Un supuesto clavo de la Cruz de Cristo se puede ver en un monasterio checo
El monasterio de San Gil de la ciudad de Milevsko expone un supuesto clavo de Cruz de Cristo. El clavo fue encontrado hace dos años en un hueco de un muro del monasterio, pero no fue esa la única sorpresa que se llevaron los arqueólogos.
Mide seis centímetros y todo parece indicar que se puede tratar de una de las reliquias cristianas más sagradas. El supuesto clavo de la Cruz en la que murió Jesucristo se puede observar estos días en la basílica de la Visitación de la Virgen María del mismo monasterio de San Gil de la ciudad de Milevsko en el que fue encontrado.
El hallazgo se produjo hace dos años, cuando los arqueólogos descubrieron unos huecos en las paredes del monasterio. Además de metales preciosos como oro y plata, encontraron un relicario de madera decorado. En los últimos meses, los científicos llevaron a cabo una serie de investigaciones y análisis para comprobar la edad del descubrimiento, según explicó para la Radio Checa el geoinformático Jiří Šindelář.
“Hemos comprobado la edad de las cajas en las que se escondía el hallazgo. Una es del siglo XIV y la otra, la caja de roble, es del siglo IV o, como mucho, comienzos del siglo V de nuestra era”.
De acuerdo con el diagnóstico dendrológico, la madera de roble se puede datar entre los años 260 y 416 de nuestra era. El segundo tipo de madera encontrado fue de alerce, y los expertos la dataron entre los años 1290 y 1394.
El relicario estaba decorado con oro y plata y presentaba los símbolos de la cruz, peces y otras figuras geométricas. La tapa estaba cubierta por una lámina de oro grabado con una cruz y las letras “IR”, de acuerdo con la abreviatura latina para Iesus Rex, Jesús Rey. Los científicos, sin embargo, carecían de otros rasgos decorativos que solían acompañar siempre a los relicarios.
“Faltaban las piedras preciosas y esto es algo que siempre se encuentra en los relicarios. Aquí no las teníamos y esto nos sorprendió mucho. ¿Por qué no estaban ahí? ¿Por qué no teníamos ahí el azul celeste que, simbólicamente, está vinculado a Cristo?”
Con el color azul celeste, Šindelář se refiere a piedras preciosas de color azul, como, por ejemplo, el zafiro. Al final, los expertos llegaron a averiguar por qué ese rasgo tan típico faltaba en el relicario de Milevsko.
“Resulta que el azul sí que estaba ahí, solo que no se podía observar a primera vista. No hay zafiros grandes, pero, imagínense, resulta que la caja más antigua, la de roble, estaba toda pintada con el azul más caro que la humanidad haya conocido, el llamado azul ultramarino auténtico”.
De acuerdo con el arqueólogo del Museo de Bohemia Occidental, Pavel Břicháček, el uso del color ultramarino en el territorio checo es muy singular, por lo que cree que la caja de roble puede tener sus orígenes en el Imperio Bizantino.
“El relicario se parece mucho a las estaurotecas bizantinas, es decir, relicarios que de verdad escondían la madera de la Vera Cruz. No se puede descartar que haya más cajas así en el muro norte de la iglesia de San Gil”.
Los mencionados huecos del muro norte del monasterio formaban un pasillo de entrada que contenía una cámara acorazada. Esta cámara escondía otro hueco inaccesible de 26x16 centímetros. Las circunstancias dadas condujeron a los científicos a la teoría de que alguien había querido esconder el relicario de los husitas, continuó Šindelář.
“Hemos datado los huesos animales que se encontraron en las capas superiores que cubrían la cámara acorazada entre los siglos XVII y XVIII. Esto demuestra que nuestras ideas arqueológicas originales de que alguien había escondido este hallazgo en el año 1420, es decir, que lo había escondido de los husitas, eran, probablemente, acertadas”.
Según Pavel Břicháček, los historiadores se empeñan en este momento en reconstruir la parte central del monasterio de San Gil e instalar una exposición que les gustaría financiar con presupuesto europeo. “Esto no es un asunto regional, tiene que ver con los comienzos del cristianismo y de Europa”, concluyó Břicháček.