“Praga, con su calidez, su visión del arte y su tradición, va a ser una ciudad puntera en los próximos años”
Personalidades del arte en España como Begoña Torres, directora del Museo Lázaro Galdiano, la directora del suplemento cultural del ABC, Laura Revuelta, o el conservador de museos Salvador Nadales, entre otros galeristas y pintores, visitaron Praga para conocer la escena artística checa y establecer contacto con algunas de las más importantes instituciones del país en búsqueda de futuras colaboraciones. Para Radio Praga Internacional compartieron sus impresiones y el entusiasmo que les ha producido el viaje.
Libor Sečka, el embajador de la República Checa en España, persona muy activa también dentro del mundo artístico, decidió invitar a un selecto grupo de personalidades de la cultura en España en su afán de estrechar vínculos entre los dos países y reducir también ahí la distancia que los separa, que a menudo tiene que ver más con una falta de hábito que con una cuestión puramente geográfica.
Antes de pasar a cuestiones puramente artísticas, la galerista y curadora Raquel Ponce, contó que se vio abrumada por la belleza arquitectónica de Praga que, dice, superó unas expectativas que eran ya de por sí altas.
“Ha sido mi primera visita a Praga. De la ciudad tenía una información a lo largo de los años, por amigos dentro del mundo del arte contemporáneo y del arte en general, de la cultura, de que era una ciudad muy bonita. Pero me llevo una visión totalmente diferente, mucho más apasionante que lo que es el concepto ‘bonito’. Cualquier recorrido por la ciudad supera lo que es la excelencia, la exquisitez. Es una ciudad de arquitectura. En cualquier momento, mires donde mires, la arquitectura predomina en distintos estilos. Es impresionante también el eje del río, cómo desarrolla la ciudad y cómo nos centra también en los distintos ambientes. Praga y la República Checa siguen siendo muy desconocidas. Ciudades como París en Europa están muy de moda, incluso Madrid, que es como la nueva Miami europea por muchos motivos. Pero creo que la ciudad de Praga, con el diseño, la calidez, su visión del arte contemporáneo y la tradición, va a ser una ciudad puntera en los próximos años”.
Galeristas, críticos, curadores y pintores conformaron un grupo que durante varios días estuvo adentrándose en el arte checo, hablando con otros creadores o galeristas, conociendo museos o talleres y reflexionando y discutiendo sobre lo que es el arte checo.
Antes de volver a España, Raquel Ponce intentó resumir las impresiones aún frescas que se llevaba.
“Esa atmósfera checa yo creo que tiene muchísimas influencias, siguen unas vanguardias históricas muy presentes, el ambiente a nivel histórico, todo el tema de la guerra, sigue estando patente en ese sentir de los artistas, en esa forma de vida. Pero están muy abiertos, o sea, se nota que son creativos, que están con ganas de seguir experimentando y formar parte no solo de un sistema local, sino también de un sistema internacional”.
El grupo pasó, por ejemplo, por los estudios del artista y escultor Krištof Kintera o del pintor, además de poeta y músico, Vladimír Kokolia, pero también por varios museos que dejaron una gran impresión en el pintor jienense Santiago Ydáñez.
“En concreto, yo destacaría tres museos que son espectaculares: el Rudolfinum, que es el que más me ha impresionado, que comparte espacio con la Orquesta Filarmónica Checa y tiene una exposición de un gran escultor inglés, Antony Gormley, y Pavla Melková. Creo que es un espacio público, es un grandísimo museo. Y, luego, otros dos de capital privado: que son el Centro de Arte Contemporáneo Dox, que me ha gustado mucho, y el Kunsthalle, en el que también hay una exposición de fotografía de Lucia Moholy. Me ha parecido todo muy, muy profesional. Los espacios son realmente asombrosos, supercontemporáneos”.
Artistas polifacéticos, vanguardistas, integrales
“Me ha gustado mucho que hay mucho artista integral, que son performers para quienes la música es muy importante. Están relacionados también con la escritura, con la ‘intelligentsia’… Es, yo creo, hacia dónde debe ir el arte y los artistas en el futuro”.
Begoña Torres
Begoña Torres, directora del Museo Lázaro Galdiano, decía que le había sorprendido la cantidad de artistas o galeristas checos que le confesaron su fascinación precisamente por el museo que dirige en Madrid. De los artistas a los que conoció destacó lo polifacético de grandes personalidades como František Skála o Petr Nikl.
