerdotes eslavos y latinos, Metodio emprendió un nuevo viaje a Roma, su misión fue exitosa nuevamente pero, por culpa de diversas intrigas, hasta el resto de su vida no pudo estar en tranquilidad.

El príncipe Svatopluk,  photo: Michal Maňas,  CC BY 3.0 Unported
El príncipe moravo Svatopluk no apoyaba ni tenía simpatías por Metodio y cuando en el año 885 el arzobispo falleció, sus discípulos fueron perseguidos y expulsados del país.

¿Cuál fue el destino que corrió la Gran Moravia? El imperio se desmoronó a comienzos del siglo X, después de la muerte de Svatopluk. Según una leyenda, este príncipe tenía tres hijos. Antes de morir, los llamó a su cuarto donde estaba acostado en una cama, a cada una les dio una varilla y les ordenó que la partieran. Los tres hermanos lo hicieron. Después Svatopluk ató todos los pedazos de las varillas y ninguno ya logró partirlos a la mitad. Svatopluk les dijo a sus hijos que si seguían unidos, ningún enemigo lograría vencerlos.

A pesar de ese ejemplo que Svatopluk les mostró a sus hijos, poco después de su muerte éstos se pelearon y el antaño poderoso imperio de la Gran Moravia se convirtió así en un fácil blanco y posterior botín de las naciones que le rodeaban.

Las actividades realizadas por Cirilo y Metodio en la Gran Moravia no han caído en el olvido. Muchos habitantes de Moravia están convencidos hasta hoy de que fueron precisamente los hermanos bizantinos quienes trajeron el cristianismo a estas tierras y les tienen un gran aprecio. Entre otras cuestiones da fe de ello el gran número de iglesias y capillas consagradas justamente a Cirilo y Metodio que existen en ciudades y pueblos moravos.

Sin embargo y pesar de lo anteriormente dicho, la misión de Cirilo y Metodio en Moravia duró un tiempo relativamente corto y a primera vista podría parecer que no tuvo éxito, sostiene el historiador Jaroslav Šebek.

Cirilo y Metodio,  foto: Palickap,  CC BY 3.0 Unported
”Poco después del fallecimiento de Metodio en el año 885, sus discípulos y seguidores fueron dispersados y obligados a desplazarse, especialmente a Bulgaria. A raíz de ello podría parecer que las actividades de Cirilo y Metodio no dieron un resultado favorable. Sin embargo, es necesario destacar otras dos cosas que más tarde sirvieron para reconocer el gran aporte de su misión. En primer lugar, Cirilo participó en la creación de la escritura eslava, hecho que tuvo un inmenso significado cultural. Y, en segundo lugar, gracias al esfuerzo de estos misioneros, el Papa reconoció el antiguo eslavo como otro idioma que podía ser usado en la liturgia. El que junto con el latín, el griego y el hebreo fuera reconocido el eslavo como idioma oficial litúrgico fue realmente un gran acontecimiento en aquellos tiempos”.

La expulsión de los discípulos de Metodio no significó el fin de la misión de Cirilo y Metodio. Aunque los hermanos habían muerto, sus discípulos hicieron todo lo posible para que su obra no se echara a perder.

Muchos de ellos se dirigieron a Bulgaria, donde siguieron propagando el cristianismo y elevando el nivel cultural de los habitantes locales. Por eso en dicha zona gozan hasta la fecha de gran popularidad. Gracias a los discípulos, la misión se mantuvo viva en gran parte de los Balcanes.

En Moravia y en la vecina Bohemia fue más difícil mantener la continuidad de la misión. En 1504 se produjo el gran cisma que supuso la separación de las Iglesias occidental y oriental, así que la misión de los apóstoles orientales Cirilo y Metodio no tuvo tanta repercusión en las tierras de Bohemia, pertenecientes a la Iglesia occidental.

Sin embargo, también en esta localidad se conservaron algunos lugares aislados que se convirtieron en el centro de la liturgia del eslavo antiguo, como el monasterio de Sázava y, en el siglo XIV, el monasterio Emaúz de Praga, donde el emperador Carlos IV se esforzó temporalmente por resucitar la idea de las misas eslavas.

