Demonios mallorquines prendieron fuego a Brandýs nad Labem

Foto: www.epep.cz

Una velada literaria, una exposición de pintura, un espectáculo de demonios y fuego y un concierto de piano. Un abanico variopinto de la cultura catalanoparlante embriagó las Jornadas de la Cultura Andorrana y Balear que tuvieron lugar el pasado fin de semana en Praga y la vecina ciudad de Brandýs nad Labem.

Andorra y las Baleares, dos islas de la cultura catalana, una rodeada por los picos de los Pirineos y la otra por el Mediterráneo. ¿Cómo es escribir poesía aislados? Sobre esta pregunta reflexionaron los poetas Josep Dallerès, de Andorra, Jean Serra, de Ibiza, y Pere Joan Martorell, de Mallorca, en una mesa redonda que inició el pasado viernes en el Lectorado de Catalán en la Universidad Carolina de Praga las Jornadas de la Cultura Andorrana y Balear.

Al día siguiente el escenario del evento se trasladó al palacio de Brandýs nad Labem. No fue una casualidad. Uno de los últimos propietarios del palacio, Ludovico Salvador de Toscana, encontró en Mallorca su segundo hogar. En las salas góticas del palacio de Brandýs el artista mallorquín Tòfol Sastre inauguró una exposición de sus pinturas, inspiradas en la vida cotidiana del Mediterráneo y el libro del poeta mallorquín Lluís Maicas, "Las palabras queman".

"Cuando tienes hambre vas a comer y cuando te pones delante de una tela pintas. Entonces, es la necesidad lo que provoca todo. Absorbes, te alimentas y a partir de aquí vas sabiendo, es un juego de la vida. A un poeta no hace falta que le preguntes qué ha dicho porque se supone que lo ha escrito. Entonces, un pintor lo que dice en cierta manera lo cuelga. Lo importante es que provoque un diálogo con la gente y sensaciones".

Palacio de Brandýs nad Labem
Tòfol Sastre pintó asimismo los vestidos de los demonios y diablos que invadieron el patio del palacio de Brandýs nad Labem al oscurecerse.

Unos cuarenta jóvenes del grupo "Dimonis de sa pedrera", de Muro, Mallorca, presentaron por primera vez en la República Checa el tradicional "correfoc" mallorquín, una corrida diabólica con espectaculares efectos pirotécnicos, acompañada por el estruendo de tambores. Miquel Àngel Tortell explicó que su grupo suele realizar el espectáculo para festejar el solsticio de invierno y de verano.

"El demonio en principios simboliza el mal. Pero en nuestra cultura el demonio no es esta figura mala, que te va a hacer daño, que te va a cambiar, te va a dificultar la vida ... Nuestros demonios son esos que te van a hacer esa cosita que te va a molestar, ese gesto que te provoca a niveles diferentes, tanto sexual como no. Es un provocador, no es un ser maligno estrictamente, sino una parte divertida de la cultura, desinhibida, diría yo. Como en un carnaval cuando la gente se desinhibe, nosotros como demonios intentamos la desinhibición del espíritu humano".

Las Jornadas de la Cultura Andorrana y Balear culminaron el domingo con un recital de piano en la Casa Municipal de Praga. El pianista mallorquín Joan Moll interpretó obras que compuso Chopin en Mallorca, y composiciones de músicos baleares.

Las actividades fueron patrocinadas por el Gobierno de Andorra y el Gobierno de las Islas Baleares.