“Praga es como una cebolla: tiene muchas capas”

Foto: Archivo de ČRo 7

Carlota Salgado es una joven gallega radicada en la capital checa desde hace seis meses. Vino con el programa de la beca Leonardo, tras finalizar la carrera de bellas artes, para trabajar durante tres meses en un centro artístico sin ánimo de lucro.

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Una vez terminadas sus prácticas y quedar prendada del encanto de Praga, Carlota Salgado dicidió quedarse para seguir conociendo más a fondo la cultura checa.

“Vi que la ciudad me ofrecía muchísimas cosas y me sentí muy atraída por la cultura checa, por todo su pasado histórico y por como son ellos, me retaron ahí con su carácter serio, quise quedarme. Dije: ‘Me quedo una temporada’. Y la verdad es que no tengo fecha límite para irme, así que cuando lo estime o añore muchísimo mi tierra, mis amigos de allá, pues me iré”.

Ella admite que el arte le indica el camino de la vida, es la manera de entender y de abordar el conocimiento, aunque opina que ahora es el momento en el que debe de trabajar en otras cosas también.

“Trabajo como guía turística para hispano hablantes y también como profesora de español, y luego también hago mis cosas con el arte y la música también”.

Una de sus grandes vocaciones además es la música: Carlota toca la flauta travesera desde hace muchos años. En esta aventura ella no podía dejar en casa su tan apreciado instrumento. Cuenta las oportunidades que ha encontrado en esta ciudad.

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“Respecto a la música también es un gran camino por el que seguir, y aquí la ciudad ofrece muchas cosas en este ámbito, entonces yo me he traído mi flauta y aquí pues se me han abierto oportunidades para tocar con gente en bares, en orquestas alternativas, en musicales. Ahora estoy en un proyecto de un musical, es la primera vez que toco en un musical, estoy muy ilusionada, y la verdad es que está saliendo algo muy interesante, la gente está muy activa en el musical, y ahí estoy. En la Camerata del musical hay un fuerte equipo de gente, hay coro, hay escenógrafos, hay actores… Y sí que musicalmente aquí se pueden hacer muchas cosas”.

Esta joven artista comparte sus impresiones acerca de la ciudad y lo feliz que se siente de residir en ella.

“Al principio pues sí note el choque cultural, hay un choque cultural fuerte, somos hispanos y tenemos otra manera de relacionarnos con la gente. Aquí sí noté el choque cultural en el sentido de que me resultó un poco difícil acceder a los círculos locales checos, porque tampoco sabía hablar checo y con mis cuatro palabras... Praga es una ciudad pequeña pero es como una cebolla, tiene muchas capas, y acceder hondo cuesta trabajo y culturalmente sí se percibe ese choque, es muy interesante. Lo primero con lo que te topas cuando llegas aquí es ese choque cultural, las diferencias, pero luego poco a poco sí se va abriendo mucho más, y ya, bueno, estoy feliz de la vida”.

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Además siente tanta afinidad con la capital checa que desde el principio decidió aprender el idioma del país.

“Estoy aprendiendo checo, desde que llegué intenté decir cosas en checo, porque sé que es algo importante para la gente, igual que para los gallegos es importante cuando alguien viene que intente decir algo en nuestro idioma, les hace ilusión, pues a los checos también les hace mucha ilusión cuando les dices algo en checo, aunque tu acento no sea bueno o te equivoques, ellos se muestran muy agradecidos contigo. Entonces intenté desde el principio aprender el checo, pero es una lengua que tienes que empeñarte y decir: ‘Pues sí quiero aprenderlo’ ”.

Al llegar quedó fascinada de la luz de la ciudad, por eso quiere desvelar algunas de las curiosidades que más le llamaron la atención de Praga.

“El cielo de la ciudad cuando se está poniendo el sol, el del atardecer, es súper distinto al cielo de arriba y al del otro lado opuesto, son como cielos de sitios distintos, nunca me había pasado eso. Y también curiosamente todo lo que se puede ver de la arquitectura de la ciudad, como reflejo de todos los procesos historicos, es una ciudad súper bella, el Art Nouveau es lo que prima aquí, luego el gótico, también el barroco. Pero sí se puede ver en la arquitectura y de hecho son cuidadosos en dejar los retazos de ese momento histórico en el que ahí paso algo, para que la gente lo vea y se acuerde, y eso es algo que sí se aprecia para alguien que llega aquí y quiere conocer el pasado de la ciudad y el presente y claro ves la arquitectura y puedes ver todo esto”.

Foto: Archivo de ČRo 7
También ha encontrado algunas similitudes con su Galicia natal.

“Yo soy de Galicia y de algún modo he visto correspondencias con la cultura gallega, sobre todo con respecto a lo que es la cultura lingüística. En Galicia nuestro idioma, el gallego, es minoritario con respecto al mundo, pero aquí también el checo es un idioma minoritario. En este sentido sí es similar a Galicia, el checo estuvo prohibido durante muchos años, de algún modo fruto de esta prohibición nació esta fuerza que hoy en día tiene el checo y de algún modo mucha gente viene aquí y aprende el checo, de algún modo el checo solo te sirve para estar en Chequia, pero si la gente lo aprende y se queda aquí porque el país ofrece mucho, compensa. Y con el gallego también pasó algo así, fue una lengua prohibida y reprimida y de algún modo surgió la fuerza que tiene hoy en día quizás a causa de esta represión. En cuanto a esta política lingüística y social sí que se parece mucho”.

Foto: Archivo de ČRo 7
En su tiempo libre, Carlota disfruta tocando, practicando los idiomas y disfrutrando de las tradicionales cervezas checas en compañía de sus amigos.

“Toco siempre que puedo con mi reciente Ensemble, somos una flauta, un violín, Edu, que es granadino, músico, también ingeniero. Y Matheu, que es francés y toca el violoncello. Y nos hemos juntado recientemente y estamos tocando juntos siempre que podemos, improvisando...Y a eso dedico mi tiempo libre siempre que puedo, también a juntarme con la gente, praticar el inglés, el checo, beber cerveza, infusiones. Y pasear por la ciudad por supuesto y perderme aunque lleve aquí seis meses viviendo aun necesito perderme para encontrarme”.

Seguro que Carlota continuará durante mucho más tiempo disfrutando de la ciudad bohemia, y aprovechando todas las oportunidades que le brinda. Inmersa en el mundo del arte y de la música, ella no cesa de acudir a todos los acontecimientos que Praga le ofrece.