“A mí me sorprendido mucho de los artistas que hemos visto –y hemos visto a muchos artistas diferentes, desde unos más jóvenes hasta otros más mayores–, que todos tienen algo que es checo desde mi punto de vista. Hay algunos que tienen incluso conexiones con algún artista español, pero todos tienen una personalidad que flota que es checa. Y otra cosa que me ha gustado mucho, es que hay mucho artista integral, o sea, que son performers realmente para quienes la música es muy importante. Casi la mitad de los artistas que hemos conocido, tienen que ver con la música, con lo performático, con la escritura, con la ‘intelligentsia’, con muchas cosas… Y eso me parece una cosa interesantísima y que es, yo creo, hacia dónde debe ir el arte y los artistas en el futuro”.
“Muchos artistas checos te remiten a las vanguardias de principios de siglo XX. Están metidos en esa nebulosa, siguen viviendo en ese espacio”.
Laura Revuelta
Laura Revuelta, jefa de ABC Cultural, el suplemento de cultura del periódico ABC, también destacó la galería de arte contemporáneo Dox y la personalidad vanguardista de los autores que han conocido.
“Me ha gustado mucho el Dox por aquello que tiene también como edificio arquitectónico más contemporáneo y como concepto. Y de los artistas, como decía Begoña, me parece muy interesante ese punto performativo que tienen algunos de ellos, que también es muy dadá, es decir, que también te remiten muchos de ellos a esas vanguardias de principios de siglo XX. Están como un poco también metidos en esa nebulosa y siguen viviendo en ese espacio”.
Elementos extremadamente contemporáneos con algo de nostalgia
Como pintor, Íñigo Navarro se fijó en un colega suyo, una figura sobre la que reflexionó acerca del arte contemporáneo checo en general.
“A mí de los artistas que hemos visto, aunque me han gustado todos mucho, destacaría a Daniel Pitín. Sobre todo, porque hay un tema de debate entre nosotros que es la idea de si el arte tiene una escuela. Nosotros al fin y al cabo venimos de España y se habla mucho de la escuela española de pintura en concreto, si esto es algo que realmente existe o si es simplemente una ficción que nosotros creamos para comunicarnos. Y el hecho es que cuando tú hablas con los artistas checos, estos tienen una preocupación que gira normalmente alrededor de la memoria y las nuevas maneras de hacer sin un pasado que en algunas ocasiones ha sido borrado. Esto es interesante porque te hace dudar de si realmente existe una escuela o son las circunstancias las que te obligan a hacer de una manera en concreto. Y Daniel Pitín tiene una cosa que a mí me interesa mucho que es una mezcla de elementos extremadamente contemporáneos con una mirada hacia el pasado con algo de nostalgia, o citando a un maestro al que tampoco voy a poner en evidencia ahora: ‘con algo de melancolía, que es la antesala de la locura’”.
“Estos artistas tienen una preocupación que gira normalmente alrededor de la memoria y unas nuevas maneras de hacer sin un pasado que en algunas ocasiones ha sido borrado”.
Íñigo Navarro
Por su parte, Salvador Nadales, conservador de museos y actualmente asesor de cultura en el Ayuntamiento de Málaga, no estuvo muy de acuerdo con sus compañeros de viaje a la hora de reconocer tantos rasgos específicos checos en lo que han conocido a lo largo del viaje y señaló más bien características más transversales, o internacionales, de la misma manera que niega la existencia en la actualidad de una escuela española, portuguesa o británica, dijo.
De las instituciones culturales que conoció, sacó en claro que este viaje es posiblemente solo el primero de una relación que alimentar desde ahora.
“De todas ellas lo que destaco es como una voluntad de trabajo en red, de trabajo de colaboración, aunque después eso se tiene que, lógicamente, madurar y valorar en muchos sentidos. Pero sí hemos compartido en conversaciones con los responsables de las tres instituciones esa voluntad o esa apertura, digamos, a posibles intercambios o simplemente un intercambio de líneas discursivas, de modos de trabajo, etc., que me ha parecido muy interesante y que me hace ver o apreciar que en Chequia están en red con el resto de países”.
En esto coincide también la galerista Raquel Ponce, que reconocía que todas las sensaciones reunidas durante los cuatro días de viaje, eran demasiadas para ser digeridas fácilmente y que ahora llegaba el periodo de auténtica reflexión.
“Por nuestra parte, ahora lo que queda es regresar a España, hacer un análisis, porque hemos entrado en un tipo de cultura que no es muy de nuestro día a día. Nosotros estamos más vinculados quizá con lo latinoamericano. Entonces esto hay que asimilarlo, hay que mantener esa relación y estoy segura que generaremos proyectos conjuntos”, dice.
