El Tribunal Constitucional checo da luz verde al Tratado de Lisboa
El Tribunal Constitucional checo ha dado finalmente luz verde al Tratado de Lisboa. El siguiente paso es su aprobación por el Parlamento. El presidente, Václav Klaus, conocido por su oposición al documento, ha acusado al Tribunal de falta de independencia política y ha pedido que se realice un debate público sobre el Tratado.
El próximo paso será su aprobación por el Parlamento. De hecho la Cámara de los Diputados ya ha acordado una reunión extraordinaria para la semana que viene. La noticia ha sido mal recibida por el presidente de la República Checa, Václav Klaus, que como jefe del Estado debería corroborar con su firma el Tratado de Lisboa en caso de que sea aprobado por el Parlamento. Klaus, reconocido euroescéptico, acusó al Tribunal de regirse por criterios políticos y pidió que se iniciara una discusión pública sobre el Tratado.
“El proceso continuará, nuestro Estado tiene que hacerlo. Me gustaría que antes de que se discutiera en las comisiones parlamentarias hubiera un diálogo público, serio, con la sociedad checa. Ese es casi mi único deseo, que se respete esta secuencia del proceso”.Con esto, Klaus espera que algunos diputados y senadores se adhieran a sus críticas contra el Tratado de Lisboa. Al mismo tiempo, el presidente declaró que se encuentra trabajando en una nueva apelación al Constitucional. De hecho el Tribunal se ha pronunciado sobre seis puntos concretos del Tratado pero no sobre la totalidad del documento.
Sin embargo, el primer ministro, Mirek Topolánek, confirmó que el Gobierno trataría de impulsar la ratificación del tratado y dio el debate por cerrado.
“Esperamos que esto suponga el fin de la discusión, y que termine el debate tanto público como jurídico”, afirmó.
Hasta el momento, la República Checa era el único país de la Unión Europea que no se había pronunciado de ninguna manera sobre el documento. El Tratado de Lisboa contiene disposiciones que harían avanzar a la Unión Europea hacia una confederación de estados, lo que según sus detractores supondría una pérdida de soberanía para los países miembros.