Cincuenta mil rosas portuguesas para la Revolución de Terciopelo
El Ministro de RR.EE. Tomáš Petříček recibió este lunes a un grupo de portugueses que, en un acto solidario en diciembre de 1989, trajeron 50 000 rosas para los asistentes a una manifestación durante la Revolución de Terciopelo que acabó con el comunismo en Checoslovaquia.
“El símbolo de la revolución de Portugal, 1974, fueron los claveles, pero en el invierno de 1989 no había claveles en Portugal, así que el grupo de estudiantes trajo a Praga 50 000 rosas”
“Trajeron un mensaje de solidaridad desde un país cuya propia experiencia de una transición de un régimen totalitario a la democracia tenía por aquel entonces solo 15 años. El símbolo de la revolución de Portugal en 1974 fueron los claveles, pero en el invierno de 1989 no había claveles en Portugal, así que el grupo de estudiantes trajo a Praga 50 000 rosas y se las dio a los manifestantes en la Avenida Nacional (Národní Třída)”.
En sus palabras de agradecimiento, Petříček hizo énfasis en el hecho de que se trató de un acto de gran valentía, porque en aquel momento nadie sabía cómo acabaría aquella revolución.
“Compartimos una experiencia histórica de lo que es vivir un régimen no democrático, un fuerte compromiso con la Alianza Atlántica y una Unión Europea de solidaridad, prosperidad y valores comunes”
“Me gustaría agradecerles el coraje con el que vinieron a Praga, una ciudad donde estaba teniendo lugar una revolución. Ahora la llamamos Revolución de Terciopelo, pero en diciembre de 1989 nadie podía asegurar que la Policía, que hasta entonces había estado utilizando cañones de agua y porras, iba a aceptar que eso era una revolución de ese tipo”.
Casi 30 años después de aquel histórico episodio, Chequia y Portugal han entrelazado relaciones profundas y juntos avanzan como socios y aliados europeos, subrayó Petříček.
“La distancia entre Portugal y la República Checa es ahora mucho más corta, porque ya no somos la periferia de Europa. Compartimos una experiencia histórica de lo que es vivir un régimen no democrático, un fuerte compromiso con la Alianza Atlántica y una Unión Europea de solidaridad, prosperidad y valores comunes”.
En diciembre de 1989, Álvaro Beleza era un joven estudiante portugués con muchas inquietudes, y después de enterarse de lo que ocurría en Praga no dudó en contactar a sus amigos e inventar algo para solidarizarse con sus coetáneos checoslovacos, según dijo a Radio Praga.“En la televisión de Portugal vimos imágenes de los estudiantes en una manifestación contra la Policía, aquí en Praga, y entregaban flores. Tuvimos la idea de traer flores, a manera de solidaridad con los estudiantes, y así lo hicimos, fueron 50 000 flores. Hubo una gran manifestación en la Plaza Venceslao y nosotros contribuimos con las rosas”.
Por aquella época organizar algo en el exterior era muy complicado, no existían los medios de hoy, y además Checoslovaquia se encontraba todavía al otro lado de la Cortina de Hierro, recordó Álvaro Beleza.“Fue muy emocionante, porque todo fue una aventura. No conocíamos a nadie, no había teléfonos móviles, internet, no había nada. Nosotros pensábamos traer claveles, pero éstos tenían aquí una simbología contraria. Tuvimos suerte, porque era tiempo de las rosas y trajimos rosas”.
Ya estando en Praga, el grupo de estudiantes portugueses pudo encontrarse con Václav Havel y miembros del Foro Cívico, movimiento que impulsó la Revolución de Terciopelo, y ocurrió entonces algo insólito, recordó Álvaro Beleza.
“Yo hice una pequeña apuesta con Václav Havel y sus compañeros. A manera de broma le dije que en caso de que fuera presidente que me invitara a la toma de posesión”
“Yo hice una pequeña apuesta con Václav Havel y sus compañeros. A manera de broma le dije que en caso de que fuera presidente que me invitara a la toma de posesión. Y él dijo: Sí señor en caso de que me elijan están invitados. Pensábamos que estaba bromeando, lo que no sabíamos era que una semana después de volver a Portugal, me llamó alguien y me dijo Álvaro están invitados, Havel será presidente el 31 de diciembre”.
La presencia portuguesa en los primeros días después de la Revolución de Terciopelo registró otro momento inolvidable para aquellos atrevidos jóvenes, insistió Beleza.
“Todo estaba muy bien, pero yo dije que deseaba que invitaran al presidente Mario Soares. Ellos invitaron a Mario Soares, para que estuviera acá el día de la toma de posesión. Pero tenían un problema no querían que Havel tomara posesión en un carro soviético. Entonces le conseguimos un automóvil, un Renault. Viajaron dos checos a Portugal, llevaron una carta de Václav Havel, para invitar a Mario Soares, la carta está en el Museo de la Presidencia de la República en Lisboa. Trajeron el automóvil que llegó dos horas antes de la toma de poder, sólo tuvieron tiempo de lavarlo”.
“El año 89 hizo historia en Praga, y Portugal estuvo en esa historia: rosas portuguesas, un automóvil portugués y nosotros los jóvenes fuimos los mensajeros de aquello”
Aquel acto espontáneo de un grupo de estudiantes portugueses forma parte de la historia europea y de dos pueblos que exitosamente consiguieron la libertad y la democracia.
“El año 89 hizo historia en Praga, y Portugal estuvo en esa historia: rosas portuguesas, un automóvil portugués y nosotros los jóvenes fuimos los mensajeros de aquello”.
En el Museo de la Ciudad de Praga fue inaugurada una exposición fotográfica denominada Claveles y Terciopelo Arte y Revolución en Portugal y Checoslovaquia. Y en la Biblioteca Václav Havel de Praga ha tenido lugar un debate con los activistas portugueses de entonces y con los líderes juveniles de la Revolución de Terciopelo.