La basílica de Svatá Hora acoge a peregrinos desde hace 350 años
La iglesia parroquial de la Asunción de la Virgen María en Svatá Hora, cerca de la ciudad de Příbram, es el lugar de peregrinación mariana más famoso de la República Checa. El extenso complejo en estilo barroco temprano con numerosas torres, surgió en un lugar vinculado a supuestos milagros de la Virgen María.
Uno de los primeros milagros ocurrió allí en junio de 1632, cuando uno de los vecinos, Jan Procházka, recuperó la vista. En las crónicas de Svatá Hora fueron anotados más de 4500 milagros en total, cada uno tiene su número en los registros y lleva también la fecha en que sucedió. Gracias a las milagrosas curaciones, en 1634 visitó Svatá Hora el emperador Fernando II de Habsburgo con su hijo. Su sucesor al trono Fernando III visitó el lugar dos veces en 1646.
El extenso complejo se eleva a una altura de aproximadamente 590 metros sobre el nivel del mar. Forma parte del mismo una capilla original del siglo XVI. El área fue proyectada por el arquitecto italiano radicado en Praga, Carlo Lurago, quien trajo a las Tierras Checas elementos arquitectónicos hasta entonces aquí desconocidos, inspirados en la arquitectura barroca italiana que solía utilizar espacios abiertos. En la terraza elevada, Lurago instaló el santuario central, rodeado de ocho capillas. Bajo la terraza, sobre un plano horizontal rectangular, ubicó otro espacio con catorce capillas más.
La estatuilla de la Virgen María de Svatá Hora
La estatuilla es el artefacto principal del área de Svatá Hora. Representa a la Virgen María con el niño Jesús. Desde siempre llevaba vestidos ricamente decorados, hechos de materiales de lujo. Gracias a las donaciones de los peregrinos, en 1723 le fue hecho un peto de oro batido, decorado con piedras preciosas, perlas y esmalte. De la gran estima de la que gozaba la estatuilla testimonian sus coronas reales de oro. El derecho a coronarla había sido emitido por una comisión en el Vaticano en base a la cantidad de milagros que eran atribuidos a la Virgen María de Svatá Hora, así como al gran número de peregrinos que visitaban el lugar. La estatuilla fue coronada en 1732, cien años después del primer milagro.
Un significativo reconocimiento espiritual lo consiguió también la basílica de la Asunción de la Virgen María de Svatá Hora al ser la primera del entonces Imperio Austro-Húngaro en obtener el título honorífico de Basílica Menor.
