Fiala: “Hay que endurecer la política migratoria de la UE”
La República Checa finalmente se abstuvo en la votación del Pacto de Migración y Asilo que fue aprobado por una gran mayoría de los miembros de la UE. El primer ministro checo, Petr Fiala, explicó por qué dejaron de apoyar el proyecto en el último momento.
Una amplia mayoría de los Veintisiete votó a favor este miércoles de la reforma del Pacto de Migración y Asilo de la que se lleva hablando diez años. En diciembre, los negociadores del Parlamento Europeo, la Presidencia española de entonces y la Comisión Europea acordaron el texto final, que en un principio solo encontró el rechazo de Polonia y Hungría, que intentaron desde entonces buscar sin éxito más aliados que bloquearan su aprobación. En la votación, además de húngaros y polacos, Eslovaquia rechazó solo algunos puntos y el Gobierno checo, cuyo apoyo inicial al pacto había revolucionado a la oposición, finalmente se abstuvo frente al resto de los otros 22 países que votaron a favor.
El primer ministro, Petr Fiala, explicó en la Radio Checa este jueves el porqué de la abstención.
“Nuestro gobierno está convencido de que es necesario encontrar una solución europea y hemos trabajado mucho en ello. La primera versión del pacto migratorio nos pareció un paso en la dirección adecuada y estábamos dispuestos a apoyarlo. Luego hubo ajustes y una suavización del pacto que ya no podemos apoyar, y por eso la República Checa se abstuvo”.
La reforma introduce diez puntos que incluyen un control más efectivo de inmigrantes o una devolución más rápida de los solicitantes que sean rechazados. También un mecanismo de solidaridad con otros estados miembros que tenga una situación de exceso de migración, ya sea aceptando en el país a refugiados trasladados desde ese lugar o con una aportación económica. Con esta solución se deja atrás la polémica por las cuotas obligatorias, que no aparecen en el texto. De hecho, también se encuentra una excepción a esa solidaridad para los países que ya estén haciendo un esfuerzo considerable acogiendo inmigrantes, como es el caso de la República Checa con los refugiados ucranianos.
No obstante, el primer ministro cree que los cambios de última hora han aumentado la burocracia y han hecho menos efectivo el pacto. Fiala mencionó lo que echa de menos aún en el acuerdo.
“Endurecer la política migratoria en el sentido de que el procedimiento de asilo sea más sencillo y rápido y que se realice, si es posible, incluso antes de que estas personas entren en territorio de la Unión Europea. Así como mejorar la política de devolución. En esto también estamos trabajando con otros países. Por ejemplo, tendré una reunión con la primera ministra italiana la próxima semana ya que este es uno de los temas en los que Italia desempeña un importante papel”.
Asegura Fiala que hay un grupo de países entre los que se encuentran, por ejemplo, Dinamarca, Países Bajos o Austria, que junto a Chequia siguen trabajando en reformas que resuelvan los casos de asilo en terceros países y que, por ejemplo, presenten nuevas medidas contra los traficantes de personas, lo que también abordó el primer ministro en la Radio Checa.
“La migración ilegal es, por supuesto, un problema de seguridad para Europa, un problema social, pero en muchos sentidos también un problema, diría yo, de humanidad, porque aquí se está comerciando con la infelicidad de la gente, con sus miedos. Hay que detener la migración ilegal y detenerla de forma efectiva”.
Según Fiala, la muy debatida colaboración con Turquía funciona mejor que antes últimamente y la prioridad ahora de los Veintisiete debería ser conseguir acuerdos con los países del norte de África para que detengan la migración ilegal a Europa.
Organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional, entre otras, sin embargo, alertan de que el nuevo Pacto sobre Migración y Asilo es un considerable retroceso y expondrá a inmigrantes y refugiados a un riesgo aún mayor de sufrir violaciones de los derechos humanos.