Los checos en el trabajo: largas jornadas por poco sueldo

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En comparación con el resto de países de la Unión Europea, los trabajadores checos son de los que más tiempo pasan en el trabajo. Se encuentran también, sin embargo, entre los peor pagados, lo que conlleva que solo un tercio se halle satisfecho con su empleo.

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Los checos pasan en el trabajo en promedio 40 horas y media a la semana, según un estudio a nivel europeo llevado a cabo por la agencia de personal AC JOBS. Se sitúan así en el quinto lugar de la Unión Europea en este sentido. La misma posición, pero empezando por el final, la ocupan en la cuantía del salario mínimo, de acuerdo a los datos de Eurostat.

Así, con 366 euros al mes, y a pesar del incremento del año pasado, el sueldo mínimo checo es solamente mayor que el de Letonia, Hungría, Rumanía y Bulgaria, lo que marca el promedio salarial general de todo el país. Así por ejemplo un maestro de escuela, el licenciado universitario peor pagado del país, cobra en promedio 835 euros brutos, mientras que en Alemania su sueldo es de 2.580.

A pesar de que Chequia está próxima al plano empleo, una proporción similar se da en otras profesiones, cobrando los trabajadores de Europa Occidental salarios varias veces superiores a los checos. El extremo es Suiza, donde un maestro de escuela gana siete veces más que en Chequia, y un conductor de autobús cinco veces más.

La relativa baja cuantía de los salarios es uno de los motivos de la escasa satisfacción de los checos con su trabajo, añade el estudio de AC JOBS. Solo un 35% de los encuestados estaba contento con su empleo. De los insatisfechos, el 43% aludía como causa principal el estar mal pagado. Esto explicaría por qué unos 130.000 checos está considerando la posibilidad de marcharse a trabajar al extranjero.

La República Checa tampoco sale bien parada en cuanto a las diferencias salariales entre hombres y mujeres. Las trabajadoras checas ganan en promedio un 22% menos que sus contrapartidas masculinas, lo que sitúa al país solo por debajo de Estonia y Austria. Los expertos explican esta situación por las largas bajas de maternidad, que pueden llegar a tres años, y que en caso de solaparse pueden dejar a la madre casi una década fuera del mercado de trabajo.