“Nunca es tarde para cambiar de vida”

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Muchos hispanohablantes emigran a la República Checa en busca de mejores perspectivas económicas. El chileno Cristian Burrows hizo lo contrario: en su país era un ejecutivo bancario exitoso, pero decidió dejarlo todo y cambiar su vida para cumplir su sueño de estudiar cine en Praga. Y aunque con un menor nivel adquisitivo, dice que es feliz con su nueva vida.

Cristian Burrows
John Lennon decía poco antes de morir: “La vida comienza a los 40”. Esa frase, que puede sonar a cliché, es cierta en el caso de Cristian Burrows, un ejecutivo bancario chileno que cuando estaba a punto de cumplir los 40 años, le dio un vuelco total a su vida y se vino a vivir a Praga.

Ya lleva cerca de tres años en la República Checa. Y no se arrepiente para nada de su decisión.

“Básicamente estaba yo en Chile dedicado a otra actividad totalmente distinta a la que me vine acá a Praga, trabajaba en un banco. Siempre había tenido interés por la parte artística visual, y había realizado en Chile algunos diplomados en fotografía y relacionados al arte. Y me picó el bicho del cine. Siempre me ha gustado, así que empecé a ver la posibilidad de estudiar fotografía de cine. Empecé a buscar escuelas en distintas partes, aquí en Praga está FAMU, que tiene bastante renombre. Postulé a FAMU, había otras alternativas, pero lo que me ayudó a decidirme por Praga es que mi novia es mitad checa y mitad catalana y tengo un par de amigos también en Praga, así que se me hacía más fácil estar en Praga que las otras alternativas”.

En Chile Cristian Burrows estudió ingeniería comercial, que es el equivalente a administración de empresas en otros países.

Cristian Burrows con cámara
“Mi vida profesional siempre la desarrollé en el sector financiero, en el ámbito bancario. Trabajé en bancos no sé, 15, 16 años, y tenía un buen pasar, no me quejo, pero con las exigencias que supone el medio financiero. Sin mucho tiempo para vivir, para hacer lo que uno quiere hacer, tiempo de ocio, no sé, es un trabajo que requiere estar ahí presente y un nivel de estrés en algunas situaciones bastante importante. Fue básicamente eso que en un minuto ya dije que era suficiente, que la experiencia estaba buena pero necesitaba darme un tiempo para ver otras alternativas, ver otras cosas que también me interesaban”.

Pero no fue todo color de rosa. Al comienzo le costó bastante acostumbrarse a su nueva vida en Praga.

“En un principio no fue fácil salir de mi vida anterior, con un horario, con un nivel de vida distinto, pero más que un nivel de vida, un sistema más estructurado, acostumbrado a la función de ejecutivo bancario. Y bueno, romper un poco eso al comienzo me costó, pero finalmente creo que fue un muy buen paso el salir de eso y abrirme un poco a la experiencia en Praga”.

Le preguntamos si se refiere a la experiencia bohemia de Praga, que seduce a muchos.

“No, no sé si tan bohemia, pero por lo menos para tratar de investigar o buscar en la parte artística, si es que uno la tiene, tratar de descubrirla. Estamos en eso todavía. Estudié dirección de fotografía, es un curso que se hace en un año, yo lo hice en un año y medio, porque estuve trabajando en algunos proyectos entremedio de los estudios, y sí, lo terminé, hice mi cortometraje, y ahora trabajando en algunos cortometrajes, documentales y básicamente en comerciales para sitios web, un poco lo que vaya saliendo”.

Cristian Burrows asegura que no echa de menos su vida anterior, que es feliz en Praga, con menos dinero pero más tiempo libre.

“Estoy feliz con el paso que di, lo único que se echa de menos un poco es la luz solar, el invierno en Praga se hace un poco largo, pero de vida, no, estoy contento aquí, me da tiempo para hacer lo que me gusta y además trabajar en algo que me da de comer, así que tranquilo por ese lado. O sea, en términos económicos, obviamente que en Chile tenía un mejor pasar económico, pero acá tengo más tiempo para hacer lo que realmente quiero hacer, así que mejor calidad de vida acá, absolutamente”.

Cristian Burrows cree que nunca es tarde para cambiar de vida y anima a quienes planean o desean hacer algo similar a lo que él hizo, a atreverse.

“Mira, yo creo que es recomendable para cualquiera dar cualquier tipo de salto y atreverse a cometer errores. En mi caso era más fácil porque no tengo hijos. En el caso de la gente que ha tenido ya una carrera, terminar con esa carrera y cambiar completamente de campo, claro, si tú tienes una familia que mantener es un poco más arriesgado, pero en mi caso eso me facilitaba el tema. Pero de todas maneras, si uno lo puede hacer, hay que vencer el temor y tirarse a la piscina”.

Ahora Cristian Burrows viene llegando de unas vacaciones en Chile, después de casi dos años sin ir. Y asegura que, a pesar de que allá están en verano, no le costó tomar el avión de vuelta a Praga.

“Dan ganas, no sé si de quedarme, pero empezar a hacer proyectos en los cuales se puedan involucrar partes chilenas y partes checas. Eso es una cosa que me gustaría en un futuro cercano tratar de hacer. Crear el vínculo entre Chile y Praga en temas audiovisuales puede ser interesante, en Chile se está haciendo bastante y aquí en Praga hay un largo historial de tema audiovisual y cine que creo puede ser interesante”.

Aunque no hace planes a largo plazo, Cristian Burrows dice que por lo menos seguirá en Praga otro par de años y después irá viendo. Casi con la calma de un budista zen, asegura que nunca es tarde para empezar de nuevo.