Expertos buscan redefinir la violación para mejorar la protección de las víctimas
Una campaña trabaja desde hace más de un año en la redefinición de la violación en la ley con el objetivo de mejorar la protección de las víctimas de la violencia sexual en la República Checa. El martes tuvo lugar un debate importante en la Cámara Baja.
La Cámara Baja del Parlamento debatió el martes un posible cambio en la definición de la violación en el sistema legal checo. La discusión fue resultado de varios meses de esfuerzo por parte de la iniciativa llamada Chce to souhlas (‘Se necesita consentimiento’), promovida por las organizaciones no gubernamentales Amnistía Internacional, Konsent, Ženy v právu y Lobby Femenino Checo. Muchos expertos han estado pidiendo que la ley sea revisada, argumentando que la definición actual no protege de manera eficiente a las mujeres contra la violencia sexual.
De acuerdo con la legislación vigente, el sexo sin consentimiento se considera un delito únicamente si se prueba que ocurrió bajo la amenaza de violencia o el uso de la misma. De acuerdo con expertos, tal definición ha disuadido a muchas víctimas de buscar justicia en el pasado.
Entre los que solicitan un cambio en la definición legal está también Veronika Ježková, de la organización sin ánimo de lucro proFem, quien dice que tal y como está concebido hoy, el sistema legal no protege suficientemente a las víctimas de violación.
“En primer lugar, el Código Penal checo no responde a los casos en que la víctima se bloquea, está en estado de sideración y no puede expresar adecuadamente su voluntad o defenderse del perpetrador. Del mismo modo, no toma en consideración las prácticas sexuales sin el consentimiento de la víctima en ausencia de violencia, amenaza de violencia o amenaza de otro daño grave”.
De acuerdo con Ježková, el sistema legal checo debería seguir la recomendación del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que instó a los estados miembros de la Unión Europea en 2003 a que implementaran reformas legales vinculadas a la definición de la violación que penalizaran los actos sexuales no consentidos, sin importar si la víctima se haya resistido físicamente o no. Varios estados europeos, incluidos Alemania, Dinamarca, Suecia, Irlanda y Reino Unido, ya han implementado dichos cambios.
En Chequia, los recientes escándalos sexuales que involucran a uno de los psiquiatras más renombrados del país, Jan Cimický, o al exdiputado del partido TOP 09 Dominik Feri, parecen estar abriendo finalmente el debate al que expertos en la materia llaman desde hace tiempo.
Veronika Ježková considera que el Gobierno actual está a favor del cambio, pero también enfatiza que este no se llevará a cabo de la noche a la mañana, ya que requiere una discusión exhaustiva en el marco de la comunidad profesional.
“Debe tener lugar un debate con representantes del poder judicial, las facultades de Derecho y otros expertos para garantizar que la redefinición no se implemente de manera apresurada y en detrimento de las víctimas. El paso es enorme, el cambio es enorme y no creo que sea conveniente precipitarse”.
Ježková afirma asimismo que la redefinición legal de la violación debe ir acompañada de otros cambios, incluida la educación y la capacitación de futuros jueces, para que sepan emplear las herramientas legales de manera eficiente.
Además, se necesita transformar la actitud de la sociedad checa. Esta se ha caracterizado por una postura bastante reservada hacia el movimiento #MeToo, por ejemplo. Una gran parte de la población sigue convencida de que la víctima tiene parte de la culpa de la violación, ya sea por estar fuera sola de noche, por llevar ropa “provocadora”, por su conducta frente al perpetrador, etc. Persiste asimismo la idea de que las violaciones suceden en las calles y los violadores son extraños. En realidad, el 50% de las violaciones es perpetrado por la pareja de la víctima y el 40% por una persona que conoce de su entorno, según reporta la organización Konsent, enfocada en concienciar al público sobre el consentimiento.
Adicionalmente, de acuerdo con Ježková, hace falta que la concienciación se aplique ya a los niños.
“Es importante que sensibilicemos a la población sobre el problema, no solo entre los estudiantes de derecho sino también entre los alumnos de las escuelas primarias, para que la confianza en temas sexuales se inculque en ellos desde muy pequeños”.
Según indican varios estudios, en la República Checa son cometidas cada año aproximadamente 12 000 violaciones. Konsent reporta que solo unos 600 casos del total son denunciados a la Policía, es decir un 5%. En la práctica esto significa que por cada 34 personas violadas, que son mujeres en un 90% de los casos, solo dos de estos casos llegan a manos de las autoridades.
En el contexto de la protección de las víctimas cabe recordar asimismo que la República Checa es signataria del Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, conocido como el Convenio de Estambul. Praga firmó el documento en mayo de 2016, siendo así uno de los últimos estados miembros del Consejo de Europa en hacerlo. Pero casi seis años después sigue sin ratificarlo.
En noviembre de 2021, el Parlamento Europeo instó a Chequia a que lo hiciera sin demora. No obstante, si bien el Gobierno de Petr Fiala se comprometió en su programa a garantizar una mejor protección a las víctimas, también ha solicitado que el debate en torno a la ratificación del Convenio se posponga a enero de 2023, provocando fuertes reacciones.