La misión de San Cirilo y San Metodio provoca varias preguntas hasta la fecha. Una de las más frecuentes, que sigue representando un rompecabezas arqueológico, es ¿dónde yace el arzobispo Metodio?

Miroslav Vaškových,  foto: Archivo de Radio Praga
Su sepultura no ha sido hallada ni por expertos ni por aficionados de toda clase. No se sabe en qué iglesia, ni en qué ciudad de Gran Moravia el santo fue enterrado, dice Miroslav Vaškových, arqueólogo del Museo de Slovácko, situado en la ciudad de Uherské Hradiště.

“Sabemos que Metodio fue enterrado, gracias a su biografía y a una de las leyendas que dice que murió en paz y yace en el muro situado en la parte izquierda de un gran templo moravo detrás del altar de la Madre de Dios. Esa información impulsó la búsqueda de dicho templo”.

Varias localidades correspondían a la mencionada descripción: como las más naturales se perfilaron los principales centros del antiguo imperio de la Gran Moravia, Valy u Mikulčic y Uherské Hradiště Sady.

Durante cierto tiempo se suponía que Metodio había sido enterrado en primer lugar. Los arqueólogos incluso señalaron una tumba concreta que, en su opinión, sirvió como último lugar de descanso del santo. No obstante, los conocimientos más recientes no han evidenciado esta hipótesis.

Los expertos también estudiaron el recinto del templo de Uherské Hradiště, en cuya pared fue hallada una tumba, cuya situación correspondía a las palabras de la leyenda. Todo indica que Metodio fue enterrado allí, aunque hoy día es imposible comprobar si esa hipótesis es cierta o no, según explica Miroslav Vaškových.

Uherské Hradiště - Sady,  foto: Palickap,  CC BY 3.0 Unported
“En ese lugar tampoco se encontraron restos de huesos. Se supone que poco después del entierro, los discípulos de Metodio sacaron el ataúd y lo escondieron en un sitio desconocido. De aparecer en algún lugar (aunque no sé dónde porque la mayoría de las localidades ya han sido registradas), igual no seríamos capaces de evidenciar si se trata de los restos del arzobispo Metodio”.

¿Por qué el enigma del sepulcro de Metodio sigue despertando tanto interés de los arqueólogos? ¿Por qué tanta gente se ha esforzado por encontrar el lugar de su sepultura o la ciudad de Veligrad, donde desarrolló sus actividades con su hermano Cirilo, según dice la tradición? ¿Por qué los arqueólogos no gastan tanto esfuerzo en hallar por ejemplo el sepulcro de Svatopluk, el soberano más poderoso de la Gran Moravia?

Según el experto Miroslav Vaškových, la respuesta a esas preguntas es la gran importancia de la obra y el personaje de Metodio en general.

“¿Por qué precisamente Metodio? Primero, se trató de nuestro primer arzobispo, mientras que Svatopluk no fue nuestro primer soberano. Pero sobre todo, gracias a la misión de Metodio y su hermano, logramos el reconocimiento a nivel de toda la Europa cristiana. Ellos fueron los padres de la cultura eslava, la escritura, liturgia, etc., tanto de la nuestra, como de la oriental. Así que en este sentido, Metodio es considerado con pleno derecho un personaje más importante que Svatopluk”.

El arzobispo Metodio
Como hemos dicho, la continuidad de la misión de los santos Cirilo y Metodio se fue debilitando con el tiempo debido a las circunstancias en las tierras checas. No obstante, en el siglo XIX resucitaron con nueva fuerza las tradiciones introducidas por Cirilo y Metodio.

En aquella época, los habitantes de Bohemia y Moravia comenzaron a darse cuenta de su célebre pasado e intentaron librarse, por lo menos parcialmente, de la dependencia cultural y política de la Monarquía Austriaca. Y como un instrumentos para lograr esos objetivos sirvió el legado de Cirilo y Metodio, según cuenta el historiador Jaroslav Šebek.

