La Universidad Técnica de Praga trabaja en un vaso comestible para reducir los residuos

Si tras tomar un café o una cerveza en la calle pudiéramos comernos el recipiente, quizás le estaríamos haciendo un favor al medioambiente. De esta premisa parte uno de los proyectos de la Universidad Técnica de Praga.

Dos estudiantes universitarios checos preocupados por el medioambiente estaban buscando formas de reducir los residuos que producimos a diario, especialmente en lo que se refiere al plástico.

Foto: Jedlý kelímek

A Zuzana Zvěřová y Miroslav Myrončuk se les ocurrió que fabricar vasos de un material comestible sería una gran idea para los establecimientos que sirven bebidas para llevar. Tras numerosas pruebas en casa con muy pocos materiales a su disposición, se pusieron en contacto con expertos de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad Técnica de Praga, quienes han propuesto una máquina para llevar a cabo el proceso de horneado.

Dentro de dicha facultad, está a cargo del proyecto Jaromír Štancl, quien comenta para la Radio Checa por qué se están dedicando al campo alimentario, aparentemente fuera de su especialidad.

Foto: Jedlý kelímek

“Puede parecer hasta cómico que nos encarguemos de hornear estos vasos comestibleS en la Facultad de Ingeniería Mecánica. Quizás cualquiera pensaría que algo relacionado con la alimentación lo harían en un departamento de química de los alimentos. Sin embargo, era necesario desarrollar un dispositivo concreto que sirviera para hornear”.

Los vasos propuestos por Zuzana Zvěřová y Miroslav Myrončuk se hacen a partir de agua, harina y huevo. No es la primera vez en el mundo que la idea se lleva a cabo, sin embargo, los recipientes suelen ser del tamaño de un café espresso, algo con lo que estos estudiantes quieren innovar. Les gustaría producir vasos de 250 mililitros que ofrezcan más oportunidades. Además, quieren ser pioneros en fabricar versiones sin gluten y con sabores como queso o beicon que puedan atraer más a los cerveceros, explica Zvěřová.

“En el mundo existen otros vasos comestibles. Por ejemplo, en Bulgaria, en India y en Nueva Zelanda. Pero nos diferenciamos de otros proyectos en que hemos hecho una versión sin gluten, y en que nuestro objetivo es plenamente ecológico. Buscamos cómo sustituir cualquier tipo de envoltorio y recipiente de plástico por alternativas más ecológicas”.

'Jedlý kelímek' | Foto: Jaromír Štancl,  ČVUT

El avance de este proyecto no habría sido posible sin el programa del Ayuntamiento de Praga “Pražský voucher”, gracias al que recibieron 19 000 euros para seguir desarrollando la idea y hacer más experimentos.

La última parte del trabajo la ha realizado en gran medida la Universidad Técnica de Praga, encargada del diseño de una máquina de hornear que cumpla las características que los estudiantes necesitan. Actualmente, ya han recibido por parte de la universidad una propuesta definitiva, señala Miroslav Myrončuk.

“Estamos en una fase en la que ya hemos recibido por parte de la Universidad Técnica de Praga los diseños y demás cosas necesarias, así que puede que para septiembre ya estemos produciendo”.

De acuerdo con Jaromír Štancl, de la Universidad Técnica, uno de los mayores retos es conseguir que el material tenga la textura y la consistencia adecuada. Tiene que ser suficientemente duro para resistir líquidos calientes, pero sin perder su facilidad para ser masticado e ingerido.

“Los clientes van a tomar el vaso en la mano, por lo tanto, es importante que la parte externa sea dura. Pero también es necesario que la parte interna sea resistente para aguantar el líquido. Y al mismo tiempo, debe ser lo suficientemente esponjoso para que el consumidor no se rompa los dientes”.

La prometedora idea de los vasos comestibles ha llamado la atención incluso de CzechInvest, que organiza el concurso Creative Business Cup para negocios emergentes. En la competición de este año, la iniciativa de Zuzana Zvěřová y Miroslav Myrončuk ha sido galardonada con el premio del público.

Autores: Enrique Molina , Petr Kološ
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