Monasterio de Sázava une el Occidente con el Oriente

Monasterio de Sázava  (Foto:autor)

El antiguo monasterio de Sázava se encuentra a la orilla del río homónimo, a unos cincuenta kilómetros al este de Praga, en el seno de bosques frondosos. Es dónde nos dirigimos, estimados radioescuchas, en esta edición de Radioviajes.

Monasterio de Sázava   (Foto:autor)
El punto dominante del recinto del monasterio, situado en una colina, es la iglesia consagrada a San Procopio con su torre alta y columnas góticas de de piedra arenisca típica del lugar, la arcosa de color rojo.

Contiguo a la iglesia se encuentra el propio monasterio. Al otro lado, enfrente de la nave sur de la iglesia, se halla la entrada al jardín del monasterio y detrás de los edificios eclesiásticos, por encima de la corriente del río Sázava, se abre la cueva, el antiguo hogar del eremita Procopio.

La historia del monasterio de Sázava comenzó ya en el siglo XI. Con su inicio viene asociada la figura de San Procopio que llegó a un paisaje salvaje y desierto. Según nos dijo la responsable del recinto, Slávka Matousová, sobre la fundación del monasterio de Sázava existen varias leyendas.

"Las fuentes más antiguas sobre la fundación del monasterio son la Crónica del monje de Sázava del siglo XII y la leyenda de San Procopio. Se supone, sin embargo, que a esas dos leyendas en latín se adelanta una leyenda eslava que no se conservó".

Madona de Sázava   (Foto: archivo del Monasterio de Sázava)
En todas las narrativas mencionadas figuran el príncipe premislita Ulrico y San Procopio. El príncipe fue un cazador apasionado y le gustaba recorrer los bosques cerca de Sázava abundantes en animales de caza. Una vez vio a un ciervo blanco y se puso a perseguirlo. Disparó varias flechas, pero el venado logró llegar a una pradera cerca de la cueva, donde vivía el ermitaño Procopio.

Él impidió al príncipe matar al ciervo y aplicó a las heridas del animal el agua de un manantial cercano. Las heridas desaparecieron inmediatamente. Ulrico quedó estupefacto ante la impertinencia de Procopio, sin embargo, le extrañó todavía más el poder curativo del agua. Como tenía mucha sed, pidió al eremita también que le diese beber.

Procopio le dio al príncipe una copa de madera, pero cuando Ulrico dio un trago, el agua le sabía como un excelente vino. El príncipe se entusiasmó mucho, entabló con el sabio ermitaño una larga conversación y al final se hicieron amigos.

Ulrico eligió a Procopio como su consejero espiritual y en 1032 fue edificado en el lugar de su encuentro el monasterio de Sázava, el tercero de su género en el territorio checo de entonces.

Iglesia de San Procopio   (Foto:autor)
La primera etapa histórica del Monasterio de Sázava se relaciona con la cultura eslava. El eremita Procopio, canonizado ya en 1204, introdujo, a diferencia de otros dos monasterios benedictinos en Brevnov y Ostrov de Davle, la liturgia y la literatura en lengua eslava.

De esta manera se reanudó la tradición de los santos Cirilo y Metodio, patronos de Europa, junto con san Benito. No quiere decir que los monjes no entendían latín. Fue la época de división de poderes entre la Europa Occidental y Oriental, en la que el Monasterio de Sázava desempeñó un papel especial, como apuntó la responsable Slávka Matousová.

"En el monasterio de Sázava se traducían las joyas de la literatura religiosa de entonces del latín a la lengua eslava. El monasterio de Sázava, por medio de otros dos monasterios más viejos de Brevnov y Ostrov, permanecía ligada con Occidente. Pero al mismo tiempo su eslavismo, la herencia de los Santos Cirilo y Metodio, le relacionaba con el mundo del Oriente, con la Rusia de Kiev, Bulgaria, Croacia y Grecia".

El monasterio de Sázava mantenía contactos con todos los países. Y dadas esas circunstancias el monasterio desempeñó el papel de un puente cultural en un mundo que se dividía en dos partes, estando los monjes abiertos a las ideas de ambos lados.

El monasterio vivió el auge de la actuación de los monjes eslavos en la segunda mitad del siglo XI bajo el reinado del primer rey checo Vratislao I. No obstante, con la división de la Iglesia Católica en las ramas Occidental y Oriental, los monjes eslavos fueron desterrados del monasterio.

No obstante, hasta el siglo XVIII, el monasterio destacó como un centro de la vida espiritual y cultural de la Iglesia Católica Romana. En 1785 el monasterio fue clausurado por orden del emperador José II y pasó a la propiedad de los nobles, convirtiéndose en un palacio aristocrático.