“La tradición de Cirilo y Metodio se convirtió en un motor impulsor del esfuerzo patriótico en Moravia y a la vez en un eslabón de conexión que pudo promover la colaboración entre las naciones eslavas. Ésta ya no era motivada sólo por la religión, sino también por el esfuerzo político de separarse de la Monarquía de los Habsburgo. De utilizar un término técnico, en el siglo XIX se produjo un reinicio de las tradiciones de Cirilo y Metodio. El hito más importante lo representa el año 1848, cuando resucita el interés por el legado de los hermanos de Salónica en relación con los cambios revolucionarios en Europa y con el reforzamiento de la identidad eslava nacional, sobre todo en Moravia”.

Cirilo y Metodio a la montaña de Radhošť,  foto: Barbora Kmentová
Largas procesiones de peregrinos se dirigieron a la ciudad de Velehrad y a la montaña de Radhošť, en Moravia, lugares relacionados con Cirilo y Metodio, según dicen las leyendas, y en ese momento el interés por los hermanos de Salónica vivió un boom, como diríamos hoy día.

Los hermanos gozan de gran popularidad sobre todo en Moravia, ya que en Bohemia el pedestal sacro más alto lo sigue ocupando San Venceslao, menciona el historiador Jaroslav Šebek.

“Creo que en este sentido no ha cambiado mucho y que la tradición de Cirilo y Metodio sigue más viva en Moravia, en la parte oriental de la República. Sin embargo, con motivo del milenario existen intenciones fomentar su popularidad también en Bohemia. Pero hay que tener en cuenta que ambas provincias eclesiásticas, la checa y la morava, se desarrollan bajo circunstancias diferentes. En Moravia, la tradición de Cirilo y Metodio está relacionada más con la emoción que despierta la conmemoración de los hermanos santos. Creo que eso determina el carácter de la tradición comprendida como la conservación de un obsequio paternal. Lo evidencia también la canción ‘Señor, conserva para nosotros la herencia de los padres’. En Moravia la tradición tiene que ver más con la emoción, mientras que en Bohemia la posición de la Iglesia es más complicada, porque aquí se ve obligada a crear su identidad bajo condiciones más seculares”.

La iglesia de Cirilo y Metodio en Praga,  foto: Archivo de Radio Praga
A pesar de la amplia popularidad de Cirilo y Metodio en Moravia, con motivo del milenio de su llegada a estos territorios, fue construida en Praga una iglesia ortodoxa checa que lleva el nombre de estos dos santos. La iglesia desempeñó un rol importante en la historia nacional, ya que allí se escondieron, muriendo en una lucha heroica, los paracaidistas que perpetraron el atentado contra el Protector nazi de Bohemia y Moravia, Reinhard Heydrich.

Jaroslav Šebek señala que el legado de los apóstoles de Salónica deberíamos considerarlo sin el relumbrón de las ideas patrióticas del siglo XIX y concentrarse más en la trascendencia intelectual de la misión y de su importancia para el diálogo entre el oeste y el este, que representa un punto importante para los debates sobre la identidad de la Europa actual. Eso lo confirmó también el hecho de que el Papa Juan Pablo II proclamó a Cirilo y Metodio como copatronos de Europa.

Velehrad,  foto: Archivo de Radio Praga
Las fiestas de Cirilo y Metodio son el punto más destacado del Año Cristiano Checo y Moravo, que incluyen varias ceremonias religiosas, exposiciones y conferencias científicas. La llegada a las tierras checas de Cirilo y Metodio se celebró en mayo en el antiguo centro de la Gran Moravia de Mikulčice, donde en mayo celebró una misa el patriarca de Constantinopla Bartolomé I.

La peregrinación más conocida se efectúa tradicionalmente el 5 de julio en Velehrad. En esa localidad, así como en otros lugares de peregrinación, ciudades y aldeas, los creyentes cantan la canción, dedicada a los hermanos de Salónica, cuyas letras tienen un gran impacto hasta la fecha, a pesar de su patetismo: “¡Señor, conserva para nosotros la herencia de los Padres!”

Autor: Martina Bílá
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