Homenaje a Francisco Ayala, la conciencia de España e Iberoamérica
Francisco Ayala no sólo fue el último representante vivo de la Generación del 27 española sino que sus dotes de intelectual le llevaron a jugar un papel muy importante en otros ámbitos; sobre todo, en Praga, con su misión diplomática durante finales de los años 30. Por ello, el Instituto Cervantes quiso darle un homenaje el pasado jueves.
“No solamente para la historia de la literatura o de la cultura, Ayala tuvo una intervención en un momento histórico muy decisivo para la historia española, que fue durante el advenimiento, la llegada, de la segunda República; que él vivió como aquellos abogados que se ocupan de dar forma jurídica a las decisiones políticas del Parlamento y, más adelante, durante la guerra, precisamente aquí en Praga, intervino decisivamente en situaciones históricas difíciles para España”.
El homenaje concluyó con un documental de unos 30 minutos donde el propio Ayala resumía su vida. Pero antes, Rafael Juárez se encargó de presentar ante el público su vida y su obra; y Josef Forbelský, hispanista y traductor, de hablar de la figura de Ayala en Praga mediante algunos capítulos de su libro “Recuerdos y olvidos”. Según el profesor Forbelský, Ayala fue la segunda persona más importante de la Embajada española, después del embajador, en la Checoslovaquia de los años 30, un país con un papel relevante en la causa republicana española. Forbelský incidió, sobre todo, en la figura de Francisco Ayala como rehumanizador y sociólogo.“A diferencia de los rehumanizadores superficiales que describían, solo testimoniaban; él hace una reflexión muy profunda, muy existencial, personal, en el sentido social y en el sentido moral ante todo. Yo creo que él es la conciencia de España y de Iberoamérica”.
El exilio que lo llevó a América en 1939, hizo que la mayoría de su obra publicada se encuentre allí, pero la fundación que lleva su nombre, en pie desde 1998, se encarga de traerla a España y de difundirla por todo el mundo. Sus libros ya han sido traducidos al alemán, al polaco, al francés, al italiano y al inglés; y pronto, también, al ruso y al japonés, pero Rafael Juárez y Josef Forbelský coinciden en que Francisco Ayala aún está por descubrir.