Milan Hašek, el bioquímico que perdió el Nobel por vivir en el bloque soviético
Si no fuera por el régimen comunista, los checos podrían tener un Nobel más. Con motivo del 70 aniversario de la fundación de la Academia de Ciencias Checoslovaca, les ofrecemos la increíble historia de Milan Hašek, el bioquímico que perdió el galardón por vivir al otro lado de la Cortina de Hierro.
Jaroslav Heyrovský y Jaroslav Seifert son los nombres de los dos checos que han obtenido hasta la fecha un Premio Nobel. El primero de Química en 1959 y otro de Literatura en 1984. Pero si Checoslovaquia no hubiera formado parte del Bloque del Este en la segunda mitad del siglo XX, los premiados habrían sido tres.
El bioquímico y fundador del Instituto de Biología y Genética Experimental, Milan Hašek, comprobó en 1953 que si se introducía en un embrión un antígeno, el organismo nuevamente formado lo toleraría y no crearía anticuerpos. Los experimentos los realizaba con pollos y los resultados los publicó el mismo año en la revista Biología Checoslovaca. El mecanismo descubierto por Hašek lo llamamos hoy en día tolerancia inmunitaria. Sin embargo, en la década de los 50, el científico hablaba de “hibridación vegetativa”. En aquellos tiempos, la biología checa se encontraba bajo la influencia del llamado lysenkoísmo, pseudociencia de origen soviético, influida por el lamarckismo, teoría histórica de la evolución que decía que las características adquiridas durante la vida se heredaban de una generación a otra entre los organismos vivos. El lysenkoísmo negaba la existencia de los genes, cromosomas o las leyes de Mendel.
Desgraciadamente, la terminología de Hašek, influida por la ideología soviética del lysenkoísmo, era completamente incomprensible, según contó a la Radio Checa Jiří Plachý, experto del Instituto de Genética Molecular.
“Los resultados de Hašek eran completamente correctos desde el punto de vista experimental. También estaban descritos en lo que se refiere a la creación de anticuerpos, pero el debate vinculado a eso era completamente incomprensible para el mundo occidental, ya que se desarrollaba en la terminología del lysenkoísmo, esa ideología que decía que si plantamos el trigo en condiciones de montaña, se convertirá en centeno o alguna especie resistente”.
Al mismo tiempo que Hašek desarrollaba su experimento, en 1953, al otro lado del Telón de Acero se dedicaba el biólogo británico Peter Medawar a una investigación exactamente igual, llegando a los mismos resultados. Solo que en vez de pollos utilizaba ratones, en vez de publicar en checo en una revista checoslovaca, explicó sus hallazgos en inglés para la revista Nature, y en vez de llamar al descubrimiento de una manera incomprensible, hablaba directamente de tolerancia inmunológica. Por todo ello, se hizo con el Premio Nobel en 1960.
“En la conferencia de los Nobel, el profesor Peter Medawar dijo que echaba de menos a Hašek en el galardón porque él había descubierto el mismo fenómeno y su equipo lo había comprobado en otro modelo. Solo que lo había llamado de una manera distinta”.
Los dos científicos, Hašek y Medawar, llegaron a saber el uno del otro un año después de publicar sus resultados, en 1954. Por eso, Peter Medawar mencionó los méritos de Hašek en su conferencia, pronunciada en su aceptación del Nobel en 1960, según dijo a la Radio Checa el hijo de Milan Hašek, Jiří.
“En la conferencia de los Nobel, el profesor Peter Medawar dijo que echaba de menos a Hašek en el galardón porque él había descubierto el mismo fenómeno y su equipo lo había comprobado en otro modelo. Solo que lo había llamado de una manera distinta”.
Después de descubrir la similitud de su hallazgo, Hašek y Medawar quedaron y las familias de ambos incluso llegaron a trabar una estrecha amistad por muchos años. Prueba de ello son las fotos conservadas por la familia Hašek. Una de ellas, tomada en una caminata por un bosque, se la enseñó a la Radio Checa el hijo del científico checo, Jiří.
“El que está sentado es el profesor Medawar. La mujer tumbada es su esposa y el hombre que se asoma en la imagen es papá, que les acompañó durante varios viajes no solo por Chequia sino también por el Reino Unido”.
Milan Hašek se dedicó posteriormente a la inmunidad en trasplantes y tumores y a los mecanismos de la oncogénesis viral. Pero no llegó a desarrollar sus experimentos en democracia, ya que falleció en 1984 a la edad de 59 años.