La poesía venezolana existe, ahora también en checo
Los lectores checos pueden leer por primera vez en la historia la poesía venezolana, concretamente la poesía escrita por mujeres durante los últimos cien años.
Muy poco se sabe en la República Checa sobre literatura venezolana. Y todavía menos de poesía. Es cierto que en 2017 y 2020 se publicaron las novelas The Night, de Rodrigo Blanco Calderón, y La hija de la española, de Karina Sainz Borgo, traducidas al checo por Vít Kazmar y Lada Hazaiová respectivamente, pero más bien se trató de excepciones que no marcaron ninguna tendencia.
“Describió la poesía venezolana como una flor que crece en el abismo”.
De acuerdo con la investigación de Kazmar, además, se confirmó que de la poesía venezolana no se había traducido nada hasta el momento. Por eso, surgió en otoño un número especial de la revista literaria Plav dedicado a la poesía femenina venezolana. De la motivación escondida detrás de esta publicación conversó con Radio Praga Internacional el redactor de la revista Jakub Vaněk.
“Éste era el primer impulso, que no hubiera muchas traducciones checas de la literatura venezolana y ningún libro de poemas. Luego, había distintas opciones de cómo concebir el número: dedicarnos a la literatura venezolana en general y hacer una especie de introducción, o dedicarnos a la protesta en la poesía considerando que el poeta Rafael Cadenas recibió este año el Premio Cervantes. Al final decidimos dedicarnos a la poesía moderna escrita por mujeres”.
La concepción del número corrió a cargo de Graciela Yáñez Vicentini, poetisa y editora radicada en Caracas. En el resultado, cuya preparación llevó más de medio año, se puede observar el interés científico y creativo de Yáñez Vicentini, igual que un ensayo suyo escrito para Plav y su entrevista con Antonio López Ortega, poeta y editor venezolano que reside en España.
“De pie en la oscuridad”
Entre las 10 poetisas que abarcan cien años de la poesía venezolana escrita por mujeres se puede encontrar también a Antonia Palacios, cuyas palabras dieron el título al número de la revista: “De pie en la oscuridad”.
“Es un eco de una frase incluida en unas prosas fragmentarias de Antonia Palacios: ‘ser la que queda de pie en la oscuridad’. Creo que para el lector checo es interesante que esta frase proyecta lo que describe también Rodrigo Blanco Calderón: los cortes programados de luz que experimentan los habitantes de Caracas. La vida en la ciudad ocurre a oscuras, lo cual conlleva consecuencias terribles. A Graciela esto le pareció muy apropiado y describió la poesía venezolana como una flor que crece en el abismo”.
“Es una poesía independiente y comparable con lo que denominamos como el canon occidental”.
Revela el redactor Vaněk que el lema del presente número de la revista también le recuerda las “típicas tareas de mujeres” que ejercen en la casa, por lo general, antes de irse a trabajar o después de la jornada laboral, cuando es de noche.
Al mismo tiempo dice que como redactor intenta seguir la línea de la poesía femenina en general y dar espacio a los grupos de autores que durante mucho tiempo permanecían al margen.
“El objetivo del número es presentar la literatura venezolana y mostrar que la poesía es muy interesante y comparable con lo que conocemos de la literatura cubana, chilena, argentina, brasileña, pero también de las literaturas de habla francesa. Es una poesía independiente y comparable con lo que denominamos como el canon occidental. Pero también queremos atraer la atención de los traductores porque la mayoría de los traductores de este número no tenía experiencia con la literatura o poesía venezolana”.
Sin duda, no se puede olvidar la divulgación del tema entre el público checo en general y también el panorama de las casas editoriales en Chequia. Como dice Vaněk, durante la fase preparativa de la revista le llegaban muchos consejos de lo que merecía la pena publicar en checo. De todos menciona, por ejemplo, la obra de Eugenio Montejo.
Plav, no es fácil ganarse la vida
Plav es una revista mensual que sale 10 veces al año. Sus números siempre tienen un enfoque concreto, de género, temático, de una región, de un idioma, intentando prestar atención a temas que no están muy presentes en el panorama literario corriente. Este año, la existencia de la revista se vio amenazada, por lo que lanzó una campaña, intentando asegurar su existencia con la ayuda de una colecta pública. Según revela Vaněk, gracias a los lectores, la revista seguramente continuará también el próximo año.
“La campaña era muy exitosa y para nosotros era un impulso muy importante porque se demostró que había muchas personas interesadas en que la revista continuara. El problema está vinculado a la inflación, la política cultural checa y no es fácil, tanto para nosotros, como para otras plataformas dedicadas a la cultura o la literatura, ganarse la vida. Nos alegramos mucho de que se hayan encontrado tantas personas que nos apoyan”.
Este mes de diciembre, todavía se publicará el número dedicado a la literatura de Quebec. Y en 2024, los lectores podrán conocer con Plav más sobre la poesía moderna árabe, las literaturas nórdicas, la literatura indonesia o la literatura feminista polaca.
El número venezolano de Plav incluye los siguientes textos:
- A orillas de lo que piensa y se expande, de Graciela Yáñez Vicentini (traducción Anna Štádlerová)
- “La onda expansiva de la poesía venezolana continuará” / entrevista a Antonio López Ortega realizada por Graciela Yáñez Vicentini (traducción Dita Aguilera)
- Una tan sola (escribiendo la desolación) / Enriqueta Arvelo Larriva, Antonia Palacios (traducción Jana Pokojová y Dita Aguilera)
- De la línea recta al caracol, la pregunta sobre el origen / Elizabeth Schön, Ida Gramcko (traducción Vendula Něchajenko y Anna Štádlerová)
- La abstracción sobre el espacio (un primer libro experimental) / María Fernanda Palacios, Hanni Ossott (traducción Kararína Ganobčíková y Barbora Simpson)
- Precisión en el pensamiento / María Clara Salas, Christiane Dimitriades (traducción Jana Pokojová y Dita Aguilera)
- El poema que se dice a sí mismo / Yolanda Pantin y Gabriela Kizer (traducción Katarína Ganobčíková y Vendula Něchajenko)