Claudia Llosa: “Hay un hueco que se ha formado entre cómo financiar una película y cómo verla”

Claudia Llosa, foto: Carlos Ferrer

La directora de cine peruana Claudia Llosa, autora de ‘La Teta Asustada’, forma parte este año del jurado del Festival de Cine Internacional de Karlovy Vary. Con ella hemos hablado de su labor en el evento y del futuro del cine de autor en la era digital.

Claudia Llosa,  foto: Carlos Ferrer
El jurado principal del Festival de Karlovy Vary está formado por siete especialistas de renombre internacional, presididos este año por la directora polaca Agnieszka Holland. Entre ellos se encuentra la directora peruana Claudia Llosa, conocida por ‘La Teta Asustada’, nominada al Óscar a la mejor película extranjera en 2009 y con la que ganó el Oso de Oro del Festival de Cine de Berlín.

Llosa se encuentra actualmente dando los últimos retoques de edición a su tercer largometraje, ‘Cry/Fly’, rodado en Canadá, y puede considerarse hoy día la realizadora peruana con mayor proyección internacional. Su presencia en Karlovy Vary, que tenía que darse de un modo u otro tarde o temprano, se ha retrasado varios años, según comenta la directora en entrevista para Radio Praga.

“Yo fui jurado en el festival de San Sebastián hace dos años y allí estuvo Goran Paskaljević de presidente jurado y él me presentó con el festival. Y desde hace dos años hemos intentado coincidir, y ha sido este año que ha sido perfecto. Hace cinco meses había aceptado, estaba encantada. ‘Madeinusa’ estuvo en este festival, hace muchos años, mi primera película. Yo no pude venir, por cosas del destino, y venir siete u ocho años después y decir: ¡puah, lo que me perdí esa vez! Es la primera vez, y estoy disfrutando como una niña, es impresionante lo que se puede ver: el sistema, lo bien organizado que está, lo calurosa que es la gente, cada detalle. Es un festival muy especial”.

Foto: Kristýna Maková
En la sección especial del Festival de Karlovy Vary se presentan 14 películas de todo el mundo que compiten por los Globos de Cristal de las distintas categorías. Un premio en Karlovy Vary supone para cualquier película, además de la dotación monetaria, un espaldarazo fundamental para conseguir una mejor distribución, llegar a más público y participar en otros festivales. De ahí la importancia del trabajo del jurado, que además es para Llosa una gran experiencia tanto vital como profesional.

“De momento estamos hablando de las impresiones, de lo que sentimos, de cómo nos toca una historia, de cuál es la filosofía, el mensaje detrás. Si es un film político, si es un film emocional… Es un poco entrar a sentir las percepciones de cada uno de nosotros. Y la verdad es que coincidimos, estamos todos bastante alineados. Y de momento es un disfrute, es un aprendizaje enorme para mí, poder estar viendo las perspectivas de profesionales a los que admiro tanto, desde hace tanto tiempo, y poder compartir con ellos puntos de vista, sensaciones”.

Foto: Kristýna Maková
Pero, ¿cómo identificar una buena película? ¿Qué hace que una película sea mejor que las demás? Para Llosa no existe una descripción exacta y entran en juego diversos factores. De momento existe entre los miembros del jurado una especial sintonía a la hora de juzgar la calidad de las diversas producciones.

“Creo que coincidimos cuando se habla de la originalidad, de la fuerza de la historia, de la narrativa, de la puesta en escena, de todos los criterios que se utilizan en festivales. De buscar esa voz, de buscar esa pieza que de alguna manera sobresalga por algún aspecto”.

Festivales como el de Karlovy Vary suponen un escenario de gran importancia para este tipo de cine minoritario, de presupuesto relativamente bajo y vocación artística, que huye de la espectacularidad y los clichés hollywoodenses. En este escaparate del cine mundial destaca la presencia cada vez mayor de producciones latinoamericanas, a menudo en coproducción con España, que llevan al viejo continente su manera de entender el cine y la realidad. Por mencionar algunos ejemplos podemos destacar ‘La Jaula de Oro’, del mexicano Diego Quemada-Díez, o ‘Gloria’, del chileno Sebastián Lelio.

‘Gloria’,  foto: Kristýna Maková
En opinión de Claudia Llosa, se trata de un fenómeno favorecido por el abaratamiento de costes facilitado por las nuevas tecnologías.

“La sensación definitivamente es muy positiva, creo que la tecnología ha ayudado muchísimo a democratizar el cine. Creo que Latinoamérica tiene más oportunidad de mostrar y de llegar más lejos. Ya no es tan caro viajar con una película. Podemos demorarnos mucho más en la sala de edición, no son procesos tan caros. Podemos acceder mucho mejor al cine en general. Se hacen cosas como lo que vemos aquí, el working progress, donde se muestran películas en el proceso de hacerse para poder buscar financiamiento o para poder encontrar un distribuidor o lo que le haga falta a esa película”.

Sin embargo el cine en general se encuentra actualmente, según Llosa, en un periodo de transformación que llevará inevitablemente a cambios en la distribución y la financiación de las producciones.

Foto: Kristýna Maková
“Por un lado necesitamos entender que el cine en general está pensado y está financiado desde la distribución. Siempre la televisión o las distribuidoras han sido las principales fuentes de financiamiento. Esta revolución en la exhibición, el Internet, y la posibilidad de acceder de una manera casi inmediata a cualquier tipo de cine, es maravillosa pero aún necesitamos estos agentes de financiamiento, que están en otros lados. Hay como un hueco, un río que se ha formado entre cómo financiar una película y cómo verla”.

Así, mientras que por un lado acosa al cine el problema de la piratería, Internet abre la puerta también a una distribución más amplia, que en el caso del cine de autor parece imprescindible para su supervivencia, dadas las limitaciones de los medios de visionado tradicionales. Llosa apunta que la solución puede venir por el camino adoptado desde hace unos años por la música.

Foto: Film Servis Festival Karlovy Vary
“Si no respetamos a esos agentes que financian una película y que son los principales que deberían distribuirla y hacer negocio con ella, no podemos hacer una película en sí misma. Pero todos queremos que el cine acceda a todo el mundo, que no requiera de tanto aparataje para poder llegar. Debemos seguir también lo que nos están enseñando la música, con sistemas como Spotify, que está haciendo que todos podamos acceder a la música pagando una mensualidad. Hay una revolución en la música que llegará al cine tarde o temprano. Y todavía sigue siendo un misterio cómo solucionaremos este proceso, y más en países como el mío, donde todavía las cuotas de pantalla, las políticas, no tienen los recursos de algunos países en Europa, donde se fomenta mucho la inversión en cine”.

El Festival de Cine Internacional de Karlovy Vary concluirá este sábado, cuando se entregarán los Globos de Cristal a las diferentes categorías de la sección especial y también los de la sección de documentales, la sección Este del Oeste y, por supuesto, el premio del Público.