En la época comunista el monasterio vivió malos tiempos, ya que las autoridades totalitarias prohibían vender billetes para la estación ferroviaria de Sázava para impedir las visitas masivas. Los peregrinos de entonces fueron así peregrinos de verdad al verse obligados a bajar en una estación cercana y luego caminar hasta el monasterio a pie.

San Procopio   (Foto:Petra Kulískova)
Desde 1951, el monasterio fue de propiedad estatal, pero una figura importante para la historia del monasterio, el padre Klement, logró atraer al monasterio a expertos, científicos, arqueólogos e históricos. El lugar fue por muchos años un refugio ideal para los arqueólogos y otros expertos interesados en el monasterio.

En 1983 fue inaugurada la exposición permanente titulada "Monasterio de Sázava de eslavos antiguos" que está abierta hasta el presente. Describe la historia del monasterio desde sus orígenes que se remontan al imperio de Gran Moravia.

La Revolución de Terciopelo se reflejó en las querellas entre varias partes por la propiedad del monasterio que impactaron sobre el estado de los edificios. Como apuntó la responsable Slávka Matousová, el año 2006 significó para el monasterio un punto de inflexión.

"Este año se produjo un cambio importante, ya que el propietario privado vendió su parte al Estado y se reanudaron las obras de renovación que talvez devuelvan al monasterio de Sázava su carácter peculiar".

Ahora volvamos, estimados oyentes al personaje de San Procopio, cuya presencia y actuación se recuerda tanto dentro del recinto del monasterio como fuera. En la iglesia de San Procopio, parte integrante del recinto, se conservó hasta la actualidad la copa de madera en la que el agua se transformó en vino. La responsable Slávka Matousová nos dijo más sobre otros objetos.

Torre de la Iglesia de San Procopio   (Foto:autor)
"En la iglesia se guarda la cuchara de madera de San Procopio y una reliquia tomada del cuerpo del santo antes de su canonización. El primer rey hereditario checo, Premysl Otakar I, solía llevar la reliquia con las de San Venceslao y San Adalberto a las batallas victoriosas".

No obstante, lo más misterioso que se puede encontrar en la iglesia es el cuadro milagroso de San Procopio. Fue encontrado en la mitad del siglo XVII entre los escombros del techo derrumbado. El santo fue originalmente pintado con ojos cerrados y cabizbajo, pero tras cien años de repente su cara cambió y San Procopio sonreía y movía con los ojos.

El cuadro fue sometido a una exhaustiva prueba por una comisión del Arzobispado de Praga y después declarado milagroso. Ese fenómeno se repitió este año, cuando en verano el santo del cuadro de nuevo abrió los ojos y sonreía a todos los que le miraban.

También por el hermoso paisaje que rodea el monasterio de Sázava están dispersados los lugares vinculados con la vida de San Procopio. Son sobre todo los manantiales. Al lado de uno de ellos, llamada Rakovka, se halla una piedra donde el eremita Procopio solía descansar.

Una tradición dice que si a alguien le duele la espalda debe pasar la noche sobre la piedra y todos sus achaques cesarán. Otro manantial relacionado con San Procopio, el de Cerenice, posee, según la leyenda, el poder de atraer la lluvia en los tiempos de sequía.

Un recuerdo a San Procopio que se nota hasta el paisaje es el Surco del Diablo. La leyenda data de la época de antes de la fundación del monasterio, cuando Procopio vivía en la cueva. Durante su soledad el ermitaño fue objeto de numerosas tentaciones y tretas diabólicas. Para luchar contra el diablo, Procopio se puso a trabajar duro, talaba los árboles y saneaba las marismas. Otro apoyo contra el diablo fueron para el eremita el ayuno y las oraciones.

Procopio acabó por domar al demonio y forzarle a un trabajo útil, ya que le utilizó como un arado. El eremita hizo un surco de 25 kilómetros de largo que desde aquel entonces se llama el Surco del Diablo. Forma parte de una antigua ruta comercial que conectaba Polonia con la cuenca del Danubio.

Para acabar nuestra visita y descansar un poco, nos dirigimos al corazón del monasterio y entramos en la sala capitular del siglo XIV. Su interior fascinante está decorado por las pinturas murales que destacan varios episodios de la vida de la Virgen María.

El visitante puede observar una pintura muy rara de la Virgen María embarazada. Otra pintura interesante, la Madona de Sázava, representa a la Virgen María que recrimina o enseña algo a un Jesucristo de cinco años.

Y en la antigua sala capitular nos despedimos tanto del monasterio de Sázava, como del eremita San Procopio, recinto y personaje que dieron origen a un centro cultural que por cien años fue un puente entre las culturas de Europa Occidental y Oriental.

Autor: Jaroslav Smrz
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