La tormenta de citoquinas y el COVID-19: un desafío para los científicos checos
La tormenta de citoquinas es una reacción inmune que causa la muerte de pacientes en estado grave infectados con coronavirus. Científicos checos estudian cómo evitarla.
Nuestro sistema inmunológico es esencial para protegernos frente a las enfermedades. Sin embargo, una respuesta excesiva también puede matarnos. Este es uno de los problemas a los que se enfrentan algunos pacientes graves con la enfermedad COVID-19.
Se trata de una reacción conocida como “tormenta de citoquinas”, en la que el cuerpo produce unas proteínas llamadas citoquinas que son necesarias para combatir la infección. Pero en estos casos se producen en una cantidad tan alta que acaban dañando al propio organismo.
Para evitar esta situación, científicos de la Facultad de Medicina y la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Carolina investigan el uso de algunas sustancias que podrían defender a los pacientes frente a esta reacción exagerada.
De acuerdo con los últimos experimentos, dos medicamentos bastante asequibles que se utilizan contra la osteoporosis han mostrado buenos resultados, según explica para la Radio Checa Karel Smetana, coordinador científico del Centro de Ecología de Tumores.
“Son medicamentos que se usan generalmente para tratar la osteoporosis en mujeres tras la llegada de la menopausia. Los efectos secundarios que tienen son mínimos, y están aprobados para la osteoporosis en Europa, en Norteamérica y en Sudamérica”.
La utilidad de estas sustancias reside en que son capaces de bloquear la citoquina interleucina-6, que juega un papel fundamental en la aparición de la tormenta de citoquinas.
Karel Smetana indica que durante estos episodios, la interleucina-6 y otras citoquinas empiezan a acumularse en cantidades demasiado grandes, hasta que el organismo del paciente no es capaz de regularlo y muere. Pero si se logra controlar la producción de esta y otras citoquinas, la temida tormenta no se producirá, o sus efectos serán más leves.
Los médicos pueden reconocer que el paciente sufre una tormenta de citoquinas a través de síntomas como fiebre alta y fatiga extrema. Del mismo modo, se realizan análisis sanguíneos para buscar ciertas proteínas indicadoras de inflamación.
La información científica durante la pandemia
A partir de los datos que llegaban de China e Italia, los científicos de la Universidad Carolina ya publicaron un artículo sobre este tema en abril, donde proponían algunas formas de proteger a los pacientes de la tormenta de citoquinas.
No obstante, la aparición masiva de artículos científicos durante la pandemia de coronavirus hacía difícil comprobar la veracidad de toda la información. Según Karel Smetana, al principio las revistas científicas desconfiaron del artículo y no querían publicarlo.
Pero tras su publicación, estudios de todo el mundo empezaron a centrar sus esfuerzos en la relación entre la interleucina-6 y los casos más graves de COVID-19.
Además de la mejora que podrían suponer estos tratamientos para los pacientes infectados por coronavirus, se sabe que la abundancia de interleucina-6 también puede fomentar la metástasis de tumores, por lo que el bloqueo de esta citoquina podría ayudar en más enfermedades.