El reto de difundir el cristianismo en las Tierras Checas
La cristianización de las Tierras Checas fue un proceso gradual con sus altibajos causados por la resistencia de los seguidores de las tradiciones paganas. Allanar el camino para este cambio social fue la misión de los hermanos bizantinos Cirilo y Metodio. Con motivo de la fiesta nacional en homenaje a los conocidos como los apóstoles de los eslavos, hablaremos en este programa especial sobre las estrategias para difundir el cristianismo en las Tierras Checas.
En los siglos IX y X, las Tierras Checas estaban habitadas por tribus eslavas paganas, mientras que el cristianismo se estaba extendiendo desde el oeste de Europa hacia el este. Algunos gobernantes de las Tierras Checas buscaron alianzas y apoyo político de los estados cristianos vecinos. La adopción del cristianismo se consideraba un importante acto diplomático para fortalecer las relaciones con los gobernantes cristianos, evitar conflictos y ganar beneficios económicos, explicó para Radio Praga Internacional el historiador Jan Stejskal.
“Los estados que habían adoptado el cristianismo eran más seguros y más previsibles respecto a la orientación en sus costumbres y a lo que se podía esperar de ellos. Unos países incluso presionaban a otros para que adoptaran el cristianismo bajo la amenaza de reducir el comercio mutuo”.
Los beneficios de la conversión
La conversión de los gobernantes desempeñó un papel importante en la propagación del cristianismo en las Tierras Checas. Si un príncipe adoptaba el cristianismo, era más probable que sus súbditos también lo hicieran. Uno de los casos más destacados fue el bautizo en la fe cristiana del príncipe checo Bořivoj I y su esposa Ludmila lo que marcó un hito importante en la adopción del cristianismo en la región.
Por su parte, la Iglesia colaboró estrechamente con la nobleza checa para promover y consolidar el cristianismo. Al convertirse al cristianismo, los nobles podían reforzar su situación social y obtener el apoyo de la Iglesia en asuntos políticos y sociales.
La construcción de iglesias y monasterios representó otra estrategia efectiva para difundir y consolidar el cristianismo en las Tierras Checas. Estas instituciones religiosas se convirtieron en centros de educación y promoción de la fe cristiana.
A partir del siglo IX, misioneros provenientes de diversas partes de Europa llegaban a las Tierras Checas con el fin de propagar y enseñar el cristianismo. No obstante, la enseñanza de esta religión resultó ser caótica precisamente debido a la presencia de diferentes obispos. En tal virtud, el príncipe Rostislav solicitó al emperador bizantino Miguel III que enviara a sus obispos a la Gran Moravia para que difundieran entre el pueblo mayoritariamente pagano la enseñanza del cristianismo. Los hermanos Cirilo y Metodio llegaron a las Tierras Checas en 863.
Uno de los grandes méritos de ambos misioneros fue la creación del alfabeto glagolítico, que fue el primer sistema de escritura utilizado para traducir la Biblia y otros textos de propagación del cristianismo al idioma eslavo antiguo y a otros idiomas eslavos con el objetivo de que las personas entendieran la fe cristiana en su propia lengua. Esta labor de traducción tuvo un impacto significativo en la región. El alfabeto glagolítico y las liturgias en lenguaje eslavo antiguo fueron recibidas con cierta resistencia por parte de la jerarquía eclesiástica y los líderes políticos de la época. No obstante, fue la primera forma de escritura utilizada para los eslavos que sentó las bases para el desarrollo del alfabeto cirílico utilizado en algunos idiomas eslavos hasta la actualidad.
El legado de Cirilo y Metodio trascendió su época y su trabajo tuvo un impacto duradero en el desarrollo de la escritura, la literatura y la cultura eslavas. Jan Stejskal explica la importancia de seguir recordando su llegada.
“La misión de los hermanos bizantinos fue exitosa; el cristianismo y la escritura han sobrevivido, la lengua fue desarrollándose y se escribieron muchos documentos importantes. Ambos hermanos se merecen un gran reconocimiento por haber logrado este éxito, además con tanta energía, optimismo, fe, capacidad organizativa y conocimientos intelectuales. Todo esto va contra esa visión de dos abuelos con la Biblia en la mano que apenas se mantenían de pie. Aunque no eran jóvenes, disponían de mucha energía y supieron enfrentar una dura realidad con éxito”.
Aunque Cirilo y Metodio tuvieron que afrontar cierta resistencia durante sus actividades misioneras, después de su muerte, la tradición cristiana eslava comenzó a consolidarse. Sus seguidores y discípulos continuaron difundiendo el cristianismo en lengua vernácula y preservaron su legado. No obstante, algunos miembros de la jerarquía eclesiástica, especialmente aquellos que promovían el uso exclusivo del latín en la liturgia, se opusieron a la tradición cristiana eslava y al uso del alfabeto glagolítico. Estos opositores consideraban que el uso de lenguaje vernáculo y la creación de un alfabeto específico representaban una amenaza para la unidad y la autoridad del Imperio de Gran Moravia, donde Cirilo y Metodio habían llevado a cabo su trabajo de cristianización, y el imperio sufrió inestabilidad política después de la muerte de los hermanos misioneros. Las disputas políticas y la influencia de poderes externos, como el Sacro Imperio Romano Germánico, afectaron la continuidad y el progreso de la cristianización. Estos factores políticos a menudo llevaron a la supresión de la tradición cristiana eslava y a la imposición del uso del latín en las liturgias a medida que la tradición cristiana eslava en las Tierras Checas y en otros territorios eslavos disminuyó. La llegada de órdenes religiosas occidentales, como los benedictinos y los cistercienses, trajo consigo la imposición del rito latino.
La labor de Cirilo y Metodio sin embargo sentó las bases para la formación de una Iglesia eslava independiente. Después de su muerte, la Iglesia Ortodoxa Eslava se estableció como una entidad distinta y se convirtió en una importante institución religiosa en las Tierras Checas y en otros territorios eslavos. La Iglesia Ortodoxa Eslava adoptó el alfabeto cirílico, basado en el glagolítico, que se convirtió en el sistema de escritura predominante para los eslavos orientales. Los méritos de Cirilo y Metodio no fueron reconocidos oficialmente hasta 1863, cuando fueron declarados santos patronos de las naciones eslavas y 17 años más tarde fueron canonizados por la Iglesia. En 1980, el papa Juan Pablo II declaró a los hermanos bizantinos santos patronos de Europa por sus méritos culturales y su esfuerzo por unificar a la Iglesia Occidental con la Oriental.
Los mayores festejos en honor a San Cirilo y San Metodio se celebran anualmente el 5 de julio en la localidad morava de Velehrad, el mayor centro de peregrinación de la República Checa. Las Jornadas de las Personas de Buena Voluntad atraen a miles de personas que participan en misas, concierto y otras actividades de acompañamiento.