“Praga puede volver a ser la sede del gobierno bielorruso en el exilio”
La líder opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya visitó estos días la ciudad de Praga, fortaleciendo las relaciones bilaterales entre el gobierno bielorruso en el exilio y el Estado checo. En Chequia encontró un máximo apoyo por parte de los representantes políticos.
Praga recibió durante cuatro días a la líder de la oposición bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya, que reside en el exilio en Lituania. Tijanóvskaya se presentó en 2020 a las elecciones presidenciales bielorrusas en lugar de su marido Serguéi Tijanovski, condenado a 18 años de prisión por “organizar disturbios y fomentar el odio en la sociedad”, según la acusación. Ella misma recibió hace un año una sentencia de 15 años de prisión por “conspiración con el fin de asumir el mando de su país”.
En Praga, no obstante, se encontró con una gran ola de solidaridad. El sábado asistió a la conferencia de la diáspora bielorrusa y el domingo inauguró en la Plaza de la Ciudad Vieja una placa conmemorativa al tipógrafo bielorruso František Skorina, humanista renacentista de importancia a nivel europeo, radicado en la ciudad de Praga en el siglo XVI.
En entrevista para la Radio Checa, Tijanóvskaya subrayó la importancia de las relaciones checo-bielorrusas.
“Hay unas relaciones extraordinarias entre Chequia y Bielorrusia que traen sus frutos. Los checos entienden a los bielorrusos y nuestras relaciones culturales”.
El lunes, Tijanóvskaya rindió homenaje a los representantes del gobierno bielorruso en el exilio que actuaron desde la capital checa en la primera mitad del siglo pasado, después de que su país fuera invadido por la Rusia bolchevique. Al acto solemne del cementerio capitalino de Olšany asistió también el jefe de la Cámara Alta del Parlamento checo, Miloš Vystrčil. Este, después de un siglo, ofreció de nuevo Praga como sede del Gobierno bielorruso en el exilio.
“Entre los años 1923 y 1945 tenía su sede en Praga el gobierno bielorruso en el exilio que se oponía a los bolcheviques. Hoy nos encontramos en una situación en la que Chequia y Praga, de nuevo, puede brindar oficinas y un espacio para el funcionamiento del gobierno bielorruso en el exilio”.
Vystrčil añadió que Chequia y otros países tienen que apoyar la lucha por la democracia que desempeña la oposición bielorrusa. Así, la República Checa vuelve en cierta manera a la época de la Primera República Checoslovaca cuando el presidente Tomáš Garrigue Masaryk también brindaba refugio a los luchadores por la democracia.
La postura de Chequia fue confirmada durante la reunión de Tijanóvskaya por el ministro de RR.EE. checo, Jan Lipavský, con el que inauguraron la Oficina de las Fuerzas Democráticas de Bielorrusia en Praga.
“Confío en que la Oficina de las Fuerzas Democráticas de Bielorrusia en Praga hará de puente entre la sociedad civil bielorrusa, checa y europea y que apoyará a las fuerzas democráticas bielorrusas, los medios independientes y los presos políticos”, escribió en su perfil de la red X el ministro Lipavský.
Svetlana Tijanóvskaya se reunió también con el presidente Petr Pavel y la jefa de la Cámara Baja del Parlamento checo, Markéta Pekarová Adamová, con la que rindió homenaje a Milada Horáková, víctima de los procesos políticos de la Checoslovaquia de los años 50. Por la tarde asistió al festival de cine sobre Derechos Humanos Jeden svět (Un Mundo) que estrenó la película Presidenta por accidente, sobre la vida de la propia Tijanóvskaya.