408 millones de euros, el balance de los activos rusos intervenidos en Chequia
Liderada por la Oficina de Análisis Financiero (FAÚ), Chequia ha congelado ya más de 400 millones de euros en activos rusos tras el estallido de la guerra en Ucrania.
Se cumplen casi ya cinco meses desde el inicio de la invasión rusa sobre Ucrania, un episodio que ha reconfigurado por completo el panorama internacional y ha aislado a Rusia del bloque occidental en todos los frentes.
En cuanto a lo económico, el país continúa sujeto a toda una batería de sanciones entre las que se encuentra la intervención de diversos activos en el extranjero, un proceso que en Chequia se ha traducido en más de 400 millones de euros.
“El sistema está configurado de tal manera que, por ejemplo, cada banco revisa la cartera de sus clientes cada 24 horas para ver si están en la lista de sancionados. La oficina catastral lo hace igual, el depósito de valores también lo hace”, afirmó Jiří Hylmar, quién dirige la Oficina de Análisis Financiero (FAÚ), el organismo encargado de supervisar y ejecutar la congelación de activos rusos en Chequia.
Así, los trabajos en la FAÚ no cesan, con Rusia como prioridad absoluta y la mitad de los treinta trabajadores de la organización dedicados a gestionar la congelación de activos rusos sujetos a sanciones internacionales. Así, según Hylmar, los registros de la propiedad se encargan de realizar un seguimiento regular y, de ser necesario, de notificar a la propia FAÚ para que esta pueda proceder.
Es el propio Hylmar quién cifra la suma de los activos rusos congelados en Chequia hasta el momento en unos 408 millones de euros, los cuales son de naturaleza muy diversa.
"Hay bienes raíces en él, hay acciones en empresas comerciales, fondos en cuentas bancarias", dijo el director de la FAÚ.
Con todo, el proceso de detección y congelación de estos activos no resulta ni mucho menos sencillo. La Oficina ha de lidiar en ocasiones con auténticos entramados que buscan ocultar la propiedad real de diferentes bienes y torpedear la labor de la misma.
“El problema es rastrear la propiedad oculta a través de múltiples generaciones. A través de empresas fuera de la República Checa. Se trata de empresas checas que son propiedad de entidades offshore, y éstas a su vez de otra offshore. Y obtener información sobre el propietario real cuando se tiene que recurrir a varias unidades de inteligencia de socios extranjeros en busca de ayuda es a menudo un problema insuperable”.
Mientras las propiedades rusas siguen bajo lupa, la situación parece lejos de mejorar. La UE ya ha aprobado hasta seis paquetes de sanciones contra el país y, en los últimos días, ha discutido acerca de la imposición de nuevas medidas como la prohibición de la importación de oro y algunos otros productos.