Científicos checos inauguran una nueva revolución luminosa sostenible
Investigadores de Brno explicaron el secreto de la iluminación de los organismos submarinos. El descubrimiento podría terminar con el uso de bombillas y asegurar una futura iluminación sostenible para la humanidad.
El reciente descubrimiento de los científicos de la Universidad Masaryk de Brno se compara en la comunidad científica incluso con el invento revolucionario de Thomas Alva Edison. La bombilla, sin embargo, acompaña el día a día de la humanidad desde hace unos 140 años y deja de corresponderse con los desafíos actuales vinculados a la crisis energética.
En la búsqueda de formas de iluminación sostenibles que no dañen el medio ambiente, los científicos de distintos laboratorios de la Universidad Masaryk en colaboración con unos colegas franceses, comenzaron a estudiar los organismos que viven en el fondo del mar y producen luz. Concretamente se centraron en la especie Renilla reniformis, llamada también pensamiento del mar. Hoy en día, ya son capaces de explicar, cómo funciona la enzima utilizada en bioluminiscencia, la luciferasa.
La capacidad de los organismos submarinos de producir luz se lleva estudiando desde hace unas cuatro décadas. El equipo encabezado por Martin Marek y Martin Toul tardó solo cinco años en explicar los procesos. Por muy complicados que sean, Martin Marek los describió de forma sencilla para la Radio Checa, comparándolos con la combustión de madera.
“La combustión de madera genera tanto energía térmica como luz. Se podría comparar con las luciferasas, que son pequeñas nanomáquinas, proteínas que enlazan pequeñas moléculas orgánicas que llamamos luciferinas. Las enlazan hacia su interior donde las transforman por medio de procesos químicos. La molécula no puede deshacerse de la energía sobrante de otra forma que emitir luz visible”.
De acuerdo con Marek, las luciferasas se utilizan en los laboratorios desde hace décadas. Su descubrimiento, sin embargo, permite construir un organismo vivo que se comporte tal y como los científicos necesiten. La aplicación de estos conocimientos en la vida cotidiana significaría disponer de una iluminación más sostenible que, además, no desprendiera calor.
El científico de la Universidad Técnica de Brno, Petr Neugebauer, ofreció en entrevista para la Radio Checa la comparación con los diodos LED que tampoco desprenden calor y, por eso, su conversión de energía en luz es mucho más eficaz.
“A la bombilla normal que produce luz pero al mismo tiempo genera también mucho calor que es, por lo general, indeseado, la reemplazaron los diodos LED que son mucho más eficaces en lo que se refiere a la energía preliminar. En este caso de las luciferasas se trata de lo mismo, la eficacia, la producción de luz se multiplica”.
El desafío al que se enfrentan los científicos checos en este momento es trasladar su descubrimiento a la vida cotidiana. Primero tienen que averiguar, cuánto tiempo puede dar luz la enzima luciferasa. Hasta el momento se comprobó un período máximo de 48 horas, lo cual es demasiado poco para su uso práctico. El equipo de Marek y Toul, no obstante, mantiene el optimismo y presenta unas visiones bastante valientes para el futuro. Marek se imagina, por ejemplo, que el principio de las luciferasas podría reemplazar las farolas de las calles o la iluminación interior de los hogares.
“Gracias a los métodos de la biología sintética sería posible crear hoy en día unos árboles que iluminen nuestras calles. Los carteles publicitarios en las ciudades se pueden llenar de algas que emitan distintos colores de luz. Cada uno tiene plantas en su casa y la gente también tiene una lamparita junto a la cama. En el futuro podríamos tener ahí una planta que reemplace la lamparita”.
La investigación de los científicos checos fue publicada en la prestigiosa revista Nature Catalysis y trasladó a un nivel superior la investigación mundial de los organismos bioluminiscentes.