Objetivo: evitar que los aludes de tierra sigan segando vidas en Perú

Un equipo de científicos checos viajará a Perú el próximo junio para continuar su trabajo en torno a los peligrosos movimientos de tierras en las zonas de Machu Picchu y Cordillera Blanca. Hoy en La Aventura del Progreso hemos conversado con el responsable del proyecto, Vít Vilímek.

Hace cinco años, el grupo de científicos liderado por Vít Vilímek, de la Universidad Carolina de Praga, descubrieron que, contrariamente a lo que se creía, el Machu Picchu no estaba amenazado por un movimiento de la montaña. Los que sí corrían peligro eran los habitantes y las infraestructuras de los alrededores, debido a los frecuentes desprendimientos de tierra.

Esta es sin duda la intervención más conocida de los checos en cuanto a la prevención de desastres naturales en Perú. Ahora, Vilímek se prepara para volver al país andino y continuar tanto con este proyecto en el área de Machu Picchu como con su otra labor emblemática: las mediciones en la Cordillera Blanca.

En las cercanías de Machu Picchu la deforestación causada por los incendios está provocando que toda el área sea inestable y que se produzcan aludes de piedras y barro en cuanto hay lluvias torrenciales. El equipo de Vilímek continuará con sus mediciones y tratará de establecer un sistema de seguridad.

Vít Vilímek
“Una de las posibilidades es delimitar las zonas más peligrosas. Por otro lado, se puede ofrecer algún tipo de solución técnica, como un sistema de aviso que permita advertir a la población de una catástrofe inminente. También es posible instalar un sistema que evite que el barro llegue a las zonas habitadas”.

La otra zona amenazada es la Cordillera Blanca, un paraje montañoso rico en lagos y glaciares que está sufriendo intensamente el calentamiento global, de hecho en los últimos quince años la superficie de glaciares se ha reducido un 15 por ciento. A los desequilibrios que esto provoca se suma la rica actividad tectónica de la zona. Por ejemplo, en 1971 el llamado terremoto de Ancash destruyó casi todos los pueblos al pie de la Cordillera.

Según Vilímek, el área se encuentra muy dañada desde el huracán El Niño, de 1998, y el problema más importante es la estabilidad de los lagos, que amenazan con desbordarse y provocar inundaciones y derrumbamientos. Según nos cuenta Vilímek, la subida de nivel de los lagos está provocada por dos factores.

“El nivel del agua permanece fijo gracias a una salida que va desaguando el lago. Pero debido al aumento de caudal de los ríos, porque hay menos vegetación y los glaciares se van fundiendo, se puede llegar a un desbordamiento rápido y catastrófico. Otro factor a tener en cuenta es que los lagos son prolongaciones naturales de los glaciares, y que cuando el glaciar se funde, su masa se desplaza y entra poco a poco en el agua, con lo que se reduce la capacidad del lago”.

Los investigadores checos realizarán nuevas mediciones y tratarán de determinar cuáles son las zonas más amenazadas.

De momento, Vilímek se encuentra formando el nuevo equipo que se desplazará a Perú, y que incluirá jóvenes investigadores de especialidades distintas. Los dos proyectos exigen la realización de una labor multidisciplinar, y es precisamente por eso por lo que se contó con el doctor Vilímek.

“Mi profesión es la geografía física, concretamente la geomorfología, que se encuentra a medio camino entre la geografía y la geología. Así que lo veo desde el punto de vista de la geografía física, que une disciplinas como la hidrología o la climatología. Así que para solucionar todos estos problemas relacionados con el calentamiento global, esta visión más amplia supone una ventaja”.

En opinión de Vilímek, el Perú es muy particular en cuanto a desastres naturales, lo que lo hace especialmente atractivo desde el punto de vista profesional. Se considera que Perú es el tercer país del mundo más afectado por el cambio climático.